Latinoam�rica
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Cuando la protesta gana la calle
Uruguay y su globalizaci�n
Carlos Santiago
Bit�cora
�A que se debe este novedoso protagonismo social que est� apareciendo en el
pa�s por la acci�n de personas provenientes de sectores marginados que protestan
en la calle, quemando cubiertas de autom�viles y golpeando ruidosamente
cacerolas? �Es que las expectativas por la acci�n del gobierno del Encuentro
Progresista de alguna manera han sido mayores a los logros obtenidos hasta el
momento? Pero - hay que tenerlo claro - no
solo protestan quienes reclaman un mejor y m�s generoso funcionamiento del
llamado Plan de Emergencia, sino tambi�n los productores agropecuarios
endeudados que, incluso, cortaron la avenida de circunvalaci�n del Palacio
Legislativo, en un conflicto que a la hora de escribir esta l�neas, parece
agravado pues se ha quebrado una l�nea de di�logo abierta hace unos d�as por el
propio presidente Tabar� V�zquez.
Pero hay m�s: est�n los que presionan dentro de
los cuarteles, los que tratan continuamente de medir fuerzas con el gobierno, en
una pulseada continua, que tendr� un desenlace el que estar� vinculado a
alternativas cambiantes insertas en los niveles de la potencia de la acci�n
corporativa del sector militar que, m�s all� de sus reinvidicaciones
tradicionales, presionan ante la inminencia del an�lisis del Presupuesto
Nacional, que se pondr� en marcha a partir del 1ro de enero del 2006. �Y
tambi�n, quiz�s, los que llevan uniforme todav�a sigan so�ando en una peregrina
idea de que, como anta�o ocurr�a, las burgues�as nacionales los necesitan?
Otra fuente de conflictos son las c�rceles, tanto las vinculadas al Sistema
Penitenciario Nacional, como las que est�n destinadas a los delincuentes menores
de edad. Todas ellas viven una situaci�n de hacinamiento, con presupuestos
desajustados a la poblaci�n procesada y penada. C�rceles en donde se violan
flagrantemente los derechos humanos - como afirm� el propio ministro del
Interior Jos� D�az - y a las que, de acuerdo a las reticencias presupuestarias
del Ministerio de Econom�a, son muy dif�ciles de otorgarles una soluci�n
inmediata.
Toda una situaci�n conflictiva, a la que se suman
los reclamos de funcionarios y jubilados, cuyos ingresos siguen siendo bajos,
para no decir desesperantes, logrando ese panorama que muchos de ellos -
formalmente vinculados a la seguridad social - viven en una creciente pobreza,
integrando ese mill�n de uruguayos que tienen dificultades hasta para
alimentarse.
Claro est� - no podemos negarlo - el gobierno
progresista hered� una herencia maldita producto de los intereses que expresaban
los gobiernos anteriores que, como ocurri� durante el gobierno de Jorge Batlle,
apuntal� con miles de millones de d�lares a bancos que hab�an sido vaciados en
el marco de una pol�tica dictada desde el exterior, que solo beneficio a la gran
banca internacional que recibi� en sus arcas lo que se escapaba de Uruguay,
inclusive, lo que el gobierno otorgaba, para producir un pasa manos casi
inmediato. �A d�nde fueron los m�s de 800 millones de d�lares que se entregaron
a los bancos claudicantes en base a las �rdenes verbales del ministro Bensi�n,
luego legalizadas por el propio Batlle? �Y el "cr�dito puente" entregado por
EE.UU., para obligar el repago del FMI, dinero que solo se computa en nuestra
deuda externa? �Y los traspasos que hizo en Banco Central a esos mismos bancos?
Por ello, cuando el ministro de Econom�a, Danilo Astori, le dice en la propia
cara de su ex colega, Alejandro Atchugarry, que Uruguay tiene la mayor deuda
externa per-capita del mundo, no se est� equivocando. Pero adem�s de no
equivocarse est� informando de las razones por la cuales los uruguayos, pese a
las buenas intenciones del nuevo gobierno, no podemos comenzar a salir del pozo
en que todos estamos metidos.
La respuesta social a la grav�sima situaci�n que
vive el pa�s es nada m�s que una l�gica consecuencia de una situaci�n muy
dif�cil de manejar, especialmente luego de los acuerdos firmados con el FMI, que
exigen un f�rreo ahorro para completar el super�vit previo del 3.5 del PBI, pero
que a la vez le abrieron al pa�s una l�nea de cr�dito y nuevos plazos que
servir�n para amortizar la deuda externa que igualmente es muy dif�cil de pagar.
�Veremos que nos depara el futuro? El gobierno es
optimista en revertir el tema de la inversi�n extranjera en el pa�s, aunque
seguimos siendo uno de los pa�ses menos favorecidos del continente. Claro est�,
pa�ses como Argentina y Brasil, son m�s atractivos que Uruguay para montar
empresas, ya que all� los mercados aut�ctonos son importantes y tienen - como se
est� verificando hoy en Argentina - un creciente poder de compra.
El equipo econ�mico de gobierno, comandado por
Astori, ha logrado equilibrios macroecon�micos - de acuerdo a los datos
manejados a nivel de medios de comunicaci�n - calificados como impecables.
Claro, �ltimamente, han tenido que emitir moneda - lo que eufem�sticamente se
llama hacer crecer la base monetaria - con el fin de evitar nuevos desplomes de
la divisa norteamericana. Sin embargo esa emisi�n no se utiliz� - como debiera
haber sido - en mejorar la capacidad de compra de la gente, de completar las
deficiencias del Plan de Emergencia, para as� hacer crecer la econom�a que sigue
estancada.
La carta de confianza expedida al doctor Tabar�
V�zquez y al nuevo gobierno sigue vigente, pero es hora de que comiencen a
aparecer las medidas que sirvan para que los uruguayos vivamos mejor, que
nuestro nivel de compra sea adecuado a nuestras necesidades y con ello logremos
que las fabricas reabran, o que desde el exterior, lleguen los capitales para
otros nuevos emprendimientos.
La econom�a - tomando en cuenta el comercio
exterior - ha venido creciendo en una modalidad, por supuesto que bienvenida,
pero cuyos beneficios no se derraman r�pidamente sobre la sociedad en su
conjunto. El problema sigue siendo la distribuci�n de esa riqueza que queda en
muy pocas manos.
Pero - y esto lo saben perfectamente los miembros
del equipo econ�mico - los negocios con el exterior, las empresas que trabajan
para la exportaci�n de bienes, son las m�s vulnerables a los imponderables
externos.
El pa�s y el mundo est�n plagados de esqueletos de industrias dedicadas a la
exportaci�n, veamos las curtiembres, las empresas textiles, cuyo cataclismo
final se produjo con la competencia de China que, por producir a escalas
gigantescas, liquid� en el pa�s la producci�n de una cantidad de rubros, los
grandes frigor�ficos que cerraron y luego, cuando las coyunturas comerciales
cambiaron, florecen.
Vivimos horas dif�ciles y de definiciones
tajantes. El malhumor de sectores de la sociedad - m�s all� de las expresiones
desubicadas de "ultras" intransigentes y que reniegan de la democracia que
ellos mismos usufruct�an - es evidente. Y no debemos ser tan soberbios como para
englobar a todos y decir que existe una confabulaci�n da�ina - como alg�n
trasnochado dirigente ha se�alado - destinada a desestabilizar al gobierno.
Si alguien tiene dudas que se de una vuelta por
cualquier barrio en donde habiten marginados, o concurran a un "cantegril", y
all� comprender�n que la gente no puede m�s. Qu� en esos lugares la protesta
est� latente y que las acciones, de tono menor, que llenan las p�ginas de los
diarios, no son m�s que expresiones desesperadas de compatriotas a quienes les
debemos soluciones.
Las que hemos prometido.
(*) Periodista.