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Latinoam�rica

Buscan llevar a Tuto Quiroga al poder

Erick Fajardo Pozo *
Adital

Tuto Quiroja

La consolidaci�n de una salida pol�tica a la crisis boliviana por la v�a de nuevas Elecciones Generales preludia un inminente y definitivo triunfo del "stablishment" que echar� por tierra las victorias parciales logradas por los movimientos sociales del pa�s en los 20 largos meses que dur� la guerra de guerrillas por la recuperaci�n de la propiedad de los hidrocarburos y por la refundaci�n del Estado.
Tras el cese de hostilidades entre las elites industriales cruce�as y la oligarqu�a castiza occidental, por la preservaci�n-supresi�n del modelo estatal centralista, ambas facciones de la derecha boliviana conciliaron su necesidad com�n de un escenario electoral de relegitimaci�n del debilitado estado neoliberal y para ello pretenden imponer a un desgastado y cuestionado Parlamento una "regla de excepci�n" que modifique la Constituci�n Pol�tica del Estado acortando el mandato del Legislativo, convocando a una renovaci�n eleccionaria de los poderes del estado y permitiendo la eventual habilitaci�n como candidatos a los adalides de nuevo cu�o del modelo neoliberal: los ex Presidentes Carlos Mesa y Jorge Quiroga, que junto al actual presidente del Senado, el cruce�o Hormando Vaca Diez, promueven posponer la agenda social para priorizar la renovaci�n del Legislativo y el Ejecutivo pero dentro el marco jur�dico vigente.
Tres son los objetivos que impelieron a las elites nacionales enfrentadas a esta coyuntural rearticulaci�n, a) ahogar el ardor de las demandas de los sectores populares en una nueva parodia de la democracia; b) objetivizar el descontento del sector productivo y la clase media en la instituci�n de un gobierno "fuerte"; y c) conjurar la patente amenaza de una Ley de hidrocarburos confiscatoria y de una Asamblea Constituyente que abolir�a para siempre el orden jur�dico que sustenta los privilegios de la casta encomendera nacional y de los inversores transnacionales.
Despu�s de haber arrastrado al pa�s a una fratricida polarizaci�n, los grupos de inter�s tanto del oriente como del occidente han acordado que una nueva elecci�n general les propiciar� un escenario "democr�tico" de definici�n de su disputa sectaria sobre qui�n debe detentar el control pol�tico del pa�s y desde d�nde se debe gobernar Bolivia.
Tras una artificial pol�mica discursiva entre supuestos defensores de la integridad nacional y quienes se pretenden reivindicadores de las autonom�as regionales, subyace la pugna entre el conservadurismo centralista de occidente y el autonomismo separatista de oriente. Despu�s de haber fracasado en resolver sus conflictos de inter�s exacerbando el regionalismo y la confrontaci�n, ahora pretenden diferir a una compulsa en �nforas la definici�n sobre la hegemon�a estatal.
No hay misterio alguno tras la nueva elecci�n presidencial que impelen las fuerzas conservadoras de la derecha. La vigorosa estrategia medi�tica dirigida a trasvestir la expectativa de nacionalizaci�n en la expectativa sobre una nueva elecci�n es la misma que emplearon la Fundaci�n Carter y algunas otras filiales de la "promoci�n de la democracia" en 2002, cuando una alianza entre partidos sist�micos propiciada por la Embajada de EEUU propici� la llegada al poder del hombre m�s resistido de Bolivia.
La �nica diferencia es que el nuevo adalid de la derecha se llama Jorge "Tuto" Quiroga y no Gonzalo S�nchez de Lozada; el resto - el patrocinio de la embajada norteamericana, su formaci�n acad�mica en EEUU, su arraigo a la l�nea dura neoliberal y su pol�tica entreguista de los hidrocarburos - es de absoluta simetr�a entre uno y otro.

Erick Fajardo Pozo
Corresponsal de Adital en Bolivia

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