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10 de abril del 2002
Pese a presión internacional, Sharon continúa sembrando
terror
Eduardo Tamayo
Servicio Informativo "alai-amlatina"
La Comisión de Derechos
Humanos, en su sesión especial sobre Palestina del 5 de abril, decidió enviar
una misión de observadores internacionales, encabezada por la Alta Comisionada
para los Derechos Humanos, Mary Robinson, a Medio Oriente en donde el ejército
israelí ha ocupado 8 ciudades palestinas, provocando, solo en los últimos 9
días, 200 muertos, 1500 heridos y miles de arrestados.
La misión deberá rendir su informe antes de que la Comisión culmine su 58avo
período de sesiones el próximo 26 de abril. La decisión fue adoptada con 44
votos a favor, 7 abstenciones (Alemania, Gran Bretaña, Federación Rusa, Armenia,
Burundi, Croacia, República Checa) y dos en contra (Guatemala y Canadá).
Durante la sesión que concitó grandes expectativas se puso de manifiesto la
alineación de los distintos Estados con respecto al conflicto. Particularmente
emotiva fue la intervención del delegado palestino, Nabil Ramlawi, quien se
refirió a la tragedia humana que vive su pueblo, que está sufriendo las peores
consecuencias de una política sistemática de terrorismo de Estado. "¿Cómo
se puede justificar los asesinatos a corta distancia, que se deje desangrar
a los heridos, que se mate a personal paramédico, que se niegue a los familiares
el derecho a enterrar a sus muertos, que se destruya edificios y templos, que
se arremeta contra zonas civiles con tanques, helicópteros y artillería pesada?",
interrogó. Dijo que el pueblo palestino acepta complacido la visita de la Alta
Comisionada para los Derechos Humanos.
Una gran mayoría de países, especialmente árabes, asiáticos y africanos, demandaron
el retiro inmediato del ejército israelí de los territorios ocupados y el cumplimiento
de las resoluciones 1402 y 1403 del Consejo de Seguridad de la ONU. Señalaron
que Israel está cometiendo crímenes de guerra y de lesa humanidad por los que
tendrá que responder en el futuro. Condenaron el asedio y la humillación a los
que ha sido sometido el presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat,
así como el asesinato de civiles indefensos por parte de un ejército prepotente
y agresor.
Brasil se pronunció por el envío de una fuerza de mantenimiento de la paz, y
países como Ecuador, Argentina, Chile y Uruguay se mostraron de acuerdo con
el envío de observadores al terreno.
El delegado de Israel, Yaakov Leviy, por su lado, señaló que los israelitas
son víctimas de los atentados suicidas y que el miedo se ha apoderado de la
población que no puede ir a lugares públicos. Dijo que la Comisión de Derechos
Humanos, antes que a Israel, debería dedicar sus esfuerzos al examen de la violación
de los derechos humanos en otros países.
Israel contó con el apoyo velado de los países anglosajones (Estados Unidos,
Gran Bretaña, Canadá, Australia, Nueva Zelanda) que argumentaron que "debemos
atenernos a lo que dice el Consejo de Seguridad" y que no es productivo
ni útil enviar una misión a Medio Oriente. Canadá y Guatemala, los dos únicos
países que votaron en contra del envío de la misión de observadores, se mostraron
muy activos a favor de Israel, poniendo varias objeciones de procedimiento para
intentar "quemar tiempo" y evitar que la Comisión de Derechos Humanos
pueda adoptar una resolución.
Cabe anotar que los regímenes que han gobernado Guatemala, ya sean dictaduras
o democracias restringidas, han sostenido una relación estrecha con Israel.
No se debe olvidar que éste último país fue uno de los principales abastecedores
de armamento a las dictaduras (como la del tristemente célebre Gral. Fernando
Romero Lucas García) que en 36 años de conflicto provocaron 200.000 muertos
y desaparecidos, así como un millón y medio de desplazados y refugiados.
La Unión Europea, cuya presidencia está en manos de España, se mostró favorable
al envío de la misión de observadores, horas después de sufrir el desaire del
gobierno de Ariel Sharon que no permitió que sus delegados, el ministro de Relaciones
Exteriores de España, Josep Piqué y Xavier Solana, se entrevistaran con Arafat.
La Unión Europea se ha mostrado débil e impotente para detener la masacre de
palestinos. La Unión Europea cuenta con medios nada despreciables para presionar
a Israel, comenzando con la suspensión de toda cooperación económica y militar
a Israel. La subordinación hacia la política de Estados Unidos, ha dejado a
la Unión Europea como mera espectadora, mientras tanto, Sharon prosigue con
su política de muerte y tierra arrasada, haciendo caso omiso de la presión diplomática
internacional y de las multitudinarias movilizaciones de Europa y los países
árabes.