Entrevista a Felipe Quispe y a Jenny Santander, del MIP
boliviano:
"En el futuro va a haber que cavar trincheras en El Alto
"
Guillermo Caviasca / Natalia Vinelli
La Haine Tras la rebelión boliviana, heredera de las luchas de octubre de 2003, el
Movimiento Indígena Pachacuti asegura que "ahora el Alto es el cuartel general
de todas las organizaciones de trabajadores, de las ciudades, del campo, de
todo. El Alto de La Paz ya es la Ciudad de Tupac Katari, ya no se llama como la
llaman los blancos"
En Bolivia se agudiza la lucha de clases. De un lado están los que siempre han
poseído todo, una minoría blanca y pro yanqui; del otro están los que tras 500
años de conquista y opresión están dispuestos a recuperar el derecho a decidir
sobre el futuro y los recursos de su tierra. Tanto que, en el último mes, las
consignas de "guerra civil" y "revolución" se adueñaron de las calles, y la
movilización y los bloqueos de caminos produjeron nuevamente la caída de un
presidente. Hoy, en medio de una tensa calma, Felipe Quispe, el principal
dirigente indígena del país hermano, y Jenny Santander, responsable de
Relaciones Internacionales del Movimiento Indígena Pachacuti (MIP) analizan el
proceso de lucha vivido y aseguran que, tras el reflujo, seguirá la pelea hasta
"transformar todo y cambiar el nombre de Bolivia por Kollasuyo".
Después de varios días de conflicto asumió Eduardo Rodríguez, el presidente
de la Corte Suprema. ¿Cómo está la situación ahora?
Quispe: Está relativamente calma. Ya no hay movilizaciones como las de aquellos
días. Prácticamente nos han desarmado; el causante es Evo Morales porque él ha
levantado los bloqueos en Chapare, en Santa Cruz y en otros lugares (...). Aquí
en la ciudad de La Paz ya no hay nada, si bien hay marchas ya no tienen la
fuerza de aquellos días. Entonces, prácticamente, yo diría que hemos perdido:
cambiar un neoliberal por otro neoliberal no implica nada para nosotros porque
el tema principal era la nacionalización de los hidrocarburos y no la hemos
conseguido. Va a ser difícil volver a rearticular nuestras fuerzas, pero vamos a
esperar unos cuantos meses y después volveremos a las movilizaciones. Lo
lamentable es que hemos luchado para otros, para otra gente, no para nosotros.
Porque en septiembre y octubre del 2003, de la misma manera que ahora, nosotros
hemos llevado sobre nuestros hombros a Carlos Mesa, pero resulta que no sacamos
ni un alfiler de ese señor y resulta que ahora es otro presidente, Eduardo
Rodríguez, el que el pueblo ha llevado en hombros, y resulta que seguramente va
a favorecer a las transnacionales porque sabemos muy bien que está escogido por
el imperio. Por eso estamos muy apenados, pero a pesar de esto no somos
derrotistas y creemos que vamos a lograr algún día tomar el poder político para
los pueblos indígenas.
El MAS de Evo Morales es la principal fuerza parlamentaria de izquierda y
estaba sosteniendo la pelea por una Ley de Hidrocarburos alternativa. ¿Por qué
consideran que la desmovilización del MAS es la causante del freno al proceso de
lucha que se estaba llevando adelante?
Santander: Verás, el Evo estaba buscando la aprobación de la Ley de
Hidrocarburos que planteaba un 50%, y nosotros nos levantamos y planteamos la
nacionalización. La consigna nuestra ganó, pero orgánicamente no se puede decir
que hallamos sido nosotros la dirección del movimiento.
Nuestra consigna de nacionalización ganó en las calles, ganó tanto que el MAS
tuvo que rectificar su posición y decir que ellos también buscaban la
nacionalización. Pero la verdad es que la Confederación de Campesinos no ha
estado a la cabeza como en la anterior ocasión. Son varios grupos, un montón de
organizaciones sindicales.
El pueblo del Alto parece haber tenido un protagonismo muy grande. ¿Cómo
caracterizan a la dirección del FREJUVE y a los otros grupos que están luchando?
Quispe: Todas las luchas son luchas simultáneas, es que ahora los dirigentes del
Alto son más consecuentes que los de la anterior vez (...) Pero ahora están más
de pie y ojalá que vayan bien. Pero también es nuestra lucha, nosotros somos
parte del Alto porque toda esa gente son inmigrantes de los ayllus y comunidades
de la zona, aymaras de carne y hueso, de uñas, de pelos, de todo, de cultura
política, de cultura de rebeliones, sublevaciones, entonces están luchando a
nuestro estilo. Ahora el Alto es el cuartel general de todas las organizaciones
de trabajadores, de las ciudades, del campo, de todo. En el futuro va ha haber
que cavar trincheras en el Alto para cercar a la ciudad de La Paz, es por eso
que el Alto de La Paz ya es la Ciudad de Tupac Katari, ya no se llama el Alto de
La Paz como la llaman los blancos. Entonces merece mucho respeto, nosotros vamos
a coadyuvar con ellos y seguir empujando hacia delante para las futuras luchas.
Santander: La gente del Alto está muy movilizada. Están muy bien organizados,
con una nueva dirección. Pero en estas movilizaciones también hay mineros y
campesinos. Primero está el FREJUVE, campesinos del departamento de la Paz que
se han movilizado y organizado piquetes por provincia y luego están los mineros,
que también son un grupo bastante mayoritario; los maestros también han estado
ahí y Evo ha venido con una pequeña marcha de unas doscientas personas. Pero los
medios lo único que han hecho es reconocer lo que hacía Evo como de costumbre,
¿no? La CNN también, todo era Evo, Evo, Evo.
¿Qué que papel jugó el MIP en las movilizaciones?
Santander: Nosotros hemos planteado de entrada el bloqueo de caminos, y los
hemos realizado en las zonas que tenemos control. Aclaro que hemos ganado 15
alcaldías acá, entonces en 15 lugares nosotros tenemos gente organizada...
¿Qué influencia tienen los pedidos de autonomía de Santa Cruz, la zona más
rica del país, sobre el conjunto del proceso?
Quispe: Yo creo que eso [la autonomía de Santa Cruz] no va a prosperar, si este
presidente le está dando más ministerios a los de Santa Cruz. Son unos niños
mimados que maman del Estado. En Santa Cruz reciben todo. Cuando llueve dicen
que hay inundación y reciben dinero del Estado, cuando hace sol dicen que hay
sequía y también reciben dinero del Estado. Pero en el occidente nosotros no
recibimos nada, sólo recibimos balas y gases lacrimógenos, entonces esa
desigualdad existe. Por otro lado esa autonomía tiene problemas, porque si se la
ve por encima, como una pelota, parece que está bien inflada pero adentro de esa
nación camba existen nacionalidades indígenas, ahí están los chiquitanos, los
guarayos, los ayoreos y otras culturas y nacionalidades que también reclaman y
luchan, aunque todavía en forma incipiente. Con el tiempo van a crecer y van a
explotar y recién esos extranjeros van a tener problemas. Entonces nadie puede
cantar la victoria en este país.
Las oleadas de lucha que se desarrollan en Bolivia parecen ir delineando cada
vez más claramente dos campos enfrentados con intereses irreconciliables...
Santander: Es verdad, inclusive en el proceso de octubre la gente misma planteó
guerra civil. Y otra cosa que ha estado muy fuerte es que una parte del ejército
tenía la intención de darse la vuelta. No se consolidó. Era un grupo de
militares que andaba organización por organización planteando la idea de dar un
golpe, pero la gente tenía desconfianza. Tampoco hubo el apoyo masivo de la
gente para apoyar un levantamiento de militares.
¿Fue un amago de ruptura en medio del levantamiento popular?
Quispe: Nosotros como políticos y dirigentes indígenas sabemos muy bien que el
ejército está dividido en dos fracciones: una, los altos mandos de las fuerzas
armadas, que están bien pagados por las transnacionales y estaban muy fieles a
Carlos Mesa. Pero había otros, los coroneles, los mayores, con mandos de
pequeñas unidades militares que estaban descontentos, pues ellos habían
planteado la nacionalización de los hidrocarburos, tierra y territorio al indio
y el cierre del parlamento. Son tres puntos así concretos que han planteado
ellos. El pueblo estaba de acuerdo, pero se hacen pillar y muchos han caído en
una trampa y no ha funcionado ese grupo, se han quedado allí. Porque ya no son
esos tiempos en que los militares hablaban una sola cosa, entonces ahora era
difícil para ese grupo, de esa manera no ha prosperado el golpe de ningún lado y
ahora ya han hecho cambios en los altos mandos militares y habrá que ver qué es
lo que pasa en el futuro.
¿Algo parecido al proceso –frustrado-- vivido en Ecuador?
Quispe: Sí, ellos planteaban un gobierno cívico militar igual que el de Ecuador
en aquellos días. Así apareció Lucio Gutiérrez... Bueno eso querían repetir acá
también, llegar al palacio junto con los indígenas y gobernar, dictar la
nacionalización tierra y territorio al indio y otros pero no ha funcionado.
Primero, porque el ejército inteligentemente ha botado el anzuelo y el anzuelo
eran dos militares rebelándose planteando la nacionalización. Pero no eran los
verdaderos que estaban con esa revuelta, eran falsos, era una trampa y en ese
anzuelo caen Jaime Solares y otros dirigentes del Alto como Rubén de la Cruz y
caen muchos otros. Pues era una movida nomás de los mismos servicios de
inteligencia del Estado, así era la cosa.
Recién mencionaban la consigna de cierre de parlamento. ¿También la levanta
el MIP?
Santander: En eso nosotros estamos coincidiendo con todos, no queremos saber más
del parlamento. No queremos saber nada de este parlamento porque no sirve. Pero
si bien la gente asume actitudes muy de avanzada, la posición demócrata es muy
retrógrada, así es como está. Por eso hay también una idea de llamado a
Constituyente, que se cree que puede modificar la democracia sustancialmente y
poner allí una mayoría indígena.
Quispe: Nosotros vamos viendo que este presidente Eduardo Rodríguez no va ha
hacer nada, no va tocar nada porque él se lava su mano con el poncho como
Pilatos, que no sabe nada, sólo va a hacer cumplir la ley que es llamar a las
elecciones presidenciales. Pero ahorita nosotros tenemos que, según la
Constitución, sólo puede haber cambio del presidente y de vicepresidente y los
diputados podrían seguir, pero el pueblo no quiere que sigan los diputados y los
senadores porque todos están vendidos a las transnacionales. Ellos son la
principal expresión de esas empresas voraces que existen en nuestro país.
Entonces ahí está la pelea. Por otro lado, yo no veo como una salida la cuestión
electoral, para el pueblo indígena el camino es otro, pero eso habrá que ver más
allá porque mucha gente todavía cree que con esto de las elecciones se puede
conseguir algo, inclusive dar un asalto la poder pero no va a ser así, no va a
ser así, en vano vamos a estar esforzándonos. Ya se ha visto que en esto de las
elecciones pasadas apenas hemos sacado unos cuantos indígenas, por ejemplo el
MAS tenía 27 diputados y nosotros seis. En total había 33...
¿Sería diferente la cuestión en una Constituyente?
Quispe: Yo creo que no vamos a sacar mucho, ni siquiera vamos a estar presentes
en la Asamblea Constituyente, porque en la Asamblea Constituyente nosotros
quisiéramos ser el 90 por ciento. Ahí sí, podemos revolcar todo, transformar
todo, cambiar el nombre de Bolivia por Kollasuyo, se harían muchas cosas. Pero
las FFAA, la masonería, los partidos políticos no nos van a dejar así, ni las
transnacionales, ni el imperialismo yanqui. Entonces por eso nosotros estamos
analizando cómo salir de esto. Ahora estamos ahí, enmarcados en sus leyes,
disputando el poder político con las dos manos, una mano democrática que está en
el parlamento y otra mano haciendo las movilizaciones. Pero no nos va bien,
vamos a seguir por ese lado pero teniendo en cuenta que no es de lo mejor, que
debemos optar por otra vía, una vía más honesta, más correcta y más
revolucionaria.