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Latinoamérica

11 de febrero del 2004

Chile: El retorno del FPMR

Manuel Holzapfel
Punto Final

Su decisión de impulsar "un proyecto para resolver las contradicciones fundamentales que limitan el progreso y desarrollo de nuestro país, mediante un proceso de lucha que abra paso a los cambios estructurales encabezado por el pueblo y sus organizaciones, destinado a erradicar el capitalismo y abrir paso al socialismo en Chile", manifestó el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), en conferencia de prensa. Los miembros de la dirección nacional del FPMR, Leonardo Tapia y Jorge Gálvez, dieron a conocer las resoluciones del Primer Congreso de esa colectividad y el nuevo proyecto político de la organización.

Tapia y Gálvez conversaron con la prensa a cara descubierta. Contaron que en su congreso los frentistas reivindicaron el marxismo-leninismo como doctrina y al rodriguismo como experiencia aplicada a una realidad concreta como la chilena.

Asimismo, plantearon su identificación con las luchas de otros pueblos del continente. "Queremos aportar a la construcción en Chile de una fuerza popular que sea capaz de generar los cambios estructurales que el país requiere, para terminar con la injusticia, la desigualdad, la corrupción y los abusos del poder neoliberal", señaló Leonardo Tapia.

Sin embargo, el FPMR que representan Tapia y Gálvez no es el único referente que agrupa a los rodriguistas. También está Identidad Rodriguista, que integra el denominado Frente Unidos Venceremos con el Partido Alternativa Socialista (PAS), el Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez (MPMR) -vinculado al Partido Comunista-, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el Partido Comunista-Acción Proletaria. A ellos, se suman otros frentistas que permanecen inorgánicos o que se han integrado a iniciativas político-sociales más amplias.

En este contexto, un hito importante lo marcó Galvarino Apablaza, el "Comandante Salvador", jefe de la organización, tras la muerte de Raúl Pellegrin. Hace unos meses, ese dirigente hizo público su alejamiento del FPMR en una carta donde criticó con fuerza que se haya impuesto en la organización "una mentalidad operativa que busca vencer y no convencer", donde "la eficacia política se ve asociada al carácter operativo de la acción y no a la justeza de su pensamiento. Partiendo de este postulado se pretende hacer política mediante recursos operativos, intentando trasladar de manera mecánica métodos y formas del quehacer operativo a la acción política", opinó Apablaza.

No obstante, a Leonardo Tapia no le preocupan las diferencias ni la dispersión de los militantes del FPMR. Recordó que en algún momento se habló del "universo rodriguista". Piensa que en la propia lucha tendrán que converger, no sólo los grupos de rodriguistas, sino también las demás fuerzas revolucionarias. "Porque es la lucha de clases la que resolverá los problemas teóricos, las diferencias y contradicciones que hoy nos mantienen separados".

EL FIN DE UN CICLO

Ambos dirigentes coincidieron que el primer congreso del FPMR fue fundamental porque cerró un ciclo de discusión interna iniciado en 1992, producto de la crisis que vivió la organización. Relataron que el denominado Proceso de Discusión Interna (PDI), se desarrolló hasta 1996, dando paso a una etapa de reorganización del rodriguismo que concluyó este año con la formulación del nuevo proyecto político.

Respecto a los énfasis del proyecto rodriguista en el contexto actual, Jorge Gálvez precisó que orientarán sus esfuerzos a la articulación del movimiento social. "Consideramos que hay sectores que son fundamentales para la transformación social: los trabajadores, pobladores y estudiantes. Es allí donde puede darse en forma más efectiva un quiebre del modelo neoliberal y del sistema en general", indicó.

Lo más importante, explicó Tapia, es que "ahora contamos con un instrumento que plantea los objetivos estratégicos de la organización, que es luchar contra el sistema para construir el socialismo. Hemos ratificado la base ideológica del Frente, que Raúl Pellegrin sintetizó antes de morir en 1988. El planteó que el rodriguismo es el marxismo-leninismo aplicado a la realidad concreta de Chile". Con esa base trabajaron, dice el dirigente, caracterizando un proyecto revolucionario, patriótico y popular.

"Revolucionario, porque buscamos transformar el sistema y construir el socialismo; patriótico y popular, porque queremos rescatar los intereses populares, con un claro sentido de clase", acotó.

Además de la base ideológica, también definieron una línea estratégica, caracterizando al FPMR como una organización político-militar. Según explicó Tapia, si bien la transformación del sistema requiere construir fuerza social, la historia demuestra que esas fuerzas requieren confrontarse. "Los hechos de 1973 y de los años 80 prueban que el pueblo, a medida que avanza en su organización y movilización, debe enfrentar la represión de los aparatos del Estado. Creemos que es necesario estar preparados para eso", afirmó. No obstante, precisó que para llegar a esos niveles es necesario construir fuerza social, lo que constituye el objetivo del actual período.

Puntualizó que "nuestra política tiene tres ejes: el social, que busca construir movimiento popular; el político, que pretende la convergencia de las organizaciones de la Izquierda revolucionaria; y el militar, que hoy se expresa básicamente en la autodefensa de masas, la protección de nuestros dirigentes y en prevenir la infiltración".

NO A LA INSERCION

Asimismo, Leonardo Tapia dijo que descartan utilizar los instrumentos institucionales e insertarse en el sistema político. De hecho, rechazan la vía electoral. Aseguró que no se trata de una definición a priori, sino es la conclusión de observar la realidad política del país. "Los supuestos espacios de participación están absolutamente concentrados en una democracia que beneficia exclusivamente al capital financiero y a la clase política", afirmó.

Piensa que el neoliberalismo ha estandarizado un tipo de gestión política que se aleja cada vez más de la sociedad y sus intereses. En este contexto, la Constitución ha jugado un rol fundamental porque contiene los mecanismos y resquicios que impiden la participación real. "El ejercicio de la democracia en Chile se limita a votar cada seis años", señaló.

Un hecho indesmentible para Tapia es que durante los trece años de gobiernos concertacionistas una parte de la Izquierda ha intentado insertarse y hacer los cambios desde dentro de la institucionalidad. Sin embargo, ni siquiera ha logrado estar dentro. No obstante, "también asumimos que las organizaciones revolucionarias que buscamos impulsar una alternativa, tampoco hemos sido capaces de lograr un grado de desarrollo importante y dar viabilidad a una estrategia diferente", aclaró. Por eso, afirma que hoy el FPMR se plantea un proceso de construcción de una fuerza real. "Sin movimiento popular, ninguna estrategia, electoral o alternativa, es viable", concluyó.

IMPORTANCIA DEL PROYECTO

En relación a los elementos con que cuentan los rodriguistas hoy para salvar los obstáculos que les han impedido abrir un camino propio y alternativo, Jorge Gálvez aseguró que cuentan con una "carta de navegación" clara y con los recursos humanos necesarios para iniciar ese proceso de construcción. El dirigente señaló que el Frente ha desarrollado un trabajo a nivel poblacional, estudiantil, sindical y en otros ámbitos, donde tiene presencia. "El proyecto ayudará a canalizar y dar coherencia a todos los esfuerzos de construcción realizados. Con ello, potenciaremos nuestra presencia", señaló.

En cuanto a las relaciones que mantienen con los demás rodriguistas, Tapia piensa que será la dinámica de la propia lucha la que volverá a juntarlos. "En ese sentido relativizamos el concepto de vanguardia única. Pensamos que la construcción de una sociedad distinta será expresión de una convergencia amplia de fuerzas", concluyó.