Argentina: La lucha continúa
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Martes, 31 de Mayo de 2005
Crónicas del juicio
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En su declaración, el ex cabo de la Bonaerense confirmó su participación en una
reunión que se realizó en las primeras horas del 26 de junio de 2002, en la que
estaba presente un miembro de la Secretaría de Inteligencia del Estado, quien
dijo conocer los "movimientos" que harían los manifestantes y afirmó que ese día
"habría disturbios". Según Acosta en esa reunión se encontraban los principales
responsables del operativo, entre ellos al menos tres comisarios: Alfredo
Fanchiotti (Comando de Patrullas de Avellaneda), Néstor Benedettis (Avellaneda
1º), Raúl Rodas (Grupo Marea Azul, que avanzó con la represión sobre la Avenida
Mitre) y el agente Mario De la Fuente, quien acompañó a Fanchiotti durante toda
la represión. Acosta aseguró que el funcionario de la SIDE informaba cuáles iban
a ser los horarios y los puntos de encuentro de la protesta.
De confirmarse la existencia de esa reunión (sobre la que
deberán declarar los otros policías señalados), se sumarían más elementos que
involucran al organismo de Inteligencia con el desenlace trágico de la
represión: otra constancia que figura en el expediente, es el cruce de llamadas
desde la "Sede Billingurst" de la SIDE con Fanchiotti durante la misma tarde que
se cometieron los asesinatos. Por ese entonces, el vice jefe a cargo de esa
dependencia era Oscar Rodríguez, hombre de confianza personal del ex presidente
Duhalde. La SIDE es un organismo que depende directamente del Poder Ejecutivo
Nacional.
En la línea de apuntar a las responsabilidades por encima de quienes apretaron
el gatillo, el ex cabo aseguró que "las órdenes que recibió Fanchiotti venían
del ex jefe de la Departamental (Felix) Vega". También señaló al Gobernador
Felipe Solá, al referir que éste había felicitado a Fanchiotti e incluso le
había prometido "tramitar su pase a otra dependencia", para que el comisario "no
quedara expuesto" después de los crímenes. Fanchiotti ya había hablado de las
felicitaciones del gobernador aquella misma tarde del 26 de junio, aunque no
había hecho referencia al ofrecimiento de ser trasladado.
Por otro lado, el Dr. Baca Paunero, buscó desvincular a su defendido de los
delitos con el argumento de que él no había disparado con balas de plomo dentro
de la estación (esto sólo lo habría realizado Fanchiotti, según su versión).
Acosta señaló que las palabras de Fanchiotti fueron "A estos negros de mierda
hay que matarlos a todos". Acosta dijo haber visto a Fanchiotti matar a Darío
Santillán y buscó mostrarse tan sólo como un encubridor del delito, ya que
reconoció no haber avisado a las autoridades.
Aunque su versión quedó desmentida: minutos después, el Dr. Pandolfi, abogado
por la querella, pidió que se mostrara una filmación de ATC en donde se ve a
Acosta disparando desde fuera de la Estación de Avellaneda, disparo que impactó
en el techo del lugar.
Asimismo, el ex cabo afirmó que ni él ni Fanchiotti tuvieron participación sobre
los hechos en la plaza Alsina y el local de Izquierda Unida donde se registraron
las otras heridas con bala de plomo a los manifestantes. Este hecho (ratificado
por las filmaciones televisivas) reafirma la hipótesis en base a la que el
equipo jurídico del Dr. Pandolfi pidió el cambio de figura que pesa sobre los
demás policías, de encubrimiento a participación en los homicidios e intentos de
homicidio.
Acosta explicó también que al día siguiente de lo que luego se conoció como
Masacre de Avellaneda, Fanchiotti le ordenó entregar el arma que había utilizado
ese 26 (una escopeta marca Bataan) a la armería dependiente de la fuerza para
que abollaran la aguja del percutor, y así disimular las marcas que dejan las
detonaciones. El suboficial armero que lo hizo cambió además el mecanismo
completo del arma.