Medio Oriente - Asia - Africa
|
Los dos pilares del edificio imperial de EE.UU: la moneda y la
fuerza militar
Stan Goff
[Ésta es la segunda parte del informe de Stan Goff sobre el bullente Peligro
Persa. Mientras la I Parte describió la historia del Irán moderno en sus
relaciones con las potencias imperiales occidentales, este ensayo explica el
sistema del petrodólar que subyace bajo nuestra alarmante situación en Medio
Oriente y en el mundo. Como dice Catherine Austin Fitts: nada cambiará realmente
hasta que cambiemos el modo como funciona el dinero. "Petrodólar", "divisa
patrón", "ataque especulativo", "balanza comercial" – son los amiguitos
lexicográficos de los que tenemos que disponer si queremos comprender el
laberinto de la propaganda. El ensayo de Goff explica por qué precisamente el
mundo acepta al hampón estadounidense. Pero no son sólo sus horribles armas
letales; es el arma terrible de la deuda: en este continuo sueño estadounidense,
"nosotros" prestamos – y todos los demás son los que deben. – JAH]
Rosa Luxemburgo y la geografía
"El imperialismo es la expresión de la acumulación política del capital en su
lucha competitiva por lo que queda del entorno no-capitalista."
Rosa Luxemburgo, "La acumulación del capital", 1913.
Rosa Luxemburgo, como sucede por desgracia demasiado a menudo con las mujeres
destacadas de la historia, ha sido lamentablemente pasada por alto. Es recordada
sobre todo como una dirigente de izquierda en Polonia y en Alemania que fue
víctima de un asesinato político, y por sus penetrantes debates con Lenin. Pero
en su obra de 470 páginas, "La acumulación del capital", hizo una importante
contribución para la interpretación teórica del imperialismo, que ha sido
incorporada a la teoría del sistema mundial y a las críticas feministas de la
economía política.
Luxemburgo dijo que el "capitalismo", un sistema económico basado en la
auto-expansión del valor monetario de una clase acaudalada, nunca ha funcionado
ni podrá jamás funcionar sin ingresos externos, no-capitalistas. La expansión
del capitalismo británico, por ejemplo, no podría haber ocurrido sin la
colonización y la explotación de economías más "primitivas", o sin el saqueo
militar directo de los pueblos y los recursos colonizados. Lo mismo vale para el
capitalismo estadounidense que fue construido inicialmente utilizando mano de
obra no-salariada (esclava) y la expansión militar a tierras indígenas.
El propio Marx reconoció este hecho como una dinámica esencial para la
construcción del capitalismo moderno en el I volumen de El Capital, donde señaló
que:
"El descubrimiento del oro y la plata en América, la extirpación,
esclavización y la sepultura en las minas de las poblaciones aborígenes, el
comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión de
África en una madriguera para la caza comercial de pieles negras, señaló el alba
halagüeña de la era de la producción capitalista. Estas actividades idílicas
constituyen los impulsos fundamentales de la acumulación primitiva. Pisándoles
los talones viene la guerra comercial de las naciones europeas, con el globo
como teatro. Comienza con la revuelta de los Países Bajos contra España, asume
dimensiones gigantescas en la guerra anti-jacobina de Inglaterra, y continúa
todavía con las guerras del opio contra China, etc."
El argumento de Luxemburgo es que esta dependencia en la "acumulación primitiva"
es una constante dentro del capitalismo desarrollado y que es magnificada a
medida que el capitalismo se generaliza en diversas formas de imperialismo.
Incluso hoy en día, es una verdad demostrable. Porque la geografía ha divido los
centros capitalistas industriales de las periferias subyugadas, podemos
engañarnos fácilmente porque nuestras animadas carreteras, infestadas de
vehículos todo terreno, nuestros centros comerciales abarrotados con mercancías
de lujo, y nuestros brillantes almacenes de comestibles inundados de alimentos
son características naturales de un sistema social superior. No vemos las
legiones de extranjeros agotados – muchos de ellos viviendo en sociedades pre-industriales,
pre-capitalistas – o sus tierras exhaustas, que posibilitan esta permisividad.
Ahora, sin embargo, hemos llegado a un momento histórico en el que un recurso
vital e irremplazable, un recurso que forma el fundamento energético del sistema
global, ha abierto una ventana sobre la interdependencia internacional – el
petróleo.
Maria Mies parafraseó el análisis de Luxemburgo en su propia obra de 1986: "Patriarchy
and Accumulation on a World Scale - Women in the International Division of
Labor", de esta manera:
[Luxemburgo] había llegado a la conclusión de que el modelo de acumulación de
Marx se basaba en la suposición de que el capitalismo era un sistema cerrado en
el que sólo había trabajadores asalariados y capitalistas. [Ella] mostró que
históricamente un tal sistema nunca había existido, que el capitalismo siempre
necesitó lo que ella llamaba ‘los medios y estratos no-capitalistas’ para
ampliar la mano de obra, los recursos y sobre todo la extensión de los mercados.
Estos medios y estratos no-capitalistas fueron inicialmente los campesinos y los
artesanos con su ‘economía natural’, más adelante las colonias. El colonialismo
es por lo tanto para Rosa Luxemburgo no sólo la última etapa del capitalismo
[como afirmaba Lenin], sino su constante condición necesaria. En otras palabras,
sin colonias la acumulación del capital o la reproducción ampliada del capital
se detendría.]
Robert Biel en "The New Imperialism - Crisis and Contradictions in North/South
Relations" (2000) dijo que: "El problema general presentado por la contribución
de Luxemburgo a la teoría del imperialismo [es la pregunta], de si la
acumulación de capital se renueva o si simplemente agota su propia base".
El pico del petróleo es una respuesta dramática a esta pregunta, y es central en
lo que se refiere a la ocupación de Irak y a la belicosidad contra Irán, no
importa cuántos intentos sofisticados se hagan por representar al petróleo como
algo secundario o del pasado.
Cuando hablamos así del capitalismo, hablamos de dinero. Así que parece
importante que en esta coyuntura examinemos el dinero en sí, porque lo que no
pensamos respecto al dinero puede contener la clave para una serie de enigmas.
¿Qué es el dinero? Cuando se piensa en el tema, no es fácil responder. Lo
reconocemos cuando lo vemos, pero no sabemos realmente cómo funciona. ¿Por qué
lo acepta la gente como un equivalente de intercambio universal? ¿Son todas las
monedas realmente universales? ¿Qué representa en realidad?
Al cambio actual, puedo recibir unos 11,4 pesos mexicanos por un dólar
estadounidense. Si voy al Wal-Mart vecino a comprar un DVD de "Jaws" por 9,44
dólares, es decir 10,13 con impuesto, ¿por qué no aceptan 116 pesos mexicanos?
No sólo no los aceptan, mi banco tampoco los acepta. Pero cuando estuve en
Xalapa, México hace tres años, no tuve problema alguno para que los comerciantes
y los banqueros mexicanos aceptaran o cambiaran directamente dólares. ¿Qué pasa?
La primera vez que estuve en Haití, pude obtener 15 gourdes por un dólar de
EE.UU. El mismo dólar me consigue ahora 48 gourdes. Puede parecer un gran
negocio, pero muchas cosas en Haití provienen de EE.UU. – especialmente el
principal alimento: el arroz. Para los haitianos, es un desastre, porque los
precios subieron sin que los salarios aumenten, y ahora tienen que pagar 48
gourdes por un dólar de arroz en lugar de 15 gourdes.
Por otra parte, si actualmente tuviera que cambiar dólares de EE.UU. por euros,
me darían menos euros de los que recibí hace dos años.
Hay que mencionar dos cosas al respecto. (1) el valor del dinero no es fijado.
Fluctúa. (2) Hay monedas que son más ‘universales’ que otros.
Si un país hipotético vive en una burbuja, aislado de todos los demás, en una
‘economía monetaria’, ese país tiene un banco central dirigido por el gobierno.
Ese banco central decide cuánto dinero se va a imprimir, controla las tasas de
interés, etcétera. Muchos banqueros gustan de hablar de un mercado "libre", pero
saben que esto es una sandez, porque sin un mercado regulado hay muchas cosas
negativas que ocurren... muy rápido. ¿Y quién decide lo que pasa por ser dinero
legítimo, después de todo? El gobierno decide: tomando esa decisión para
comenzar, controlando luego el suministro de dinero ejerciendo un monopolio
sobre las impresoras. Si no, no tiene cómo cobrar impuestos... a menos que
quiera comenzar a aceptar pollos, sacos de harina, chombas, cortes de pelo, y
cosas semejantes.
En ese país aislado ficticio, el banco central trata de medir el valor total de
todas las mercancías que circulan en la economía y de mantener aproximadamente
el mismo valor en el dinero circulante, con un poco más para otorgar créditos
para algo que llama "crecimiento".
Si el banco central imprime demasiado dinero, los precios suben (inflación).
Esto podría no parecer gran cosa si los salarios también subieran. Pero los
prestamistas (bancos, usureros, etc.) discrepan porque reduce el poder
adquisitivo del interés que cobran sobre las deudas.
Si el gobierno no imprime suficiente dinero, los precios bajan (deflación), lo
que suena bien hasta que se piensa en que uno debe dinero. Si uno debe 10.000
dólares, y de repente esos 10.000 dólares valen dos veces más de lo que valían
antes de que uno incurriera en la deuda, su deuda representa una obligación
mayor en relación con su poder adquisitivo. Ahora mismo, en Estados Unidos,
donde la deuda promedio de una familia asciende a unos 20.000 dólares, esto
sería una noticia muy dura. A mí no me importaría tanto porque hace poco alguien
me sacó la cuenta, y mi valor neto es de menos 15 dólares. Eso me lo puedo comer
sin que me cueste demasiado digerirlo. Pero hay mucha gente que, cuando
considera sus deudas, tiene déficit de miedo. De miedo, porque con la deflación
los salarios bajan hasta no dar más, despiden millones de personas, pero todas
esas deudas mantienen su mismo valor numérico.
El problema es que ese País Burbuja ficticio no existe. Vivimos en un mundo con
un montón de países terriblemente desiguales.
Y éste es mi razonamiento sobre la impresión de dinero: Ahora mismo existe un
país que imprime todo el dinero que quiere, y todos los demás en el mundo
aceptan ese dinero por todo lo que hacen, aunque saben perfectamente que no es
justo. Es Estados Unidos.
El nivel de vida que se mantiene en la actualidad en Estados Unidos se mantiene
porque podemos imprimir todo ese dinero y porque otros países son obligados a
aceptarlo, no importa cuán poco produzcamos realmente. La principal mercancía
que producimos es... dólares. Otros países producen cosas para recibir dólares.
(Vea: "US Dollar Hegemony has got to go", de Henry C. K. Liu, "Asia Times,"
11 de abril de 2002, en