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10 de abril del 2002
El führer Sharon
Elizabeth Schwimmer
Ante el horror que presenciamos
sobre los hechos del führer Sharon contra los territorios palestinos, me vienen
algunos pensamientos. El primero es que algún día lo veremos sentado en el banquillo
de los acusados en el tribunal internacional de La Haya, ¿igual que Milosevich?
No nos olvidemos que el gobierno de USA se desvinculó por mucho tiempo de ese
personaje hasta que dio "el visto bueno" para que sea enjuiciado.
Por otro lado, hay que tener mucho cuidado con la palabra "antisemitismo".
Como se muestran las noticias hasta ahora, el mundo piensa que todo Israel al
igual que todos los judíos en el planeta están de acuerdo, felices y contentos
con la masacre y destrucción de los palestinos. No es lo mismo "israelí"
de los cuales hay judíos, árabes y cristianos de muchas denominaciones, que
viven en el territorio Israelí o el término "judío", palabra que denota
a un ser de una raza y/o religión determinada, generalmente usada peyorativamente.
Ese joven país, que en algún momento demostró al resto del mundo que podía haberse
convertido en un ejemplo como nación moderna y próspera, acaba de destruir todos
esos ideales y ese gran contingente de "judíos" que quieren y añoran
la paz y la convivencia con los palestinos, están tan mudos y paralizados (algunos
encarcelados) por no estar de acuerdo con el führer.
Hace algún tiempo, después de la tragedia del 11 de septiembre, escribí en algunos
medios algunas líneas sobre la peligrosa decisión de vengar el ataque a las
Torres Gemelas y al Pentágono de Bush en contra de Afganistán (talibanes, al
Qaeda, bin Laden y demás), sobre lo que esa decisión muy probablemente podría
acarrear en el futuro, lo que las palabras "justicia infinita" podrían
significar para algunos líderes locos en el mundo, lo que la guerra contra el
terrorismo podría tornarse, ese dar un permiso quasi divino para cometer atrocidades
en nombre de una guerra santa contra un ejército "satánico", anónimo
e invisible.
Mientras que Israel muestra su odio infinito (léase justicia infinita) contra
los terroristas palestinos con venia y aprobación del señor Bush (no nos olvidemos
de sus palabras sobre acabar con el terrorismo y la más famosa "el que
no está con nosotros está contra nosotros y es el enemigo"), aquí en Bolivia,
como siempre, los judíos, hijos de inmigrantes que escaparon de aquella atrocidad
que debería de haber servido de ejemplo para toda la humanidad de no recurrir
nunca más al genocidio, nos sentamos con nuestros amigos árabes, la mayoría
de origen palestino, descendientes de palestinos que emigraron a Latino América
a principios del siglo XX, incluso antes de la 1era. guerra mundial. Sí, nos
sentamos como lo hicieron nuestros abuelos y padres, a charlar, a reír, a jugar
cartas, últimamente a darnos un fuerte abrazo en silencio, pues la vergüenza
y la tristeza no permite que salgan ya las palabras. Nunca ha sido raro ver
sentado en el cafecito Bolivar en Cochabamba a un Mandelbaum con un Abularach,
o un Rozenmann casado con una Ismael, o algún grueso libro sobre los árabes
bolivianos donado por la comunidad árabe en la biblioteca personal de Werner
Guttentag, ejemplos sobran. Los pocos judíos que se quedaron en Bolivia aman
el país, la mayoría de las nuevas generaciones son producto de matrimonios "mixtos",
de otra manera ya no habrían judíos en Bolivia ni en el mundo. Tanto el árabe
como el judío bolivianos, aunque manteniendo costumbres propias milenarias,
viven, trabajan y son parte de Bolivia, sino pregúntenle a Guttentag, o a René
Hohenstein (director de teatro) o si quieren una opinión más directa, pregúntenme
a mí.
Sharon será el causante de una nueva ola de antisemitismo (antijudío), será
el causante de que el mundo apunte el dedo a aquellos que a través de la historia
fuimos causantes de todas las miserias y problemas del mundo, por lo menos eso
es lo que dice la historia, ¿o no? Claro que otros de origen semita, más particularmente
de Saudi Arabia causaron una hola "antisemita" que ahora se llama
"antiterrorista" y que apunta el dedo a todos aquellos que lleven
nombres como Ahmed, Hassan, Mahomed y lleven como vestuario batas largas, sandalias
y turbantes o como algún político estadounidense llamó alguna vez a ese atuendo:
un pañal o toalla enrollado en la cabeza y atorado por una banda de radiador
de auto.
Aquellos que fuimos llamados los elegidos de Dios (el padre Abraham, tanto de
los judíos como de los ismaelitas, fue el causante de esa elección, según las
sagradas escrituras) y que conste: que el pueblo judío fue elegido para demostrar
que una raza puede ser todo lo bueno y todo lo malo, no hay medias tintas, la
raza más odiada por unos y al mismo tiempo la raza más admirada por otros. Un
pueblo que dio al poeta Salomón, pueblo de profetas, que también dio a Jesús,
a Marx, Einstein y Carl Sagan. Y ahora la humanidad tiene encima una vez más
las pruebas ante sus propios ojos de la maldad del pueblo maldito, gracias a
Sharon. Y eso que el Papa ya nos había perdonado el asesinato a Cristo.
Israel es un estado teocrático, aunque disfrazado. Por ejemplo, una pareja de
judíos que se casa en Israel bajo la ley (religión) judía gozará de todos los
beneficios y protección del gobierno. Si un judío (o judía) desea casarse con
un no judío en Israel, no es posible hacerlo, por lo general saldrán a Chipre
donde puedan realizar un matrimonio mixto. Los divorcios de un matrimonio mixto
tendrán que realizarse fuera de Israel, o sea, los viajes de Israel a Chipre
son bastante comunes. Algunos rabinos ultra-ortodoxos y la población de Mea
Sharim (en Jerusalén) NIEGAN la existencia del estado de Israel ya que fue creado
artificialmente por la ONU y no por el Mesías como dicen las profecías.
El judío israelí sabe muy bien que un ataque suicida de un palestino no es "antisemitismo",
es simplemente un método de guerra ante un estado poderoso, militar. El judío
sabe que el árabe no está siendo "antisemita" pues el árabe también
es de origen semita. Y este método es nuevo en Israel, tan nuevo, que comenzó
a aparecer después del 11 de septiembre, justo después de declarada la guerra
de la "justicia infinita". Un nuevo método donde la pérdida humana
del atacante es única (muere solo el suicida) mientras las bajas del lado de
los civiles enemigos son altas. El suicida detona una carga que tiene un costo
económico mínimo comparado al armamento pesado y sofisticado del enemigo. El
suicida se convierte un valiente mártir, los civiles muertos son casualidades
de la guerra, nada más. Y el Gran General recurre a la justicia infinita, que
fue aprobada por alguien mucho más superior que él (pero que no es Dios) para
acabar con todos los terroristas que por el momento puede ser cualquier palestino,
árabe saudita o cualquier tipo que lleve un turbante en la cabeza. Según la
visión del Führer y su gran jefe del Norte, los civiles palestinos son casualidades
de la guerra, ¿o no?
Qué grave es jugar a ser policía del mundo, puedes estar poniendo las armas
más mortales en las manos de asesinos en serie.