Latinoamérica
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Bolivia: ¡qué se vayan todos!
Renunció el presidente Mesa, los problemas suman y siguen
Por Alex Contreras Baspineiro (*)
Acorralado por las demandas legítimas de los movimientos sociales,
acosado por la presión de un grupículo de oligarcas y las transnacionales, pero
también obligado por su propia incapacidad para gobernar en cerca de 20 meses,
Carlos Mesa renunció a la Presidencia de la República de Bolivia.
La renuncia presidencial no solucionó la difícil coyuntura en la que se debate
el país -ubicado en el corazón del continente americano- sino que se radicaliza,
porque la mayoría congresal de tendencia neoliberal ahora se escuda en el
mandato constitucional y no pretende actuar con desprendimiento, con
"patriotismo" ni menos tener una lectura adecuada para solucionar las demandas
de la mayoría nacional: Asamblea Constituyente y Nacionalización de los
Hidrocarburos.
Ante la renuncia de Carlos Mesa, quien debería asumir como Jefe del Estado en
Bolivia es el senador Hormando Vaca Diez (MIR), presidente del Senado Nacional o
en su defecto Mario Cossío (MNR), presidente de la Cámara de Diputados; ambos
personajes fueron fieles aliados del tirano de Gonzalo Sánchez de Lozada (Goni),
expulsado en la "guerra del gas" de octubre de 2003.
En ese sentido, desde los cuatro puntos cardinales de este país que desde hace
tres semanas aún se mantiene con bloqueos de caminos, movilizaciones y huelgas,
empezó a salir el clamor popular: "¡Que se vayan todos!"
Representantes de varios sectores sociales movilizados, no sólo en La Paz sino
en todo el país, advirtieron que si asume la presidencia Hormando Vaca Diez o
Mario Cossío se podría producir una guerra civil con imprevisibles
consecuencias; la población boliviana apunta a que la sucesión constitucional
descienda hasta que el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo
Rodríguez asuma la Presidencia de la República para que convoque a nuevas
elecciones generales.
"Mi responsabilidad es decir hasta aquí puedo llegar, es por esto que mi
decisión es presentar mi renuncia al cargo de Presidente de la República. Una
renuncia que tiene un solo objetivo: el objetivo de que la sociedad boliviana
tome conciencia de que el desprendimiento tiene que ser genuino, que el cálculo
personal tiene que quedar de lado y la solución de nuestros problemas tiene que
basarse en el mejor interés de todos.
"Esto implica la necesidad de que el Congreso Nacional pueda reunirse. Yo quiero
pedir y exhortar vehemente a quienes están en posiciones duras, en posiciones
poco transigentes, que no bloqueen la posibilidad de que el congreso se reúna al
más corto plazo posible, para discutir exclusivamente este tema y para darle una
viabilidad al futuro del país", dijo Mesa en partes salientes de su Mensaje
Presidencial.
Un Mesa agobiado, al confesar que no se irá a Miami ni a Washington, también
afirmó: "Le pido perdón a la patria por no haberla gobernado adecuadamente".