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Bolivia: renuncia vaca diez y abre paso a nuevas elecciones para liquidar la lucha social
El Congreso se alista para elegir a Eduardo Rodríguez, de la Corte
Suprema de Justicia, como nuevo presidente de Bolivia. La Iglesia, el MAS de Evo
Morales y los grandes medios de comunicación trabajan para quebrar la lucha
popular por la nacionalización
Econoticiasbolivia.com
- Los sectores oligárquicos y más reaccionarios del neoliberalismo fracasaron
en su intento para llevar a la Presidencia de Bolivia a Hormando Vaca Diez y así
intentar barrer con la metralla y los tanques la insurgencia popular por la
nacionalización del gas y el petróleo.
Los líderes del Congreso, los neoliberales Vaca Diez y Mario Cossío presentaron
anoche renuncia verbal a su derecho a la sucesión constitucional y abrieron paso
para que Eduardo Rodríguez, el presidente de la Corte Suprema, sea el sucesor
del renunciante Carlos Mesa.
Rodríguez –otro neoliberal avalado por la Iglesia, por los sectores reformistas
e indígenas del diputado cocalero Evo Morales, de las fracciones más moderadas
del empresariado nacional y de las clases medias--, tiene la tarea de convocar a
elecciones nacionales para fin de año y así conformar el nuevo gobierno y
remozar el Parlamento.
Con estas medidas, los sectores neoliberales y reformistas confían en que se
pondrá fin a la rebelión popular que se extiende desde el altiplano hacia los
valles en demanda de la nacionalización del gas y el petróleo, y que ahora
comenzado a levantar la bandera de la revolución.
Los dirigentes de los sectores más combativos y radicales de la Central Obrera
Boliviana (COB), de las Federaciones de Mineros, de Maestros urbanos, de
Campesinos de La Paz y de la Federación de Juntas Vecinales y de la Central
Obrera de El Alto ya habían advertido por adelantado que no aceptarían ni la
sucesión constitucional, con Vaca Diez a la cabeza, ni la realización de nuevas
elecciones, dirigidas por Rodríguez.
Todos estos sectores anunciaron que no levantarán los bloqueos ni movilizaciones
que realizan por cuarta semana consecutiva exigiendo la nacionalización del gas
y el petróleo, a cambio de nuevas elecciones. "Estamos luchando por recuperar
los hidrocarburos y no por cambiar un payaso por otro", dijo el dirigente de los
maestros de El Alto, Gonzalo Soruco. En este mismo tono se expresaron otros
líderes de la COB, de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto y de otras
organizaciones sociales.
Frente a ello, la tarea de quebrar la lucha popular desde abajo correspondería a
los dirigentes y sectores vinculados al Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo
Morales y que controlan varias federaciones de campesinos, cocaleros,
colonizadores y mineros cooperativizados. Los grandes medios de comunicación, la
Iglesia y todos los poderes públicos completarían la tarea.
La renuncia de Vaca Diez y Cossío se produjo poco después de que se agigantaran
las protestas en todo el país y miles de manifestantes cercaran el centro de la
ciudad de Sucre, donde debía sesionar el Congreso. La enorme presión popular,
acrecentada tras la muerte de un minero y otros tres heridos, baleados por la
Policía, cerró toda opción para que los sectores más reaccionarios y duros de la
oligarquía latifundistas y pro petrolera tomara en sus manos el gobierno.
La Embajada de Estados Unidos, el Ejército y las petroleras tenían en Vaca Diez
a su principal carta, y como segunda alternativa a Rodríguez; ambas opciones
orientadas a desarmar la rebelión popular que ha comenzado a transitar por el
sendero de la liberación nacional y social.
Según el anuncio público de la presidencia de la Cámara de Diputados, la sesión
de Congreso se instalaría en las siguientes horas, que serán claves para definir
el rumbo de la movilización social y popular y para ver si Rodríguez es empujado
o no por la radicalidad de las protestas sociales a usar las mismas armas que
Vaca Diez.