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Gobierno de Lula
Entrega y Corrupción

El gobierno de Lula vive hoy una profunda crisis política. Un caso de corrupción en una empresa estatal creció como una bola de nieve y afectó al conjunto del gobierno, al Partido de los Trabajadores y al Parlamento. A su sumisión al imperialismo, se suma ahora el desprestigio de la corrupción. Es imprescindible que los revolucionarios y todos los luchadores de Latinoamérica y el mundo saquemos conclusiones de estos hechos. .
El proceso se inició con una denuncia de corrupción por 24 millones de dólares en la empresa estatal de Correos que afectaba al diputado Roberto Jefferson, máximo dirigente del PTB (Partido Trabalhista Brasileiro, un viejo partido burgués que hoy forma parte de lo que se llama "base aliada" del gobierno de Lula, con más de dos mil cargos en distintos niveles a cambio de su apoyo parlamentario).
Ante la acusación, Jefferson amenazó con contar todo lo que sabía y la prensa comenzó a llamarlo el "hombre bomba". La "bomba" finalmente explotó y en sus declaraciones ante una comisión parlamentaria, Jefferson declaró: .
La corrupción en Correos era sólo uno más de los "esquemas" de este tipo que existían en todas las empresas estatales y en las distintas áreas del gobierno. Es un "área de trabajo" inmensa ya que algunas empresas y bancos estatales o ministerios federales manejan activos y presupuestos gigantescos, superiores al PBI de muchos países. Por ejemplo: Petrobrás (22.300 millones de dólares de inversiones hasta 2010), Caixa Económica Federal (posee activos por 61.600 millones de dólares), Banco Nacional de Desarrollo (25.000 millones de dólares de financiamiento de proyectos en 2005), etc. Otras áreas son "menores" ya que "apenas" manejan unos "pocos" cientos de millones de dólares. .
El gobierno de Lula pagaba un "mensalão" a los diputados (sobresueldo mensual secreto de unos 12.500 dólares) para que votasen sus proyectos. .
La pieza clave para el circuito del "mensalão" era el empresario publicitario Marcos Valério Fernandes de Souza, un hombre muy cercano al tesorero del PT, Delúbio Soares, que también era parte del funcionamiento del "esquema". .
Años atrás, el PT había denunciado la "compra" de diputados para votar la modificación de la Constitución que permitió la reelección del ex presidente Fernando Enrique Cardoso. Sólo que, ahora, los acusados de usar este sistema son el propio PT y el gobierno de Lula.
Las denuncias de Jefferson fueron, de hecho, corroboradas por un informe del Banco Central que verificó importantes retiros de dinero de las cuentas de Marcos Valério, coincidentes con las fechas señaladas por Jefferson para el pago del "mensalão", así como por las declaraciones de la secretaria del publicitario.
Las agencias publicitarias de Marcos Válerio son claramente favorecidas con contratos del gobierno y las empresas estatales. Pero esto no sería sólo un "pago de favores". A través de esta sobrefacturación de servicios, funcionaba una "caja dos" para la salida de fondos adicionales para el "mensalão" y para "retiros particulares" de los dirigentes del PT. La Folha de São Paulo (4/7/2005) informa que, en 2004, las agencias de Marcos Valério facturaron cerca de 200 millones de dólares, pero que los espacios comprados en diversos medios (a los precios del mercado) sólo justifican un tercio de esa cifra. Otro tercio serían las ganancias normales de la publicitaria. El resto sería, entonces, la famosa "caja dos".
Prestando tales "servicios", no parece casual que, desde la asunción del gobierno Lula, Marcos Valério haya duplicado su patrimonio. .
Lula sabía
En este punto, ya resulta claro que el conjunto del gobierno y el PT están metidos hasta el cuello en la corrupción. Una encuesta informó que el 75% por ciento de los simpatizantes petistas creen que su partido participa de esos "’esquemas". Por otra parte, no era el primer caso de corrupción que afectaba al partido (ver recuadro). Pero muchos de ellos se niegan todavía a creer que sea el propio Lula quien está en el centro de todo.
Al mismo tiempo, por razones políticas que analizaremos más adelante, comenzó un operativo para resguardar al presidente, desde el propio Jefferson, quien declaró que el Lula no sabía nada, hasta la oposición burguesa más seria (el PSDB y el PFL). Nosotros, como el editorial de Opinião Socialista 223 (periódico del PSTU – Partido Socialista de los Trabajadores Unificado), decimos: Lula sabía.
En primer lugar, porque es imposible creer que un sistema como el del "mensalão", o los esquemas de corrupción que se extienden por todas las áreas de su gobierno, pudieran existir sin su conocimiento, más aún, sin su consentimiento. En segundo lugar. Lula sabía quiénes eran Roberto Jefferson y el PTB (viejos aliados del supercorrupto ex presidente Collor de Melo) cuando acordó políticamente con ellos y les dio miles de cargos en su gobierno. Al mismo tiempo, si no sabía, y sólo ahora sabe y realmente quiere limpiar a los corruptos, ¿por qué encabezó una gigantesca operación tratando de impedir la formación de una CPI (Comisión Parlamentaria Investigadora)? Y, una vez fracasado ese intento, ¿por qué buscó asegurarse el control de la Comisión, transformándola en lo que en Brasil se llama "CPI chapa branca" (que no va investigar nada seriamente)?
Pero, esencialmente, Lula sabía porque llegó a ser presidente del gobierno de un Estado capitalista aceptando sus reglas de juego. Entre ellas, como un componente esencial, la corrupción. .
Estado capitalista, corrupción y "reformismo"
A los marxistas revolucionarios, no nos toma de sorpresa lo que hoy ocurre con el gobierno de Lula. Es el resultado de dos cuestiones muy profundas: por un lado, el carácter del Estado capitalista; por el otro, las características del propio PT.
Por su propia esencia, el Estado capitalista es corrupto porque su función es defender y garantizar el dominio y los negocios de un sector minoritario de la sociedad (la burguesía), en perjuicio de la mayoría. Por eso, incluso el gobierno burgués más "limpio" es también, en este sentido, "corrupto".
Pero el Estado capitalista es una "maquinaria" que encabezan los gobiernos que aplican políticas concretas que pueden favorecer a algunos sectores burgueses y perjudicar a otros. Cada sector, para ser favorecido, trata de poner en el Estado y en los gobiernos a "su gente" o "comprar" a los que ya están, muchas veces, en disputa entre sí. Por ejemplo, en EE.UU., tanto Bush como el vicepresidente Cheney pertenecen al sector petrolero y su política lo favorece claramente, al igual que al "complejo militar-industrial". Al mismo tiempo, el Estado maneja una parte importante de la economía a través del presupuesto y, para los distintos sectores burgueses, es clave asegurarse recibir una "porción. Por eso, desde la recolección de la basura en un municipio hasta la concesión de una gran obra pública son objeto de disputa y, a la vez, fuente de negocios.
Pero, para entender a fondo la corrupción, hay que considerar otro elemento: en general, los burgueses no asumen de modo directo la administración del Estado ni integran los gobiernos. Para ello, emplean una burocracia especializada política, técnica y administrativa. Un gran burgués que integre un gobierno, en la medida que se asegure políticas y contratos que lo beneficien, puede darse el lujo de ser "honesto", es decir, no robar de modo directo los fondos estatales o no aceptar coimas. Para un burócrata estatal o un político profesional eso es imposible. No sólo debe adaptarse a las reglas de juego existentes sino que su ubicación en el Estado o en el gobierno es su "fuente de ingresos" y su única posibilidad de enriquecimiento. Por eso, reciben "comisiones" por los millonarios negocios que le aseguran a los burgueses y, en muchos casos, realizan así su propia "acumulación primitiva capitalista" y se transforman ellos mismos en burgueses, con sus propios negocios e inversiones.
Este último es claramente el caso del PT. Un partido de ideología reformista, cuyos principales cuadros eran dirigentes sindicales, abogados e intelectuales. Al acceder a los gobiernos municipales y estaduales, en años anteriores y, más aún ahora, en el gobierno federal, lejos de "humanizar" o reformar el capitalismo "desde adentro" se transformaron en sus agentes directos y, a la vez, aves de rapiña y corruptos para asegurarse su "acumulación primitiva". Un ejemplo es el de Luis Gushiken, ex dirigente del sindicato bancario y actual ministro de Comunicaciones de Lula. Años atrás, creó la empresa Gushiken y Asociados, especializada en "consultoría previsional". En 2002, antes de asumir como ministro, se la "vendió" a sus máximos colaboradores y la empresa cambió de nombre. Desde la asunción del gobierno de Lula, la empresa tuvo un crecimiento espectacular, gracias a los contratos que obtiene para asesorar y administrar los fondos de pensión de los trabajadores de varias empresas y bancos estatales. Entre ellos, el fondo más importante del país, la Preví, de los empleados del Banco do Brasil.
La corrupción del PT, en realidad, comenzó ya en las propias campañas electorales, antes de acceder al gobierno nacional, de los estados o de los municipios. Para financiar esas campañas, que son muy costosas, el PT recibió grandes sumas de dinero de empresarios, empresas y bancos. En la mayoría de los casos por "caja 2", como admitió el propio Lula recientemente. Y al recibir esos aporte ya quedaba sellado el pacto del PT con la burguesía y condicionada toda su acción de gobierno. Lejos del partido contestatario de sus orígenes, el PT se transformaba así en una pata cada más importante del régimen político burgués. .
El fin de la ilusión
Estos hechos están terminando de demoler las últimas ilusiones que quedaban de que el gobierno de Lula iba a cambiar la historia de Brasil. Desde su fundación, a inicios de la década de 1980, el PT fue creciendo apoyado en la perspectiva de que, con la llegada de Lula a la presidencia, mejorarían las condiciones económicas y sociales de los trabajadores y el pueblo y se "dignificaría" la política brasileña.
Las expectativas de cambios económico-sociales quedaron rápidamente frustradas. Desde su asunción, en enero de 2003, Lula cumplió al pie de la letra las órdenes del imperialismo: pagó miles de millones de dólares de la deuda externa, favoreció las inversiones imperialistas, entregó las riquezas del país, mantuvo el salario mínimo por el piso, no hizo nada contra la desocupación ni por la reforma agraria... Al mismo tiempo, acentuó la tendencia ya existente de que Brasil actuara como "socio menor" del imperialismo en la explotación de países más pobres (como Petrobrás en Bolivia), en ayudar a "apagar incendios" provocados por la lucha de clases (como en Venezuela 2002 o recientemente en Bolivia) y hasta como "brazo armado auxiliar", al enviar tropas a Haití, cubriéndole la espalda a Bush.
Ahora también se derrumban las esperanzas de que cumplan su vieja propuesta "ética" de limpiar la corrupta política del país. Ahora se ve claramente que el PT no sólo se integró a esa misma corrupción sino que es quien la está alimentando.
Para muchos trabajadores brasileños, y de otras partes del mundo, esto será, seguramente, causa de decepción y de escepticismo. Nosotros creemos que no hace más que confirmar que es imposible terminar con las lacras del capitalismo, como la miseria o la corrupción, sin una revolución obrera y socialista, asentada y controlada por organizaciones democráticas de los trabajadores y el pueblo. La desagradable actualidad del PT y del gobierno de Lula es el espejo en que deben mirarse todas las propuestas reformistas. .
¿Golpe de la derecha?
El gobierno de Lula está sufriendo un fuerte proceso de crisis y debilitamiento. Como consecuencia del escándalo, tuvo que renunciar José Dirceu, principal ideólogo del PT y virtual primer ministro. Lula está reorganizando su gabinete dando más ministerios a un partido burgués de su "base aliada", el PMDB. Se esta produciendo lo que se llama la "despeteización" del gobierno. Pero la "onda expansiva" ya afectó también profundamente al PT y obligó a la renuncia de su cúpula: el presidente del partido, José Genoino, el secretario general, Silvio Pereira, y el tesorero, Delúbio Soares.
La situación del gobierno de Lula y del régimen político brasileño es una expresión de la crisis que corroe y desprestigia frente a las masas a los gobiernos y regímenes de la "democracia colonial" de toda Latinoamérica, aunque en Brasil esa situación aún no llega a la agudeza que adquirió en países como Bolivia o Ecduador.
En este marco, varias organizaciones que apoyan al gobierno (la CUT, la UNE y el MST) han salido a denunciar que todo es producto de un "golpe mediático" de la derecha y la elite del país en un intento que "busca aislar y derrotar el proyecto de cambios" expresado por Lula (ver recuadro).
Esta afirmación es completamente falsa. Los hechos de corrupción existen y no han sido inventos de la derecha ni de los medios. Además, por qué la "elite" brasileña querría voltear a un gobierno que le está rindiendo tan buenos servicios. No es casual que el senador del PT, Delcídio Amaral, presidente de la CPI sobre la corrupción en Correos, haya declarado "la elite somos nosotros".
El conocido escritor Luiz Fernando Veríssimo, simpatizante histórico del PT, ironizó sobre este "golpe", en una columna periodística: "Lo que hoy estaría en curso en Brasil sería un clásico golpe conservador contra un inadmisible gobierno de izquierda, si no fuese por un detalle: lo que falta es el gobierno de izquierda".
En realidad, lo que ocurre es exactamente lo opuesto. Los partidos más importantes de la oposición burguesa de derecha (el PSDB y el PFL) han salido a resguardar a Lula y a evitar que la crisis alcance al presidente. Por ejemplo, Aécio Neves (uno de los más importantes dirigentes del PSDB) salió públicamente en defensa de "la honestidad de Lula" y los diputados de ambos partidos ayudaron a que la CPI fuera "chapa branca".
Lo que menos quieren estos partidos es que la actual crisis origine un gran movimiento de masas que cuestione la gobernabilidad y derribe a Lula (como ocurrió en el pasado con Collor de Melo, en Brasil, o recientemente en Ecuador y Bolivia). Incluso, sin que las cosas lleguen a ese extremo, tampoco quieren que el régimen político quede tan debilitado. En este sentido, la tradicional Folha de São Paulo en un artículo titulado "Las elites conspiran pero a favor de Lula" dice: "El PSDB ha sido, por su parte, más bombero que incendiario de la crisis. A los tucanes (NdR. símbolo de ese partido) les interesa que Lula concluya su mandato, políticamente rendido". La mejor respuesta a la teoría de la "conspiración" la da el propio diario burgués en el mismo artículo: "¿Dónde está, entonces, el golpismo, la trama sórdida de las elites contra el líder obrero?".
Su política, entonces, es desgastar la popularidad de Lula y, entonces ganarle las elecciones del 2006. O que se comprometa a no presentarse su candidatura en año que viene a cambio de que ahora lo sostengan, como se está negociando "bajo cuerda". .
Salir a las calles
Por todo lo que señalamos, está planteada la necesidad de que los trabajadores y el pueblo de Brasil redoblen su lucha contra el gobierno de Lula. Si ya lo estaban haciendo contra su política económica y social, como las diversas huelgas de empleados públicos o la reciente rebelión en Florianópolis contra el aumento del pasaje de ómnibus, ahora se suma también la necesidad de pelear contra la corrupción y el robo en el Estado y en el gobierno.
La indignación, la decepción e, incluso, la desmoralización deben transformarse en lucha. Como expresa el PSTU Opinião Socialista 222 ¡Es la hora de salir a las calles! La movilización a Brasilia, unificando las banderas de la lucha salarial, contra las reformas laboral y sindical y contra la corrupción capitalista, convocada por la Conlutas para el 17 de agosto, es una oportunidad para hacerlo. .
(BOX 1)
La "mano en la lata"
El caso del Correo (y toda la secuela que desató) no es el primer caso de corrupción en que aparecen involucrados el gobierno de Lula ni al PT. Por ejemplo, el presidente del Banco Central, Enrique Meirelles, un hombre proveniente de la banca imperialista, está siendo investigado por haber obtenido créditos del Banestado presentando como avales la propiedad de empresas agropecuarias inexistentes.
Pero el propio PT, en los últimos años, ha estado envuelto en varios graves casos de corrupción, ya desde la época en que gobernaba ciudades y estados. Veamos sólo dos de los más conocidos: .
* "El caso Waldomiro". Waldomiro Diniz es un militante del PT y hombre de confianza de José Dirceu. Se presentaron cintas grabadas que demostraban que, en 2003, siendo asesor del gobierno, había negociado con empresarios del juego para favorecerlos en concursos para adjudicar Bingos a cambio de "propinas" y contribuciones para las campañas electorales. Aunque la CPI que investigó el caso, como otras de este estilo, avanzó muy poco, el hecho obligó a que José Dirceu dejara algunas de las funciones que ejercía en el gobierno de Lula. .
* "El caso Celso Daniel". En enero de 2002, fue asesinado Celso Daniel, alcalde petista de la ciudad de Santo André, en los suburbios del sudeste de San Pablo. Fue un hecho de extrema crueldad, ya que el cuerpo mostraba signos evidentes de tortura y el automóvil fue incendiado. Aunque hay detenidos algunos acusados del crimen, el caso aún no ha sido aclarado. Las sospechas de quién dio la orden siempre recayeron sobre Sérgio Gómez da Silva, ex guardaespaldas ("sombra" como le dicen en Brasil) de Celso Daniel, luego transformado en empresario. Las razones habrían sido la existencia de un "esquema" de corrupción en la adjudicación de los servicios de transporte público de la ciudad a cambio de "propinas". La cosa es peor aún. El Jornal do Brasil (4/7/05) informa que la Justicia posee cintas que prueban que la cúpula de ese partido intentaba entorpecer y frenar las investigaciones del caso. El asesinato de Celso Daniel muestra que los dirigentes del PT no sólo está metidos hasta el cuello en la corrupción sino que además, están dispuestos a adoptar los métodos mafiosos que muchas veces la acompañan. .
(BOX 2)
CUT-UNE-MST
Un papel criminal
Frente a las denuncias de corrupción, la CUT (Central Única de Trabajadores), la UNE (Unión Nacional de Estudiantes) y el MST (Movimiento de los Sin Tierra) han sacado una declaración conjunta apoyando al gobierno de Lula y denunciando la situación como un "intento de golpe de la derecha".
En el artículo principal de este Correo Internacional, respondemos a esta posición. Aquí queremos analizar el papel criminal y traidor que la gran mayoría de la "izquierda" está jugando en Brasil ante el entreguista y corrupto gobierno de Lula. De la cúpula burocrática de la CUT no podía esperarse algo distinto. Ellos son socios de la corrupción en el gobierno y en las empresas estatales. Ahora, el máximo dirigente actual de la CUT, Luiz Marinho, asumirá como ministro de Trabajo. No es casual entonces, que esta central oficialista esté sufriendo permanentes ruptura por abajo y que comience a surgir un embrión de alternativa con el Conlutas.
La posición de la UNE expresa la de su dirección, el PC do B, una organización de origen maoísta, hoy convertida en una maquinaria esencialmente electoral que participa del gobierno de Lula con dos ministros y numerosos funcionarios menores. La UNE, de heroica tradición en la lucha contra la Dictadura y por el Fuera Collor, ha sido transformada en un aparato vacío de contenido, casi una oficina del gobierno en la implementación de la reaccionaria reforma universitaria que impulsa el gobierno. Por eso, diversos centros estudiantiles comienzan a construir una alternativa con el Conlute.
El caso del MST es más complejo. Continúa siendo una organización con peso en la vanguardia campesina, impulsa algunas ocupaciones de tierras y, formalmente, no integra el gobierno de Lula, que paralizó cualquier perspectiva de reforma agraria. Sin embargo, la dirección del MST se ha asociado con el gobierno en la implementación de numerosos programas rurales, así como en otros financiados por ONGs. En su interior se evidencian tensiones entre la dirección y sectores que quieren dar mucho mayor impulso a las ocupaciones de tierras y a la lucha por la reforma agraria.
Otra fuerza que integra el gobierno de Lula es la DS (Democracia Socialista), sección brasileña del Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional. La DS y el SU son un claro ejemplo del "aluvión oportunista" que arrastró a la mayoría de la izquierda en el mundo y en el país. De origen trotsquista, la DS mantiene dos ministros en el gobierno y desde el Parlamento y la CUT lo apoya y lo defiende. Con esta política criminal y traidora, estas organizaciones no han hecho más que ensuciar y desprestigiar a la izquierda y al socialismo ante los ojos de millones de trabajadores.
Finalmente, tenemos que analizar el papel que están jugando las organizaciones de la "izquierda petista" y "cutista" como Articulación de Izquierda. Estos sectores hacen algunas críticas al gobierno, al PT y a la dirección de la CUT, pero se niegan a romper con ellos y sumarse a la construcción de nuevas alternativas. Por ejemplo, Walter Pomar, el más conocido representante de este sector, participó del acto de apoyo a José Dirceu, después de su salida del gobierno. Terminan así, avalando por "izquierda" la entrega y la corrupción. En el marco del completo proceso de burocratización de la CUT y de la degeneración del PT, su peso en esas organizaciones es cada vez menor. Este papel se expresó en algunas de las recientes elecciones sindicales. En el sindicato bancario de San Pablo, directamente integraron la lista de la burocracia lulista, mientras que en el gremio de docentes del estado de San Pablo (apoesp) presentaron su propia lista, dividiendo a la oposición, y apenas obtuvieron menos del 10%. .

(BOX 3)
Construir una alternativa
Aunque minoritarios existen sectores de la izquierda que no han capitulado al gobierno de Lula y luchan contra él. El ejemplo más claro es el del PSTU (Partido socialista de los Trabajadores Unificado), sección brasileña de la LIT-CI. Desde el mismo inicio del gobierno, el PSTU denunció su política entreguista y antiobrera y llamó a luchar contra ella, impulsando activamente las huelgas, como la de los trabajadores de la Previsión y otras. Ahora también llama a la lucha contra la corrupción capitalista. Y frente a la transformación de la CUT en una "agencia gubernamental", el PSTU comenzó a impulsar la construcción de una alternativa, la Conlutas, para unir a los sindicatos que están dispuestos a enfrentar al gobierno. En las recientes elecciones sindicales, impulsó la formación de listas opositoras a la burocracia de la CUT en numerosos sindicatos. Esas listas obtuvieron muy buenos resultados en lugares tan importantes como metalúrgicos de Belo Horizonte y Contagem (43%), docentes del estado de San Pablo (30% en el estado, ganando en la capital, el Gran San Pablo y varias ciudades del interior, bancarios de San Pablo (35%, ganando en los bancos estatales), petrolero de Río de Janeiro (43%), etc.
Otro caso es el del PSOL (Partido del Socialismo y la Libertad), que surgió a partir de la expulsión de varios legisladores y corrientes del PT que se negaron a votar leyes propuestas por el gobierno. Es un partido claramente opositor al gobierno de Lula y denuncia tanto su política. Pero el centro de su actividad es la perspectiva de la participación en las elecciones de 2006 con la candidatura de su principal dirigente, la senadora Heloísa Helena, incluyendo posibles acuerdos con partidos burgueses como el PDT o el PPS. En otras palabras, el PSOL nació como un partido cvlaramente integrado al régimen política burgués. Por otro lado, el PSOL ha tenido grandes contradicciones internas en impulsar la ruptura con la CUT y, hasta ahora, se opone a la ruptura con la UNE. Pero, como reconocemos su oposición al gobierno de Lula y al PT, el PSTU ha llamado al PSOL a impulsar juntos la lucha contra el gobierno y a construir juntos las alternativas de la Conlutas y la Conlute. Junto con esto, para las elecciones de 2006, el PSTU ha llamado públicamente al PSOL a formar un frente clasista y socialista encabezado por Heloísa Helena