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Latinoamérica

4 de febrero del 2004

Mensaje al Presidente Chávez en ocasión del quinto aniversario de su toma de posesión

Equipo editorial de Aporrea.org
Estimado Compatriota Presidente,

Creyendo expresar el sentimiento de grandes sectores del pueblo venezolano, deseamos transmitirle, en ocasión de este quinto aniversario de la toma de posesión del gobierno revolucionario que usted encabeza, nuestros mayores deseos para que siga adelante liderando el proceso de transformación y nuestra total disposición para luchar y contribuir a impulsar junto a usted y a todo el pueblo venezolano los pasos que el País necesita dar para lograr avances decisivos hacia la conquista de una sociedad más justa y poseedora de un mayor bienestar general.

El pueblo venezolano ha depositado su más generosa confianza en usted como su líder máximo por encabezar el proceso de transformación que siempre ha querido, por las muestras de honestidad y valentía que ha dado al enfrentar a sus enemigos, por la claridad de su palabra, por su humildad ante los oprimidos al considerarse como uno más entre millones.

Durante este año que a penas empieza, volverá a demostrarse que la mayoría del pueblo quiere profundizar este proceso revolucionario que ya está en marcha y tendremos que terminar de derrotar definitivamente al golpismo y a la derecha.

A nosotros, los integrantes del equipo editorial de Aporrea.org, nos anima el optimismo y la esperanza. Sin embargo queremos comentarle fraternalmente lo que creemos entender y es que este hermoso pueblo está percibiendo, rodilla en tierra y con indignación, siempre a su lado, cómo en muchas ocasiones se atenta contra el proceso revolucionario de cambios, desde posiciones de poder institucional y de dirección política del propio gobierno y cómo se han venido haciendo concesiones a los agentes de la oligarquía y del golpismo.

El pueblo se movilizó y se organizó y lo seguirá haciendo para avanzar en las transformaciones y en sus conquistas, y al mismo tiempo, observa a sus enemigos. Dejó de ser ingenuo y aunque cree en usted, ya no lo hará ciegamente con otros dirigentes.

Nuestro sitio web recibe a diario y refleja toda clase de denuncias que vienen de los sectores populares, de los luchadores sociales, de los que están defendiendo el Proceso en las calles, en las comunidades y en los centros de trabajo. Muchas de esas denuncias han resultado ser ciertas. Otras no tanto. Otras simplemente reflejan sospechas o inquietudes. Sí, podemos afirmar que el pueblo está inquieto y ansioso, y está vigilante con quienes se visten de bolivarianos pero dan señas equívocas. Quizás, se pudiese pensar que el pueblo exagera. Tal vez.

Quizás el "tremendismo" sea la respuesta popular intuitiva e instintiva, a la falta de respuestas y aclaratorias. A veces el pueblo se torna susceptible y quizás vea "fantasmas". Pero... ¿Y si se tratase de algo más que fantasmas? ¿Y si realmente existen Judas disfrazados de bolivarianos? El pueblo ve el celaje y también las fauces de la corrupción, de la inconsecuencia y de la traición que le sigue espantando y se asoma desde distintos rincones, como lo hizo en abril y en diciembre del 2002 y va envuelto en la mortaja de la impunidad.

El pueblo necesita urgentemente respuestas a sus interrogantes. ¿Por qué, por ejemplo, el Ministerio del Trabajo no actúa con verdadera contundencia ante decenas de miles de despidos injustificados e ilegales que violan descaradamente del decreto de inamovilidad laboral?

¿Porqué, por ejemplo, a grandes constructoras, financistas del paro golpista, se le sigue dando jugosos contratos de construcción en gobernaciones y otros organismos del Estado?

¿Porqué, por ejemplo, no se ha explicado la razón para continuar manteniendo a connotados golpistas y antipatriotas en el Servicio Exterior?

¿Porqué no nos explican hechos como la absurda jubilación de Adolfredo Sáez, Director corporativo del Servicio de Salud de la PDVSA "meritocrática", que firmó 14.000 reposos médicos ilegales? ¿Por qué tal premio en lugar de botarlo como el delincuente que es?

¿Por qué, los golpistas asesinos de abril, los criminales saboteadores de la industria petrolera y sus cómplices, aún no están enfrentando juicios ni pagando cárcel e indemnizaciones por los delitos cometidos y los daños causados?

El pueblo está a la expectativa de que este año tendrá la satisfacción de conocer estas sinrazones. Y, si existen explicaciones, el pueblo será capaz de comprender y aceptar.

Está a la expectativa de saber qué es lo que realmente pasa en PDVSA y que se ejerza de verdad en su seno la soberanía de los trabajadores y el pueblo.

Está a la expectativa de que le llegue la hora a los conspiradores instalados dentro de las instituciones, las gobernaciones y en las alcaldías reconocidas como bolivarianas.

Está a la expectativa de que no se permita el fraude electoral de la derecha golpista que quisiera reeditar el fracasado golpe en abril de 2002 en el referéndum revocatorio.

Está a la expectativa de que los candidatos bolivarianos a cargos públicos reflejen el sentir de las bases y sean ellas quienes los escojan.

Está a la expectativa de acabar con la impunidad de tantos delincuentes: que haya cárcel y castigo para los golpistas, para los secuestradores, para los saboteadores y promotores del paro patronal, para los policías y militares asesinos y para los medios de comunicación que continúan envenenando nuestras mentes.

Compartimos con el resto del pueblo venezolano que lo respalda la satisfacción de ver ponerse en práctica planes masivos para la agricultura, la educación, la salud de los más pobres y también para la pequeña y mediana industria no petrolera. Nos complace, no sólo porque son políticas que todo país que de verdad quiere desarrollarse debe implementar, sino porque en nuestro caso son planes donde la participación activa del pueblo organizado es un componente esencial.

Estamos seguros de que el año 2004 será un año de triunfos y de importantes avances para el proceso revolucionario de cambios que usted lidera. El equipo editorial de Aporrea.org y sus miles de lectores-colaboradores intensificaremos nuestros esfuerzos para lograr esos triunfos y ayudar al país a encaminarse por la senda del desarrollo con justicia y paz para todos.

¡Adelante, comandante!