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El Presidente Palacio cedió a las presiones de los Estados Unidos y despidió al ministro de Finanzas
Osal-internacional
Nuevamente Quito se enciende. Desde distintos puntos de la ciudad centenares de forajidos salieron a las calles de Quito con pancartas, ollas vacías, antorchas, velas y correas, la noche del jueves 4 de agosto. ¿La razón? El Presidente Palacio cedió a las presiones de los Estados Unidos, los organismos multilaterales, responsables del hambre y la pobreza extrema de la mayoría de los ecuatorianos y de las transnacionales petroleras y aceptó la renuncia de Rafael Correa, ministro de Finanzas, renuncia que el pueblo soberano no acepta.
'Temo que el verdadero problema son las fuertes presiones para impedir cualquier relación con un país hermano como Venezuela y como corolario de ello la desconfianza en mi labor como Ministro de Economía y Finanzas. Además de lo anterior, es evidente que en la reunión de trabajo en Cancillería, incluso fue hasta vergonzosa la falta de ejecutividad del Ministerio de Energia y Minas para adelantar los proyectos de refinación de petroleos y comercialización directa de gas con Venezuela. Cabe indicar que ambas operaciones, aunque inmensamente beneficiosas para el país, afectan grandes intereses de grupos locales', expresa el Ministro Correa en una parte de su renuncia.
Por su parte, en un corto comunicado, el Presidente Palacio manifiesta que 'las Políticas de Estado son trazadas por el Presidente de la República bajo los principios de dignidad, independencia y soberanía, en los que invariablemente primarán los intereses nacionales, en el marco del respeto a la Constitución Política y leyes vigentes. La implementación y aplicación de las referidas políticas son de responsabilidad de los señores Ministros en sus respectivas Carteras, debiendo mantener permanentemente informado al Jefe de Estado, de los avances y de los resultados obtenidos', finaliza el comunicado.
Sin embargo la sabiduría popular, el olfato de un pueblo mil veces engañado, dice que la verdadera razón de la salida de Correa fue la molestia de la embajada estadounidense ante la actitud de defensa de la dignidad y soberanía que el Ministro mantuvo ante los organismos multilaterales, las relaciones soberanas con Venezuela, los intereses de las transnacionales petroleras y los grupos de poder que han usufructuado de los recursos del país en beneficio propio, y que buscan desaforadamente la privatización de las empresas energéticas y comunicacionales de la nación, además de una firma trapera del TLC para cumplir con los apetitos estadounidenses y de los grupúsculos de poder económico.
Palacio resquebraja su frente interno Junto a las presiones petroleras de la OXY, a la amenaza de Gutiérrez de ingresar a Ecuador a pesar de la orden de captura que pesa sobre él, de economistas corifeos del FMI, del entreguista ex canciller Heinz Moeller (vinculado a Telefónica y a Occidental) que merodea a Palacio públicamente, se avizora que la salida de Rafael Correa es el inicio del desgrane de ministros que han representado la dignidad del país esquilmado y agredido: el de Gobierno, Mauricio Gándara; Relaciones Exteriores, Antonio Parra Gil; Trabajo, Galo Chiriboga y de Defensa, Solón Espinosa, gracias a cuya gestión se recuperó un ápice de soberanía.
Un grupo presidido por Luis Herrería Bonet, el antibolivariano «Nuevo Mejor Aliado de Bush en Ecuador», Marcelo Arcos, todopoderoso funcionario detrás del Poder y asesores como Apolo o Luque, están detrás de estas «decisiones», según varios analistas.
El pueblo sabe... Llama la atención la claridad con la que el pueblo sencillo se expresa ante los micrófonos de los distintos medios: «Lo sacan por no ser un títere de los Estados Unidos»,«Si Correa se retira y se retiran los otros ministros dignos, no queda nada», «No queremos ser más esclavos de los gringos», «No queremos ser colonia, Correa es quien ha defendido la dignidad de la Patria», «Correa sale porque los socialcristianos están molestos porque le quitan el botín», «El pueblo quiere soberanía, dignidad y respeto a los intereses nacionales» y la famosa proclama de abril «fuera todos».
Pero el rechazo a la actitud del Presidente Palacio va más allá. Los forajidos están indignados ante lo que consideran «la traición del Presidente». «Si tenemos que salir para sacarle a Palacio, saldremos», dicho de diferentes maneras, es la frase que sirve de corolario a las intervenciones enardecidas de los quiteños en los diferentes medios de comunicación, pero además con una velocidad inusitada, se están organizando diferentes acciones para el día de mañana. La capacidad de organización y auto convocatoria comenzó a funcionar.
El presidente Palacio perdió su oportunidad de oro. Aceptar una política económica independiente del chantaje de los organismos financieros ligados a los intereses estadounidenses, la posibilidad de defender la soberanía del Ecuador ante una transnacional petrolera como la OXY, le hubieran significado a él y al país, la verdadera oportunidad para refundar la Patria, en el marco de la soberanía y la dignidad.
Qué pesar, el presidente Palacio cedió ante el imperio, le vio grande porque lo mira de rodillas.
Quito en las calles Medianoche y madrugada fría: Quito está nuevamente encendida y movilizada. Ësto crece. Una columna de vehículos que ocupa unas 8 cuadras va haciendo sonar sus claxones hacia el Palacio de Gobierno. Centenares de pobladores que se autodenominan «forajidos» gritan su rechazo del giro a la derecha que pretende dar el Presidente de la República tendrá sus consecuencias.
Los trabajadores del Ministerio de Economía llaman a un paro institucional. Varios funcionarios gubernamentales lamentan la desición presidencial, anunciando su retiro del gobierno. Por radio La Luna se ha convocado para este viernes 5 de agosto a una manifestación masiva desde el Ministerio hasta el Palacio de Gobierno, denominándola «Marcha del Correazo».
La memoria de Abril está fresca en el pueblo, pero parece que la amnesia invadió al gobierno.