A la torturante cacería de brujas y la represión indiscriminada de la inteligencia militar colombiana junto con organismos norteamericanos, que deja ya mas de 40 retenidos y 12 golpeados y extraditados, ha seguido ahora el tropel de escuadrones paramilitares con la abierta complicidad de mandos castrenses, para desaparecer y asesinar a comerciantes y labriegos de los dos paises en la frontera.
EL pasado sábado, a las 8 de la mañana, luego de ser secuestrados y torturados, fueron asesinados a sangre fría dos ciudadanos ecuatorianos y el comerciante colombiano Rafael Ortíz, en la localidad de Balastrera, sobre las riberas del río San Miguel. Los campesinos acribillados empezaban sus labores diarias desplazándose en un bote por el río en territorio ecuatoriano cerca a la frontera. Asaltados por una patrulla con prendas militares colombianas y brazaletes de las AUC, fueron amarrados y llevados hasta la zona colombiana sobre el río, adónde en presencia del conductor del bote José Andrés Moreira y otros dos moradores, fueron salvajemente rematados con tiros de pistola.
Un día antes, familiares de cuatro ciudadanos la desaparición en territorio ecuatoriano en los tres últimos meses de 4 refugiados colombianos, que perseguidos por paramilitares habian obtenido protección de la ACNUR, pero que no se les había brindado protección. El Caso mas diciente es el de Wilmer Diaz Herrera, que junto a sus hermanos y familiares han sido diezmados y persguidos casi por todo el territorio colombiano como muchas otras familias. Wilmer fué desaparecido desde el 15 de mayo pasado y su familia como las organizaciones ecuatorianas y colombianas temen por su vida ante los asesinatos de ayer.
Mientras los paramilitares cumplían su misiones en San Miguel, el transportador logró huir y llegar hasta la localidad de General Farfán, a dos y medio kilómetros, adónde dío aviso a las autoridades y a las organizaciones del sector. Mientras tanto los habitantes de Balastrera le solicitaron colaboración a las fuerzas militares acantonadas aquí para rescatar los cadáveres a lo que se negaron, evidenciando por lo menos complicidad con ésos grupos.
Alexis Ponce de la Asamblea para los DD.HH. de Ecuador APDH, como reporteros del diario El Comercio de Quito, informaron que, los miembros de la Junta Parroquial (Concejales) de General Farfán con algunos moradores se aventuraron a ir hasta el lado colombiano exigiendo se les entregaran los cadáveres de las tres víctimas. A las 10 y media de la mañana pudieron rescatar el cadáver del ciudadano colombiano Rafel Ortíz, pero los militares se negaban a entregar los cuerpos de los ecuatorianos. Fue preciso nuevas gestiones para que a las 12 del día el grupo, que "no se sabe si eran militares o paramilitares colombianos" entregaran los otros dos cadáveres.
El motorista, Moreira, para el que ahora se pide protección por sus riesgos, dijo que el grupo de uniformados gritaron que "esto ocurre con los ecuatorianos que andan de guerrilleros" !(Sic), cuando los mataron.El secuestro y la muerte del colombiano y los dos ecuatorianos "fueron confirmadas por personal militar asignado a General Farfán y a Quito.
Incluso se conoció que se pidió una investigación". coincidieron en anotar los moradores y la APDH, citados por El Comercio.
Directivos de APDH denunciaron asímismo como en las áreas de Puerto Nuevo, mientras ocuurían los hechos, fueron detenidas, siete personas por militares sin conocerse cuáles fueron las razones. Las detenciones, golpizas e indagatorias es ya rutina común en toda la región de Sucumbíos y Orellana, por parte de patrullas conjuntas de paramilitares y tropas de Colombia y Ecuador, según denuncian moradores. Este parece ser parte del acuerdo impuesto por el presidente Uribe y los mandos norteamericanos a los mandos ecuatorianos, en las recientes reuniones conjuntas, luego de la ofensiva de las FARC. Así los estan logrando con el plan patriota, extender el conflicto interno de Colombia mas allá de las fronteras e involucrar al Ecuador en la guerra. Ya algunos servicios de inteligencia, como el DAS y el FBI, han afrmado que las Farc cruzaría las fronteras de los países vecinos, incluso mas allá, para ayudar a derrocar ésos gobiernos, amenazados por la constante movilización popular.