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Argentina: La lucha continúa

Tiempos de reagrupamiento

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Luis O. Saavedra
elidaluis@ciudad.com.ar
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Más de 400 delegados de base, de los más variados gremios, principalmente del cordón industrial del Paraná, pero también del Gran Buenos Aires, Córdoba y otros lugares, marcan, sin duda, la tendencia a un punto de inflexión en la lucha de los trabajadores argentinos..
La convocatoria, originalmente planteada en solidaridad con los trabajadores de Sulfacid y de la Fábrica de Armas de Fray Luis Beltrán, ante los rotundos triunfos de los obreros en ambos conflictos, se transformó más bien en una reunión de intercambio de experiencias y proyectos, donde quedó claramente planteada una idea central: la constitución de una intersindical, que agrupe a delegados auténticamente representativos de sus bases y con vocación de lucha..
Esta convocatoria es la contracara de la reunificación de los gordos y los pseudo disidentes de Moyano en una C.G.T. única pero tricéfala, en la cual no participan gremios otrora decisivos, como la Unión Obrera Metalúrgica, en la cual se avecina también un gran enfrentamiento entre los dirigentes herederos del miguelismo y las seccionales, que, aún con fuertes diferencias de matices, representan la lucha contra lo peor de la burocracia..
Lo que subyace en estos replanteos es uno de los rasgos fundamentales del capitalismo argentino: su carácter prebendario y superexplotador..
El sorprendente crecimiento del producto bruto interno, de las exportaciones y, sobre todo, de la inversión bruta fija, es decir en equipos durables, que revelan la intención de negocios a largo plazo, se basa en una increíble explotación de la mano de obra..
El fenómeno de la desocupación, de los trabajadores en negro, que están muy mal pagos, pero generalmente en trabajos de muy baja productividad, ha sacado de las pantallas mediáticas la fabulosa tasa de ganancia que obtienen las grandes empresas, del trabajo de sus obreros, perfectamente en blanco y relativamente bien pagos, con respecto al resto del proletariado..
Por ejemplo en la empresa Acindar, la carga salarial, por todo concepto, es decir incluyendo salarios de bolsillo, aportes previsionales y sindicales, indemnizaciones etc. constituye apenas el 16,1% del valor agregado por sus trabajadores durante todo el año 2.003. Según estudios realizados por el C.P. Sergio Arelovich sobre el Balance Consolidado oficialmente presentado por la empresa al 31 de diciembre de 2.003, que se puede bajar por Internet. Y esto es lo que se declara. Faltará, seguramente, lo que se desconoce..
Estas cifras no se ven en ningún país del mundo. Constituyen, como la deuda externa, como los 20 millones de hambrientos en un país que produce vende alimentos para 300 millones, como los niños que mueren desnutridos en un paraíso natural como Tucumán, una verdadera y única especialidad argentina..
Mucho más argentina que el dulce de leche, la birome, el río más ancho, la calle más larga o las mejores minas del mundo. Y las raíces de este modelo hay que buscarla en la lejana costumbre de nuestras primitivas clases dominantes, de enriquecerse sin invertir y sin trabajo empresario, por la simple productividad de las tierras robadas a los aborígenes asesinados..
Modelo continuado en diversas etapas por las infames prebendas otorgadas por un estado particularmente corrupto y que tiene uno de los modelos impositivos más retrógrados del mundo..
Hemos citado una empresa, pero este es el modelo normal de la crema de la producción industrial, que, sin embargo, está por debajo de las superganancias de las cerealeras y petroleras, que exportan por centenares de millones de dólares, con una mínima utilización de mano de obra..
La planta central de Dreyfus, en la vecina localidad General Lagos, es la mayor procesadora de soja del mundo, con capacidad para transformar en diversos productos 10 millones de toneladas de soja al año. Dicha planta, en sí, sin contar el personal auxiliar de limpieza, mantenimiento, etc. es movida por sólo 28 personas, que deben contar con el título secundario de Técnico Industrial. Trabajan en 4 turnos de 7 hombres y cobran, de bolsillo, 700 pesos al mes, cada uno..
Por eso, en algunas balances de empresas aceiteras la carga salarial es inferior al 1 por ciento, con respecto a las facturaciones declaradas..
La desocupación, el hambre, el trabajo en negro, la prostitución y el delito, nos muestran la cara más repugnante del capitalismo. Pero la acumulación capitalista se sigue fundando en la fuerza de trabajo aplicada a la producción de bienes y servicios en el campo y la ciudad..
Si no hay producción, no hay acumulación. Y si no hay acumulación, no hay capitalismo..
Lo que el capitalismo argentino teme como al demonio son dos cosas: que les cobren impuestos y que los trabajadores reclamen aumentos..
El feroz disciplinamiento impuesto por la desocupación y las leyes flexibilizadoras durante la década del 90, con el previo baño de sangre que la dictadura impuso para terminar con la lucha obrera y con el desarrollo fabril que le daba sustento, han mantenido la relación salario – ganancia, más o menos en los mismos términos, en estos tiempos post 19 y 20 y post devaluación, mientras el capital se sigue haciendo la fiesta..
La lucha de los piqueteros por puestos de trabajo, la recuperación de fábricas por sus obreros, las diversas formas de desarrollo autónomo de nuevos modos de vida y de trabajo han ocupado, como decíamos la pantalla grande del interés público..
Pero un conjunto de luchas que están surgiendo a lo largo y a lo ancho del país y la posibilidad de obtener triunfos como el de Sulfacid y la Fábrica de Armas, nos están diciendo que se acercan nuevas luchas decisivas en el corazón de la contradicción entre capital y trabajo..
Que vivimos tiempos de cambio y reagrupamiento. Los gordos y moyanistas, dotados de antiguas narices para olfatear los vientos que soplan, se han reunificado para tratar de controlar ese movimiento naciente y continuar teniendo la negociación con patrones y estado en sus corruptas manos..
Propuestas como la intersindical lanzada en Capitán Bermúdez, que constituyen un remozamiento práctico de la trayectoria de la CTA y gremios independientes, apuntan a reconstruir un sindicalismo diferente. .
Un sindicalismo clasista y combativo, como orgullosamente se autodenominaron los hombres y mujeres que protagonizaron aquella bisagra de los 60 y 70 y dejaron un legado, que debe ser recreado en las condiciones de nuestro tiempo..

Note: "A contrapelo", columna de opinión emitida el sábado 31 de julio de 2004, en el programa "Hipótesis", LT8 Radio Rosario, Argentina..