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15 de abril del 2002
Necesitamos una Intifada contra el terrorismo intelectual
Laurie King-Irani
Electronic Intifada
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Victoria, BC – Bueno, estuve disgustada, pero ahora trato de sentirme
divertida.* Es difícil decir qué le ha hecho más mal a
mi estómago esta semana: los informes y las imágenes de otra masacre
más instigada por Sharon –sumándose a lo que un entrevistador
de la BBC calificó hoy como "la cuenta bastante impresionante
de derramamientos de sangre del General Sharon"– o mis repetidos encuentros
con la Policía del Pensamiento, que aparece en todas las formas y tamaños
posibles, y sin fronteras conocidas. La vigilancia insidiosa de nuestros procesos
de pensamiento público y de reafirmación moral, desalienta las
posibilidades de una política constructiva y de un cambio sensato, de
una manera tan efectiva como un tanque que te apunta con su cañón.
A pesar de la creciente e irrefutable evidencia de que el ejército israelí
ha cometido crímenes de guerra en Cisjordania, a pesar de la multitud
de declaraciones de respetadas organizaciones internacionales de derechos humanos
de que el ejército israelí ha violado gravemente el derecho internacional
y de innumerables llamados a que se detengan de inmediato las atrocidades, a
pesar de los pedidos del Presidente George W. Bush de que Israel retire sus
tropas y cese todas las incursiones y ataques contra las ciudades palestinas,
Ariel Sharon goza todavía de un revestimiento saludable de Teflón
político, gracias a legiones de personas que están dispuestas
a mentir, amenazar, presionar, y aterrorizar a cualquiera que se atreva a decir:
"Miren, señoras y señores, se trata de un criminal de guerra de
la misma calaña que el General Augusto Pinochet, de Slobodan Milosevic,
y de Sadam Husein." Y lo es. Puede ir y buscarlo, como solía decir un
famoso jugador de béisbol.
¿Pero, qué sucede cuando uno trata de decir cosas parecidas públicamente
en América del Norte? Menciono a continuación algunas páginas
de mi diario de activista mediática del 29 de marzo al 8 de abril:
8 de marzo de 2002: Está claro, mirando la BBC esta mañana, que
algo malo va a ocurrir en Cisjordania. Agregando al miedo y a los presagios
que esto produce, abro mi correo electrónico y me informo de lo siguiente
proveniente de una amiga con la que yo y otros lanzamos a principios de 2001,
una campaña de peticiones por Internet para que se condene a Ariel Sharon
por crímenes de guerra:
Querida Laurie:
Ha ocurrido una cosa escalofriante tras la otra. En la mañana, traté
de conectarme con AOL y descubrí que mi cuenta fue "suspendida" y el
cuadro de diálogo me dio un número al que llamar. Recién
lo pude hacer por la tarde y tuve una extraña conversación con
AOL. Te vas a enloquecer. Resumiendo, sucede que AOL ha literalmente "confiscado"
las dos cuentas Sharon –Condenen a Sharon y Arresten a Sharon (esta última
es la que fue creada primero, y que luego fue convertida en Condenen). Parece
que hubo alguna clase de campaña contra los dos nombres, y AOL "suspendió"
toda mi cuenta a fin de lograr sus objetivos con las cuentas Sharon.
Esta es la historia: El "Equipo de Acción Comunitaria" de AOL, decidió,
sobre la base de "información que le ha sido comunicada," que los dos
nombres de pantalla representaban una "declaración política".
Además, usted debe comprender que "el clima político en EE.UU.
ha cambiado desde el 11 de septiembre," y que "mucha gente piensa que enfocar
a una persona [Sharon] es enfocar a todo el grupo." Los nombres en la pantalla
constituían una violación de la política de AOL "porque
enfocan a un individuo y por extensión a un grupo."
Por la "naturaleza volátil" de los nombres de pantalla, "han sido bloqueados
y toda información en las cuentas" no podrá ser recuperada. Básicamente
lo que ha sucedido es que AOL hizo caso omiso de las contraseñas existentes
para las dos cuentas Sharon, así como de todas mis demás cuentas
que preciso desesperadamente para mi trabajo. Aunque una de sus representantes
me dio una contraseña temporal para poder abrir esta cuenta, no quiso
o no pudo darme las contraseñas para las cuentas Sharon, lo que quiere
decir que todo lo que está en esas cuentas (nuestro correo) está
irremediablemente perdido. AOL ha confiscado nuestro correo. Como lo dijo la
representante, no puedo tener "absolutamente ningún acceso" a las cuentas
bajo esas dos identificaciones, y "no hay caso de que podamos darle una contraseña
para esas dos cuentas".
Y luego el asunto se volvió verdaderamente insólito. Me dijeron
que tenía que "estar de acuerdo con eliminar inmediatamente las dos cuentas".
Solicité que pusieran eso, y la otra parte de la historia, por escrito,
y me dijeron que no podían hacerlo. Así que básicamente
AOL me está pidiendo que elimine mis propias cuentas, a su pedido, pero
no están dispuestos a confirmar que ellos lo han solicitado, lo que les
da la posibilidad de negarlo en caso de un juicio. Se puede hacer, obviamente,
un argumento sólido, por el hecho que los nombres de Sharon no violan
las pautas, particularmente porque es una figura pública muy controvertida,
y esas cuentas fueron establecidas antes de que llegara a ser Primer Ministro.
Estoy tan increíblemente abrumada que lo último que quisiera es
librar esta batalla... El asunto es que estaría cediendo a la presión
después que las cuentas han existido durante más de un año,
y el tema más importante es la confiscación de las cuentas y de
sus contenidos (el correo) sin advertencia u oportunidad de apelar. Un asunto
horripilante. El ciberespacio no es inmune a la manipulación de las fuerzas
organizadas que protegen a los carniceros.
8 de abril de 2002: En la universidad en la que trabajo, la oficina de relaciones
de prensa y medios supo que yo viví y trabajé en el Oriente Próximo
como periodista e investigadora. Una mujer muy capaz me llamó desde la
oficina de prensa y me entrevistó. Una hora más tarde me envió
el siguiente comunicado de prensa para que lo aprobara antes de que lo distribuyera
a los medios locales y lo colocara en el sitio de la universidad en la red:
LA AGRESIÓN EN ORIENTE PRÓXIMO ES UN "CRIMEN DE GUERRA": La continua
agresión de Israel contra civiles palestinos en Cisjordania ocupada constituye
un crimen de guerra según las estipulaciones de la Convención
de Ginebra y el derecho internacional," dice la Dra. Laurie King- Irani, instructora
en el departamento de antropología de la Universidad ***. "Los atacantes
suicidas palestinos también cometen crímenes, pero no tienen el
respaldo del peso y la organización de un estado formal y de su decisivo
aparato militar," dijo King-Irani, que, como Especialista de Fullbright, realizó
una investigación en el terreno en Israel sobre la participación
de los ciudadanos palestinos en la política israelí. King-Irani
es co- fundadora de un sitio en la red, "The Electronic Intifada," que
realiza críticas de los medios y que ahora publica informes de testigos
presenciales de entre los trabajadores de los derechos humanos que permanecen
en los territorios ocupados, que ahora son una zona de acceso prohibido para
los medios. También ha trabajado como periodista en Beirut en los años
90 y fue redactora jefe de la revista Middle East Report de Washington
de 1998 a 2000.
Al día siguiente, mi marido recibe un llamado telefónico de un
hombre que había conocido en la ciudad en una reunión profesional.
El hombre le dice a mi marido, con aparente seriedad: "He hecho lo posible,
y no estoy seguro de que haya podido arreglar el daño, pero los comentarios
de su mujer en el sitio web de la universidad han causado un torbellino de angustia
y acritud en la comunidad judía local. ¡Espero que usted la convenza
de la necesidad de hablar de manera más responsable en el futuro!" Poco
después llegó un correo electrónico que me informaba que
la gente que dice cosas semejantes es "responsable por los incendios de sinagogas
en Canadá".
Esto, amigos, es terrorismo intelectual. Es ocupación psicológica.
Debemos trabajar todos juntos para librarnos de ella. Por eso necesitamos una
Intifada mediática. Espero que todos los que lean esto se negarán
a ceder ante el miedo, las amenazas, y el chantaje emocional cuando llegue el
momento de difundir la verdad ante el poder y llamar a los crímenes por
sus propios nombres. Y ese momento es ahora. Debemos alzarnos responsablemente
ante los que utilizarían acusaciones inaceptables de antisemitismo para
disuadirnos de que digamos ¡Alto ahora a la ocupación! ¡Detengan ahora
los asesinatos! Lo digo tanto por el bien de los israelíes, como por
el de los palestinos. La paz tiene que basarse en la justicia, y no habrá
justicia hasta que termine la ocupación y hayan desaparecido los asentamientos.
12 de abril de 2002
*Pido perdón a Elvis Costello por haberle robado la primera línea
de su canción "Los Ángeles quieren usar mis zapatos azules".