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Medio Oriente

25 de abril del 2002

La explosión final

Mustafa Barghouthi
Traducido para Rebelión por Tatiana de la O

Ha llegado el momento de Palestina, escribe Mustafa Barghouthi: La ocupación debe acabar

Mientras escribo esto, la llamada "guerra contra el terrorismo" de Israel está llegando a su decimosexto día. Desde que Israel comenzó el asalto militar de pueblos, ciudades y campos de refugiados en Cisjordania, sus soldados han matado a varios cientos de personas, la mayoría civiles, y herido a casi 3000. Llamar a esto una guerra contra el terror es una mentira; Sharon la llama así sólo para legitimar la violencia a los ojos de la comunidad internacional, y para justificar su campaña de masacre y destrucción.
Lo que está pasando era inimaginable hace dos años. ¿Quién hubiera pensado que un hombre como Sharon, con abogados y expertos legales que intentaban juzgarlo por crímenes de guerra, lograría arrastrar a Estados Unidos, Israel, Palestina y el resto del mundo a este punto, columpiándose al borde de un abismo de guerra y violencia incontrolables?
Pero hace un año, con la elección de Sharon como primer ministro, debimos ver hacia dónde nos dirigíamos. Lo advertimos cuando Sharon arruinó paso a paso todo lo que los israelíes y palestinos se habían esforzado por conseguir. Su última agresión es simplemente el golpe de gracia. Sharon ha destruido los acuerdos de paz, está destruyendo ahora los cimientos físicos del naciente estado palestino, e intenta destruir a la Autoridad Palestina.
Justificar sus ataques culpando a los palestinos por "la violencia" es deshonesto e ignora completamente los diez años pacíficos entre la firma de los acuerdos en Oslo y el comienzo de la Intifada por la independencia. Esperamos durante diez años, mientras se construían más asentamientos en Cisjordania y la Franja de Gaza, más caminos de desvío en nuestra tierra, se bloqueaba la transferencia de áreas a la Autoridad Palestina e Israel violaba todos los acuerdos y los colonos continuaban llegando a los asentamientos. En resumen, esperamos mientras la ocupación continuaba.
Y ahora Sharon dice que está "combatiendo el terror", mientras elimina a 3,2 millones de personas, perpetra una masacre con todas las letras en el campo de refugiados de la ONU de Yenín, ataca ambulancias, hospitales y trabajadores médicos, destruye las casas de los refugiados que no por casualidad han sido ya desposeídos dos veces con anterioridad por el estado de Israel: en 1948, con la creación del estado israelí, y en 1967 cuando Israel ocupó Gaza y Cisjordania. Los palestinos no pudieron oponerse en ninguna de estas dos ocasiones, pero esta vez es diferente: se niegan a irse, se niegan a doblegarse más aún a la ocupación israelí, y se niegan a rendirse. "La Masada palestina" es el nombre que han puesto algunos comentaristas israelíes a la resistencia en Yenín. Masada, donde los judíos pelearon y eligieron morir antes que rendirse al yugo extranjero y la esclavitud. La resistencia actual tiene lugar porque sólo se ofrecieron dos opciones a los palestinos: muerte o esclavitud.
Es difícil imaginar cómo pueden maquillar la masacre de Yenín y presentarla como necesaria ante el resto del mundo, pero esto es lo que está pasando a causa de las distorsiones de los medios estadounidenses. El debate actual acerca de lo que sucedió, de lo que quieren los palestinos, tiene lugar mientras el ejército israelí cava enormes fosas alrededor del campo de refugiados y demuele las casas encima de los heridos y muertos. Como dice Kofi Annan, sólo sabremos la extensión real de los horrores cuando veamos las fotos.
Además, Sharon está utilizando el cuarto ejército del mundo para imponer un toque de queda completo a una población civil, destruir su economía, escuelas, agua, alcantarillado, redes eléctricas, caminos y casas, y para aniquilar la infraestructura física de lo que podría haber sido el estado palestino.
Sharon puede utilizar su poder militar, y las herramientas de que dispone en su guerra de propaganda, para destruir el derecho de los palestinos a librarse de la ocupación, pero la fuerza no es correcta ni las consignas son reales.
Cualesquiera que sean las acciones de Sharon, sim importar cuánta violencia utilice para subyugar a la población palestina, nunca podrá cubrir el hecho de que la violencia que causa este conflicto es inherente a cualquier ocupación o proyecto colonizador. Nunca destruirá la capacidad ni el deseo de los palestinos de resistir a la ocupación.
La ocupación ilegal de Palestina ha sido violenta durante 35 años. Ahora, mientras continúa y los intentos de Sharon por hundir la resistencia a esta ocupación se vuelven más viciosos y extremos aún, debemos ocuparnos de las razones subyacentes de esta violencia. Entonces podremos poner fin a toda la retórica y resolver el problema en sí: la ocupación.
Como médico, mataría a un paciente si sólo tratase los síntomas de su enfermedad, y no sus causas. Esto es precisamente lo que Sharon y su coalición de gobierno están haciendo. La ocupación es el cáncer que está royendo las vidas de ambos pueblos. Podemos "sanar" ambos pueblos terminando con ella, no extendiéndola y matando al pueblo ocupado. Necesitamos que gente sensata de ambos lados tenga el coraje de decir, sí, hay un camino hacia la paz, necesitamos ir desde los horrores de hoy hacia una solución que implique dos estados. Esto sólo puede pasar si la ocupación acaba total y absolutamente.
El mundo debe entender que llega un momento en el que el pueblo no puede aguantar la injusticia, y ese momento la llegado para Palestina. Los palestinos han alcanzado ese punto, y nunca claudicarán en su lucha por la libertad y la independencia, por una vida digna.
*El autor es presidente del Palestinian Medical Relief Committee (Comité de Asistencia Médica Palestina), y director del Health, Development, Information and Policy Institute (Instituto de Información y Políticas de Salud y Desarrollo, HDIP), en Ramalá.
http://www.ahram.org.eg/weekly/2002/582/op13.htm


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