Argentina: La lucha continúa
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24 de enero del 2004
Se vuelve a discutir
el problema del agua en Argentina; como siempre, a mitad de camino. Algunos
apuntes al respecto
¿Kirchner vs Aguas Argentinas? - Negocios sobre el agua
Sebastián Hacher
Indymedia
Argentina
En estos últimos días, y luego
de semanas de silencio, los medios de comunicación volvieron a dar cuenta de la
discusión entre Aguas Argentinas y el gobierno Kirchner.
Sin embargo, curiosamente, lo que la mayoría de los medios argentinos omiten
decir es que la nueva discusión se da en un marco en que el principal
accionista de la empresa, el grupo francés Suez (propietario del 39.9 % de AA)
esta en un periodo de contracción en el sur y expansión en Europa, como forma
de recuperar la fabulosa rentabilidad menguada en estos dos últimos años.
Casi al mismo tiempo en que se producía el discurso de Kirchner exigiendo
inversiones, Suez anunciaba que se retiraba de Puerto Rico, rompiendo un
millonario contrato por la concesión del agua y el sistema de desagüe. El
motivo lo explicó la misma Suez en un comunicado diciendo que "en el marco
del plan de acción de Suez para el 2003 y 2004 el grupo estableció como metas
el seguir criterios más estrictos para lograr ganancias y reducir
riesgos", y que la retirada , "subraya la determinación del Grupo de
renegociar o disolver contratos si su balance económico no puede sostenerse en
forma duradera".
Hace unos días también, y en tren de refocalizar su actividad, Suez vendió su
89,34% de su canal de cable y satélite Paris Premiere, lo que a juicio de la
compañía "confirma la continuación de la estrategia" de concentrarse
en sus negocios de energía y medioambientales.
También como parte de ese cambio de política, el grupo francés acaba de ganar
la adjudicación de un contrato para manejar el suministro de agua durante 25
años en Cottbus, en el este de Alemania. El contrato, que supone un total de
700 millones de Euros, se suma a los 6 que la empresa mantiene en seis ciudades
de este país. Al anunciar el nuevo negocio, Suez ratificó su política de
centrarse en los países centrales. "Alemania -dijeron- ofrece otras
perspectivas de asociaciones entre el sector público y privado, como ocurre en
Polonia, que ingresará este año en la Unión Europea".
En este marco , pero sin nombrarlo, algunos diarios argentinos señalaron al
pasar hace unas semanas la discusión al interior del directorio de Aguas
Argentinas: si convenía negociar con el gobierno argentino, o retirarse y
jugarse a ganar la demanda por compensaciones en el CIADI, el tribunal del
Banco Mundial que resuelve los conflictos referidos a inversiones.
Pero si el frío cálculo -y no la verborragia presidencial- hicieron inclinar a
Suez hacia la primera opción, es porque nunca como en Argentina el grupo ha
encontrado condiciones favorables para tener una alta tasa de retorno a cambio
de una mínima inversión.
Según un estudio de FLACSO, firmado por Daniel Azpiazu (b), las tarifas
residenciales de AA "se han incrementado entre mayo de 1993 y enero de
2002 en un 88,2%14". Según el mismo profesional, ese aumento "no
guarda relación alguna con la variación de los precios al consumidor que, entre
el comienzo de la concesión y enero de 2002, sólo registró un crecimiento del
7,3%".
Aguas Argentinas tiene algunos records: es la concesión unitaria mas grande del
mundo, con un servicio que afecta a mas de 10 millones de personas en
Argentina. En el mundo, Suez maneja el agua que consumen 125 millones de
personas en mas de 24 países. Y también en Argentina tiene un porcentaje de
rentabilidad sobre su patrimonio altísimo: entre 1994 y 2000, fue de un
promedio del 20%" contra un máximo del 12,5% en países como Estados Unidos
o, en la propia Francia, de un 7%.
Las condiciones de contratación también son un punto a favor para que la
empresa quiera quedarse: cuando en 1997 acumuló incumplimientos en el Plan de
Mejoras y Expansión de los servicios por el 45% del total comprometido en el
contrato, el entonces gobierno de Menem -con Maria Julia a la cabeza- optó por
cambiar las condiciones de contratación, adaptándolas a la acción de AA.
Estas ventajas comparativas y la buena tasa de rentabilidad, son las que están
detrás de la declarada intención de Suez de mantenerse en el país y retirar la
demanda ante los tribunales internacionales.También, en el marco de la nueva
estrategia de la empresa, la propuesta oficial de abrir la construcción de
obras a nuevos operadores es poco menos que un favor para la compañía, que se
mostró gustosa de sacarse de encima la obligación de hacer grandes inversiones.
El precio del veneno
Terminada la controversia alrededor de la demanda ante el Banco Mundial, la
discusión del gobierno vs. Aguas Argentinas queda centrada ahora en cuanto va
invertir la compañía en obras en el próximo año. Por el momento, la empresa de
muestra dispuesta a invertir 56 millones de pesos, y el gobierno exige que sean
140 millones, una cifra no muy alta si tomamos en cuenta la .
En la discusión, sin embargo, falta señalar algo muy claro: ninguna de las dos
alternativas, o algún resultado intermedio, sirven para aplacar el drama que en
materia sanitaria vive el país.
No se hace falta ser bioquímico para saber que Aguas Argentinas está
distribuyendo veneno. Basta con abrir la canilla y probar un vasito de agua
para entender. Pero si no se quiere correr riesgos, también se peude leer el
informe preparado en Diciembre del 2003 por el propio gobierno, a través de la
Auditoria General de la Nación (AGN).
De acuerdo a ese estudio, dado a conocer a fines de Diciembre del 2003, AA
transporta residuos cloacales generados por 5.744.000 habitantes, de los cuales
sólo reciben tratamiento final en las plantas Norte y Sudoeste los efluentes
producidos por 696.000 habitantes, lo que constituye un 12% del total. El resto,
según la auditoria, es vertido "al Río de la Plata en la zona de
Berazategui -a tan sólo 20 kilómetros de la Casa de Gobierno- sin haber
recibido el tratamiento adecuado". Según algunas versiones, la
contaminación de esa parte del Rio de la Plata se ve hasta en las fotos
satelitales.
Lo mas grave, sin embargo, es que a sólo 2.800 metros de allí, Aguas Argentinas
retira nuevamente el agua que pasa por las plantas potabilizadoras, y que todos
sus usuarios cautivos consumimos todos los días del año.
Repetimos: esto no es un invento nuestro. Son los propios informes elaborados
por el gobierno los que lo señalan.
También hace algunso meses, la ahora desaparecida revista El Porteño, señaló
que el agua de " siete distritos del Gran Buenos Aires no es apta para el
consumo humano, porque contiene niveles de nitratos que triplican los valores
máximos tolerables por el organismo humano". La denuncia, que motivó una
presentación judicial, desembocó en que Aguas sea condenada a montar una nueva
planta potabilizadora en un plazo de 18 meses.
Y al calor de esa discusión, un estudio del Laboratorio de Química Ambiental y
Biogeoquímica de la Facultad de Ciencias Naturales de La Plata fue mas allá;
reveló que algunos peces de la zona de desagüe están contaminados con bifenilo
ploriclorado. La sustancia, llamada comúnmente PBC, es altamente cancerígena, y
esta prohibido su uso industrial como refrigerante en los transformadores de
electricidad.
A esto le podríamos sumar varios otros casos; desde la suba de las napas
subterráneas que están destruyendo barrios enteros, hasta las enfermedades como
la hepatitis b, causada por el agua en varias zonas del gran buenos aires.
Pero aun sin esos ejemplos, y sin salirse de la legalidad, el gobierno podría,
en nombre de la salud pública y los groseros incumplimientos de Aguas
Argentinas, anular inmediatamente el contrato de Aguas Argentinas. Una de las
condiciones de la privatización dice que el Estado puede "rescindir el
contrato de concesión unilateralmente con fundamento si existieren causas de
incumplimiento grave de las disposiciones legales y/o reglamentarias, atrasos
reiterados e injustificados en el cumplimiento de las inversiones y metas
convenidas".
Puede hacerlo, pero no quiere; todas las acciones de Kirchner están dirigidas a
lograr un mejor o peor acuerdo, inspirado quizás en el dogma vandorista de
"pegar para negociar", pero respetando y favoreciendo los intereses
de Suez de contraer sus negocios en áreas que han perdido su otrora kilométrica
rentabilidad, pero sin sacrificar del todo sus "plazas fuertes" como
Argentina. Porque si en Puerto Rico Suez demostró "la determinación de
renegociar o disolver contratos si su balance económico no puede sostenerse en
forma duradera", aquí encontró sobradas razones para quedarse.
Quizas también esta sea una nueva demostración de que el "estilo K"
se asemeja cada vez más al canto del gallo que, cacareando al amanecer, se
adjudica para si mismo la facultad de hacer salir el sol.
La salvedad, es que el gallo no tienen un gran presupuesto para gastar en
publicidad.