Latinoamérica
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Las Madres de Plaza de Mayo y... ¿Chile?
Laura Elgueta
Rebelión
A mi amiga, Ana María Careaga, hija de Esther, una de las madres encontradas
El día domingo 24 de julio, se llevó a cabo en Buenos Aires, el entierro de tres
de las Madres de Plaza de Mayo, que fueron encontradas luego de estar 28 años
desaparecidas.
Esas tres mujeres, junto a otros familiares, fueron secuestradas y sacadas a
viva fuerza desde la Iglesia de la Santa Cruz, en el corazón de la ciudad, a
plena luz del día en diciembre del año 1977, allí se encontraban reunidas muchas
madres para organizar una actividad ecuménica a favor de sus hijos, secuestrados
y desaparecidos.
Sus pasos luego de ese día fueron reconstruidos. Se sabe que inmediatamente de
ser sacadas a viva fuerza de la Iglesia -arrancadas de las manos de las otras
madres que forcejaban con los captores para que no se las llevaran-, fueron
trasladadas a la ESMA, uno de los más temibles centros de torturas que funcionó
en Buenos Aires; allí fueron duramente torturadas y a las semanas de su
secuestro fueron lanzadas al mar desde un helicóptero, aún con vida. El informe
forense dice que sus cuerpos fueron destrozados por el impacto.
Así mataban los Argentinos a sus desaparecidos, si es que antes no morían en la
tortura. Los famosos "vuelos de la muerte" eran realizados todas las semanas.
El mar -desafiando todos los destinos de la vida- devolvió los cuerpos de
Esther, María y Azucena. Sin embargo, sus asesinos y sus cómplices debían
completar su cometido, porque el castigo y el horror debía prolongarse a sus
familias y a la sociedad entera, por esta razón, esos cuerpos destrozados
volvieron a ser secuestrados y fueron enterrados como NN en un cementerio
cercano. Ni la sepultura para ellas, ni el duelo para sus familias.
Solo la incansable búsqueda de sus familiares y la rigurosa investigación de los
organismos de derechos humanos hizo posible descubrir, luego de muchos años,
esas fosas en donde estaban sus restos; y así, con la carga de la ausencia de
cada uno de los días, de cada uno de los meses y de los años, sus hijos y parte
de la familia que aún está con vida, pudo darle ¡¡por fin!! sepultura, pudo
llorar su muerte mirando la vida, y cicatrizar en parte esa herida abierta y
sangrante con la que han vivido años.
Todos los diarios argentinos mencionaron el hecho ocurrido el domingo 24 de
julio en Buenos Aires, incluso algunos medios lo hicieron en su primera página.
Relataron así, a su país y al mundo, que fueron enterradas en el jardín de la
misma iglesia donde las arrancaron 28 años atrás, que cientos y cientos de
personas estuvieron ahí presentes, acompañando emocionados a las familias de las
Madres.
Agrupaciones de Derechos Humanos, autoridades, ministros, vecinos, todos los
medios de comunicación nacionales y extranjeros; mencionan que incluso llegó
silenciosa al lugar, la esposa del Presidente Kirchner, la que se sentó en uno
de los bancos de atrás de la iglesia y como una argentina más, se sumó al llanto
nacional.
"Luchadoras, dieron la vida por sus hijos. No pudieron vencer a la muerte, pero
eran tan obstinadas que pudieron vencer al olvido. Y volvieron. Volvieron con el
mar, como si hubieran querido dar cuenta, una vez más, de esa tenacidad que las
caracterizó en vida" los medios nos informan que con esas palabras los hijos de
las tres madres, comenzaron la misa.
Esto que acabo de relatar pasó solamente hace unos días, y pasó en un país
vecino. A dos horas de vuelo de Santiago de Chile, pasó en esa ciudad tan amada
por tantos chilenos, que copan los vuelos para pasar un fin de semana en la
hermosa Buenos Aires. Fue ahí.
Curiosamente, no hubo medios de comunicación chilenos que cubrieran o reseñarán
esa noticia, tal vez una que otra minúscula mención. No hubo tampoco columnas de
opinión que hablaran de este sensible tema, y diera cuenta o significación de un
verdadero hito social ocurrido a pasos nuestros.
Los principales noticieros de la TV chilena, mostraron amplios reportajes sobre
los goles que hubo en los partidos de la liga argentina, se habló de lo que
pasaba con el caso de un importante jugador nacional que jugaba en ese país, e
incluso, se mencionaba la temperatura ambiental que tuvo Buenos Aires ese día.
Por eso, a pesar de los años, sigo haciéndome con sincera preocupación algunas
preguntas que no logro entender y si quiero hacer. ¿Qué pasa con nosotros los
chilenos? ¿Qué pasa con los profesionales de la comunicación de este país? ¿Qué
pasa con los medios de comunicación? ¿Continúan siendo parte del encubrimiento
de una realidad, que aunque duela existe?
¿Tenemos miedo de hablar de los detenidos desaparecidos?
- Laura Elgueta Díaz es hermana de Luis Elgueta Díaz, desaparecido desde
julio de 1976