Latinoam�rica
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Entrevista al sacerdote
colombiano Javier Giraldo
"Hemos entregado pruebas a la fiscal�a colombiana de m�s
de 500 cr�menes y no ha habido ning�n intento de esclarecimiento, es un sistema
corrupto"
�Pachakuti
�
El compromiso del sacerdote jesu�ta
colombiano Javier Giraldo, licenciado en Sociolog�a, se remonta a la d�cada de
los 70 en la orientaci�n de procesos organizativos de los sectores populares.
En los a�os 80 dirigi� la Oficina de Derechos Humanos y Derechos de los Pueblos
del Centro de Investigaci�n y Educaci�n Popular (CINEP). Fue Secretario
Ejecutivo de Justicia y Paz entre 1989 y 1999, momento en el que tuvo que salir
temporalmente al exilio por amenazas de muerte. Regres� a finales del 2000 a
Colombia, donde en medio de un grave riesgo trabaja a favor de la justicia y
los derechos humanos, particularmente de la poblaci�n desplazada por
estrategias de ocupaci�n paramilitar. En Espa�a recibi� el Premio Jos� Mar�a
Bandr�s Defensa del Derecho de Asilo y la Solidaridad con los Refugiados fue
instituido por CEAR y la Fundaci�n CEAR para reconocer el compromiso con los
refugiados �
Pachakuti: En este Seminario Internacional denominado
"Territorio, Vida y Seguridad Humana frente a planes econ�micos y
militares, una parte de su preparaci�n ha correspondido a Justicia y Paz"
�cu�l es la esencia de un Seminario de estas Caracter�sticas?
Javier Giraldo. Esto ha tenido unas etapas anteriores que se han
dado en Colombia. Yo creo que el origen de todo esto tiene que ver con la toma
de conciencia de que las experiencias que se ven�an desarrollando en las
Comunidades, de Paz, de b�squeda de autonom�a, en los grupos que acompa�a
Justicia y Paz, se estaban encontrando un poco aisladas y por eso mismo eran
m�s vulnerables, porque no se estaban tejiendo redes con otros grupos que est�n
buscando lo mismo en otras regiones del pa�s y en otros pa�ses, entonces surgi�
esa idea de empezar a invitar al mismo Territorio de estas Comunidades a
movimientos de otros pa�ses de Am�rica Latina que estuvieran en esta m�sma
b�squeda, y lo mismo de otros lugares de Colombia, y empezaron a desarrollarse
estos encuentros, que yo creo que han sido muy interesantes porque han ido
tejiendo una red, intercambiando experiencias, buscando espacios de solidaridad
internacional, y configurando un movimiento que se identifica con una misma
b�squeda, una misma ruta, unas mismas metas, as� se est� en pa�ses distintos, con
l�neas de trabajo com�n, en la b�squeda de ese otro mundo posible..
P.- Dentro de las dificultades al trabajo de ustedes est�n las
amenazas a la Comisi�n de Justicia y Paz... eso tiene alg�n tipo de salida para
reducir la intensidad de las amenazas..?
JG. Todo esto es imprevisible. El tema de las amenazas en
Colombia es muy imprevisible. Uno no puede descubrir ninguna l�gica de c�ando
las amenazas se convierten en un desenlace fatal. No hay reglas para evaluar
esto..A veces las amenazas buscan desactivar un
proceso haciendo salir del pa�s a una persona...pero yo creo que este tipo de
encuentros de tipo internacional , van haciendo
visibles a procesos como las de las Comunidades que de una u otra manera son
m�s vulnerables a las amenazas por estar en zonas aisladas, y cuando se van
tejiendo las redes de solidaridad y los victimarios van entendiendo que
proseguir con sus acciones van a enfrentar reacciones internacionales, pues se
cuidan m�s de hacerlo..
P.- La presencia de ustedes, Justicia y Paz, su acompa�amiento a las
Comunidades, �puede ser uno de los motivos de esas amenazas, o les duelen m�s
las investigaciones rigurosas que ustedes realizan, o todo junto..?
JG.- Todo junto yo creo. La denuncia les duele mucho al estado y
al paraestado. Hay mucha gente que por el s�lo hecho de denunciar ha sido
eliminada, desplazada, desaparecida, pero tambi�n creo que en este gobierno en
particular las Comunidades de Paz son como un blanco preciso de ataque. Este es
un gobierno que se ha caracterizado por acabar con los espacios neutrales e
independientes. El proyecto de este gobierno es un proyecto fascista, de
control total de la poblaci�n y sobre todo de un control paramilitar de toda la
poblaci�n, y las Comunidades de Paz son precisamente una propuesta de no
involucramiento de los actores armados, y entre ellos est� el ej�rcito, y los
paramilitares que son sus aliados. Ellos no quieren espacios que se escapen a
su control, y prefieren m�s bien que comunidades que ya sea por el temor, o por
una confusi�n en sus objetivos se dejen conquistar por una presencia
paramilitar: pero estas Comunidades que tienen muy claro que no quieren
colaborar con los paramilitares y que quieren tomar una posici�n muy firme ante
ellos, pues son espacios que el gobierno trata de destruir porque estiman que
rompen con su control total de la poblaci�n.
P.- El caso concreto de San Jos� de Apartad�: Investigaciones
posteriores en el Congreso u otras ...�est� habiendo alg�n tipo de
"salida" a la impunidad de ese crimen..?
JG.- En Colombia la impunidad es la medida de todas los
cr�menes...creo que lo que ha preocupado al gobierno en la masacre de San Jos�
de Apartad� es que no contaban con una reacci�n internacional tan fuerte. Ese
crimen impact� a nivel mundial, primero porque hab�a tres ni�os, un ni�o de
s�lo 18 meses, un a ni�a de cinco a�os, un ni�o de 10 a�os, y eso hiri� muy
profundamente la sensibilidad de mucha gente en el mundo y la reacci�n ha sido
muy fuerte. En segundo lugar por la crueldad, porque este crimen ha sido
"excesivamente" cruel, las v�ctimas fueron descuartizadas,
despedazadas con garrote y machete, y eso tambi�n impact� mucho en la
sensibilidad, y en tercer lugar porque entre las v�ctimas hab�a un l�der, que
no s�lo es de los impulsores de estas Comunidades de Paz, sino que tambi�n era
un lider conocido en varios pa�ses porque �l hab�a estado compartiendo las
experiencias de las Comunidades de Paz, en Italia, en Estados Unidos, en
Ecuador, adem�s era uno de los interlocutores con el gobierno nacional, en
comit�s interinstitucionales .. eso tambi�n hizo que
el crimen impactara mucho, y que hubiera reacciones contra el gobierno...
Ahora, ellos creyeron que pod�an ocultar la responsabilidad del ej�rcito en
este crimen, porque se trataba de una zona bastante alejada, a ocho horas de camino
del mismo centro de la Comunidad de Paz, y una zona donde no van carreteras,
los caminos son muy primitivos, pensaron que pod�an entonces ocultar la
responsabilidad del ej�rcito, pero desafortunadamente para ellos, fue muy
visible, porque el ej�rcito hizo presencia en esa semana, y dos d�as antes, y
un d�a antes del crimen, en varias zonas familias fueron obligadas a
desplazarse, fueron muy golpeadas, el ej�rcito dej� confinadas en sus casas ,
abligadas a no tomar alimentos, en otros lugares familias fueron perseguidas
para amarrarlas, en una Comunidad muy cercana, a solo una hora de la masacre,
fue sorprendido un miliciano que ten�a arma, pero fue sorprendido a las cinco
de la ma�ana cuando estaba durmiendo, pero una ni�a de �l fue herida por el mismo
ej�rcito, y fue necesario llevarla a un hospital de san Jos�....es decir fueron
dejando huellas de su presencia por todas partes...adem�s una vez perpetradas
las dos masacres, fueron a un tercer lugar, donde desafortunadamente para
ellos, viv�a la familia de este l�der, y fueron los mismo militares los que
comunicaron como hab�an matado a Luis Eduardo y a los otros campesinos , es
decir no tuvieron cuidado por ocultar lo que hab�an hecho, o de fingirse como
en otros lugares que hab�an sido paramilitares, y fue visible para todo el
mundo que eran tropas del ej�rcito oficial, que cometieron muchos atropellos en
los mismos d�as, eso era inocultable...ahora..despu�s
del crimen el gobierno pide que nos sometamos a los mecanismos de la justicia,
que se han demostrado como mecanismos absolutamente corruptos, que siempre han
llevado a la impunidad, y la Comunidad reaccion� que ya no iba a colaborar con
esta justicia �no? Y esto fue ocasi�n tambi�n para que nosotros hicieramos
visible c�mo m�s de 500 agresiones anteriores a las Comunidades que han sido
puestas en conocimiento de las instituciones judiciales, nunca han recibido ni
una sanci�n, y de hecho ha sido otro punto de confrontaci�n con el gobierno. El
gobierno desaf�a a que presentemos pruebas y hemos dicho que ya hemos dado
declaraciones y entregado pruebas a la fiscal�a de m�s de 500 cr�menes y nunca
ha habido ning�n esclarecimiento ni sanci�n, y que ya no estamos dispuestos a
colaborar con un sistema tan corrupto, y que eso no lo vamos a llevar a la
justicia colombiana, que estamos pidiendo a organismos internacionales que
asuman ese caso. �
Esto fue lo que llev� a una Comisi�n del parlamento, donde convocaron al mismo
ministro de defensa, y a los mismos generales del ej�rcito ,
al procurador, y al fiscal, y tambi�n nos invitaron a varias personas que hemos
estado acompa�ando a las Comunidades. Y esta sesi�n de la C�mara fue muy
accidentada: primero porque en las primeras gestiones la presidenta convoc� a
una plenaria y restringi� el tiempo para este debate. Y en este poco tiempo
s�lo pudimos denunciar los hechos pero sin profundizar mucho. Y permiti�
tambi�n que algunos militares, y algunos parlamentarios que apoyan a los
militares se prepararan para la segunda fase de este debate, y se prepararon
con un gran montaje, en que un general retirado del ej�rcito coordin� la
respuesta de los militares, y llev� cuatro falsos testigos, que son testigos
que ellos presentan como guerrilleros desmovilizados, pero que nosotros los
conocemos, y sabemos que no eran guerrilleros, que fueron torturados por un
coronel del ej�rcito, que fueron v�ctimas de un montaje judicial y sometidos a
una presi�n y a una extorsi�n terrible que los llevaron a aceptar unas
propuestas de los militares pero que desde esos momentos ellos no tienen ninguna
libertad, son rehenes del ej�rcito, y por lo tanto sus testimonios no tienen
ninguna validez , eso lo denunciamos en la misma sesi�n, y todos los dem�s
detalles de la intervenci�n de los militares eran una acusaci�n fundada en
informaciones absolutamente falsas. Tuvimos muy poco tiempo para defendernos de
esas acusaciones que nos hac�an , porque la l�gica de
todo el debate consist�a no en probar que los militares no hab�an sido los
autores de las masacres, sino en probar que quienes estabamos acusando �ramos
guerrilleros (�). Por ejemplo a m� me acusaron directamente a trav�s de sus
falsos testigos de que yo , en un carro que no tengo, y que nunca he tenido
carro, le subo la munici�n a la guerrilla.. todo ese c�mulo de falsedades se apoy� quien pretend�a
deslegitimar a quienes hac�amos la denuncia. No con ninguna prueba de que los
militares no fueron los autores. Entonces fue un debate muy accidentado, muy
manipulado, perverso: los mismos medios de comunicaci�n en vez de tomar las
denuncias que nosotros hicimos, por lo menos ponerlas en igualdad de peso con
lo que dec�an los militares, solamente tomaron una acusaci�n que se hizo contra
Gloria Cuartas, exalcaldesa de Apartad�, de que era militante de la guerrilla
por que hab�a estado en Venezuela, en un encuentro donde algunos participantes
hab�an gritado libertad para Sim�n Trinidad...con este tipo de montaje quer�an
deslegitimar la denuncia, como es tradicional en el gobierno colombiano, nunca
se hacen investigaciones serias, y cuando algo molesta mucho de las denuncias
le arman un proceso penal al que denuncia para descalificarlo, es un m�todo muy
frecuente en el gobierno colombiano... Ahora, eso mismo llev� a un peque�o
grupo de parlamentarios colombianos a escribir un documento dirigido a la Corte
Penal Internacional, solicitando que esta Corte asumiera la investigaci�n de la
masacre de San Jos� , porque no ve�an ninguna condici�n para que en Colombia se
hiciera una investigaci�n imparcial.. lo que es muy significativo que un grupo del mismo
parlamento pida esto. Ahora: la Comunidad si ha tomado una posici�n muy firme
de que ya no colabora m�s con la justicia colombiana, con declaraciones,
mientras no haya unos resultados frente a m�s de 500 cr�menes denunciados. En
el pasado ha habido muchas declaraciones de miembros de la Comunidad
, de l�deres, pero sin ning�n resultado de justicia. Yo tambi�n me he
negado a dar declaraciones, varias veces me han citado a acudir a la
procurador�a, a la fiscal�a, y me he negado por que veo que no esa justicia es
una farsa, �nicamente se est� proponiendo a algunos juristas de cierta
ascendencia, moral y jur�dica, que hablen con todos los testigos que recaben
las informaciones, y rindan un informe ..
P.- Las autoridades religiosas, �tienen alg�n comportamiento que
suponga protecci�n para ustedes?
JG.- No. Bueno hay que distinguir. El Obispo local de Apartad� ha
tomado mucha distancia de las Comunidades, y mucho m�s en los �ltimos tiempos
que �l ha participado en los di�logos con los paramilitares. El est� muy comprometido
con el proceso con los paramilitares, en esa negociaci�n, y ha se�alado a la
Comunidad que por su radicalismo, que por qu� no acepta a los militares, no
acepta a la polic�a, no entiende, no comparte las posiciones y principios que
llevan a la Comunidad a no involucrarse con actores armados. El es un obispo
que m�s bien, con una posici�n muy ingenua ante las instituciones, cree que son
imparciales, que no cometen atropellos y cr�menes, e incluso rechaza las
denuncias sobre esos cr�menes, y no las tiene en cuenta... sin embargo esa no
es la posici�n de otros obispos, con los que hemos conversado y que no
comparten la posici�n anterior..
Un obispo que en otras ocasiones ha colaborado, en situaciones muy extremas,
para proteger a algunas personas...sin embargo la conferencia episcopal da
mucho respaldo al gobierno de Uribe, y se guarda mucho silencio frente a los
cr�menes que se cometen con las Comunidades de base...es cierto que ha apoyado
algunas denuncias, y que en la conferencia episcopal hay un departamento de
pastoral social que ha hecho algunas investigaciones, porque ejemplo en la
Sierra Nevada de Santa Marta, pero brinda un respaldo muy fuerte al gobierno, y
que la gente se queja mucho del silencio.
P.- No sabemos si tiene conocimiento de que en un municipio de
Asturias, en Siero, existe un Premio de Derechos Humanos, y de que en estos
momentos existe la propuesta de que el galard�n de este a�o pudiera ser para la
Comisi�n Intereclesial de Justicia y Paz de Colombia...�reconocimientos
de este tipo pueden suponer algun grado de protecci�n para las Comunidades que
acompa�an?
JG.- Pues s�, en general todos los reconocimientos han sido un
mecanismo de protecci�n para la gente. Y podr�a decir que siempre he sido
enemigo de recibir premios, pero me han presionado mucho para recibir algunos,
pero siempre veo que las organizaciones que han promovido esto lo hacen con esa
visi�n de proteger a la gente, y eso ha llevado a las Comunidades a aceptarlo,
porque de otra manera no lo aceptariamos.. los premios
en este campo de DDHH a uno de la da cierta repugnancia aceptarlos, pues est�n
como basados en tanto dolor de tanta gente �no?, pero uno ve que las
comunidades que dan los premios tienen esa visi�n de apoyo a la Vida...
P.- Y en este caso concreto adem�s, hay una trayectoria, larga, en la
defensa y promoci�n de los Derechos Humanos...
JG .- S�, ya son muchos a�os de acompa�amiento, a muchas
Comunidades de mucho riesgo, muchas est�n hoy aqu� en este Encuentro.
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