Argentina: La lucha continúa
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Comaco, un oasis en el desierto
PAGINA 12
INTI
A fines de 1967 un grupo de vecinos de la localidad de Martín Coronado decidió autoconvocarse para reclamar la provisión de agua potable y desagües cloacales. La instalación de grandes industrias, en una zona que recién comenzaba a urbanizarse, había afectado la calidad del agua que se extraía de las napas a través de los pozos. La obra de saneamiento se volvió entonces indispensable para revertir la situación. Luego de tres años de espera, la falta de respuesta de las autoridades competentes impulsó a los pobladores a crear la Cooperativa de Obras y Servicios Públicos Martín Coronado (Comaco) para iniciar el emprendimiento por cuenta propia. Al comienzo, las viviendas conectadas fueron sólo 200, sin embargo, la obra creció hasta llegar en la actualidad a brindarle servicio a 8.000 familias. Los vecinos financiaron todo, salvo un trayecto de tres mil metros de cañería donado por la ex Obras Sanitarias de la Nación. Entre las inversiones se destacó la construcción de una planta depuradora que es el orgullo de la zona y cuenta con el asesoramiento técnico del Centro de Investigación y Desarrollo de Ingeniería Ambiental del INTI. Con el paso de los años, Comaco se convirtió en un modelo de gestión comunitaria que vale la pena tener en cuenta en un momento en que los contratos de las empresas de servicio público están en revisión y la suba de las napas freáticas en amplias zonas del conurbano afecta a dos millones de personas, poniendo en riesgo el medio ambiente y la salud de los vecinos.
Comaco potabiliza y distribuye diariamente el agua que extrae del acuífero Puelche, ubicado a 30 metros de profundidad. A su vez, procesa los líquidos cloacales en su planta depuradora a través de un tamiz rotativo de origen alemán construido en acero inoxidable, capaz de retener todos los sólidos suspendidos mayores de 3 milímetros, los cuales luego deshidrata por compactación. Los líquidos tratados se vuelcan entonces al Arroyo Morón siguiendo con el procedimiento habitual contemplado en esos casos. El ingeniero Luis Alberto de Tullio, del INTI, afirmó que "todos los meses analizamos el agua que reciben los vecinos y los residuos cloacales, tratados y sin tratar. Hasta ahora, la cooperativa cumplió ampliamente con los requisitos exigidos". El INTI también realiza análisis en casas particulares cuando se denuncia algún problema de contaminación. En sus comienzos, Comaco realizaba los análisis en los laboratorios de Obras Sanitarias, pero cuando la empresa se privatizó decidió recurrir al Instituto, al que se incorporó como socio promotor en 1997.
Pese al carácter acotado de la experiencia, la actividad de Comaco adquirió relevancia desde sus inicios porque sirvió como caso testigo para juzgar a través de la comparación la tarea de Obras Sanitarias primero y de Aguas Argentinas después. "Nosotros pusimos de manifiesto algunas distorsiones que había en Obras Sanitarias cuando comprábamos productos idénticos a los que adquirían ellos, pero los pagábamos siete veces más barato", afirma Bruno Iussig, gerente de Comaco. En las épocas de gestión privada, la cooperativa vecinal sirvió también para dejar en evidencia los altos costos de la tarifa residencial que pagan los usuarios de Aguas Argentinas o de otras empresas privadas de la zona como COA, responsable de la provisión de agua en la localidad de Ciudad Jardín. "Nuestra tarifa es un 60 por ciento más barata y le puedo asegurar que prestamos un servicio de mejor calidad", aclara Iussig, para quien Comaco funcionó siempre "como el espejo de la cenicienta".
Lo que distingue a Comaco de las empresas estatales o comerciales es su carácter cooperativo. Las decisiones son tomadas por un consejo de administración integrado por diecisiete vecinos del barrio que cuidan sus propios intereses y los del resto de los habitantes de la zona, ante los que deben justificar sus actos en asambleas periódicas. Por definición la cooperativa no persigue fines de lucro. Por lo tanto, si la gestión es eficiente, los excedentes obtenidos se reinvierten en la compañía. Además, se financian actividades complementarias para los socios como el servicio de sepelio, la prestación médica asistencial básica en consultorios propios y las actividades culturales que se despliegan a través de la Fundación Comaco. La fundación ofrece en una casona propia clases de teatro, pintura, literatura, computación, inglés y guitarra, además de poner a disposición de los socios una biblioteca creada en 1997 y una sala de conferencias para presentaciones y charlas debate.
Cuando se concretó la privatización de Obras Sanitarias en 1993, Comaco estuvo a punto de desaparecer porque la zona en la que opera, al noroeste de la provincia de Buenos Aires, estaba incluida dentro del área concesionada a Aguas Argentinas. Sin embargo, finalmente el pliego de privatización permitió la existencia de compañías desvinculadas de la ex red de Obras Sanitarias, aunque negándoles la opción de ampliar el área de cobertura. La imposibilidad de expandir la red llevó a Comaco a realizar actividades de construcción en escuelas, centros de salud y empresas de la zona para preservar la fuente de trabajo de sus cincuenta empleados y generar recursos extra para seguir financiando el conjunto de actividades de la cooperativa en un contexto de tarifas congeladas. También comenzó a construir y comercializar viviendas.
No obstante, los integrantes de la cooperativa desean seguir ampliando la red de agua potable y cloacas. Una opción es hacerlo en la localidad lindante de Pablo Podestá. Esa zona le corresponde por contrato a Aguas Argentinas, pero hasta el momento esa empresa no realizó la obra, ni dejó que Comaco la hiciera.
Mientras tanto, los vecinos de Pablo Podestá se ven obligados a utilizar diariamente pozos ciegos que siguen contaminando las napas haciendo peligrar la salud. Comaco se presenta como una opción para revertir la situación de ese barrio, tal como lo fue para los vecinos de Martín Coronado hace 33 años, cuando decidieron crear la cooperativa para comenzar a mejorar su hábitat.
Calidad cooperativa
Comaco provee el servicio de agua potable a la población directamente a través de nueve pozos semisurgentes distribuidos en un amplio radio y ubicados en distintos sitios del acuífero Puelches. En todos ellos, a excepción del contenido de Nitratos, tema al que nos referiremos más adelante, la calidad química y bacteriológica del agua suministrada se encuadra dentro de los estándares establecidos por la legislación nacional vigente, el Código Alimentario Argentino (CAA) que, a su vez, los ha fijado tomando en cuenta los niveles guía o recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Con respecto al contenido de Nitratos, se dan dos situaciones disímiles: en los pozos con mayor antigüedad en servicio el valor de ese parámetro supera el límite máximo establecido por el CAA (45 mg/l), al igual de lo que ocurre en vastas zonas de la Provincia de Buenos Aires y en otras del país. En cambio, en los pozos cuya explotación data de pocos años, el contenido de Nitratos varía entre 20 y 30 mg/l, valores sensiblemente inferiores a dicho máximo que se mantienen a lo largo del tiempo. Al respecto, cabe consignar que, desde hace tiempo, Comaco está llevando a cabo una tarea exploratoria en las aguas subterráneas de la zona con el fin de ir reemplazando los pozos con tenores altos de Nitratos por otros con contenidos que se encuadren en la legislación vigente.
Por otra parte, entendiendo que el problema asociado al alto nivel de Nitratos en el acuífero está directamente relacionado con la actividad antrópica, Comaco insistió en forma reiterada ante los organismos de Gobierno sobre la necesidad de ejercer el cuidado del recurso mediante la efectiva aplicación de normativas tendientes al cumplimiento de la legislación vigente en materia de saneamiento integral de las áreas urbanas.
Cabe agregar que, como Comaco cuenta con servicios de salud propios que actúan tanto en el plano preventivo como en el curativo en relación al tema del nitrato y la metahemoglobinemia en lactantes, el área pediátrica se abocó a buscar antecedentes de dicha enfermedad en la zona de influencia. Como resultado de las investigaciones no se encontraron casos actuales ni pasados. Asimismo, como la calidad bacteriológica del agua suministrada por Comaco ha sido siempre óptima desde la iniciación del servicio, no es probable la ocurrencia de aquellas enfermedades o de trastornos en la salud, reportados por la Organización Mundial de la Salud, asociados a la presencia de altos contenidos de Nitratos en aguas de mala calidad bacteriológica