Medio Oriente

La Jornada

El gobierno de Estados Unidos ejerce un papel directo en la creciente violencia en Medio Oriente al otorgar helicópteros, rifles y otras armas al gobierno de Israel para matar civiles, denunció un especialista de Amnistía Internacional en entrevista con La Jornada.
"Es irónico que Estados Unidos diga que tiene una política de no meter manos, cuando está suministrando 3.6 mil millones de dólares en armas a un lado en el conflicto", afirmó Marty Rosenbluth, el encargado de seguir el conflicto palestino-israelí para Amnistía Internacional de Estados Unidos.
En entrevista con este diario, Rosenbluth dijo que la organización internacional de derechos humanos ha pedido tanto a la Autoridad Nacional Palestina como al gobierno de Israel adoptar acciones más firmes para evitar muertes civiles, pero también ahora pide al gobierno estadunidense un mayor esfuerzo para detener la violencia.
"Sabemos que los helicópteros fabricados por Estados Unidos están lanzando misiles, también fabricados por Estados Unidos, contra áreas controladas por palestinos con completo descuido de las vidas de civiles", afirmó. "Si uno lanza un misil estadunidense desde un helicóptero estadunidense contra un auto detenido en el tráfico, entonces las bajas civiles no son no intencionales, son inevitables".
El especialista de Amnistía Internacional (AI) agregó: "lo que estamos pidiendo es que el gobierno estadunidense adopte toda medida posible para evitar bajas civiles de todos los lados (del conflicto). Ya que los armamentos estadunidenses están involucrados, ese es el primer paso. Pero lo que ha hecho Bush es ofrecer carta blanca a Israel, lo cual es totalmente inaceptable".
Según la Federación de Científicos Estadunidenses, el gobierno de su país ha seguido enviando equipo militar a Israel durante todo el actual conflicto. Entre los envíos recientes programados este último año se incluyen 30 mil rifles M-16, 48 misiles aire-aire AIM-120C-5, cañones Gatling para cazas F-16 y helicópteros de ataque Apache.
Mientras, en días recientes el presidente estadunidense ha dirigido casi toda su crítica pública contra la Autoridad Nacional Palestina y hoy su vocero condenó nuevamente el uso de bombarderos-suicidas por parte de los palestinos y reiteró su demanda de que las autoridades palestinas hagan más para controlar a su gente.
Interrogado sobre las acciones militares israelíes en Ribera Occidental, el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, respondió: "el presidente entiende que las naciones tienen el derecho a la autodefensa". El Departamento de Estado ofreció un comentario algo más filoso cuando el vocero Phillip Reiker declaró que Estados Unidos "deplora la matanza y las bajas de civiles inocentes e instamos a Israel a utilizar moderación máxima".
Pero según AI, la Casa Blanca debería hacer mucho más. "Estados Unidos continúa otorgando muchas armas que se usan para violar derechos humanos, incluyendo F-16 y helicópteros Apache", declaró Curt Goering, subdirector ejecutivo de AI durante un viaje reciente a la región. "Al final, Washington debe tener la voluntad política de admitir su propio papel en la creciente violencia." Más allá de reconocer este papel, Rosenbluth dijo hoy que Estados Unidos está violando su propia ley, la de Control de Exportación de Armas, la cual prohíbe al gobierno continuar exportando armas a países que cometen serias violaciones de los derechos humanos.
"La ley es bastante clara: dice que las armas sólo pueden usarse defensivamente y que si hay pruebas de graves violaciones a los derechos humanos, las exportaciones de armas estadunidenses deben cesar", explicó Rosenbluth. Agregó que el Informe de Derechos Humanos publicado por el Departamento de Estado en febrero pasado declara que las Fuerzas de Defensa de Israel han cometido graves violaciones, incluyendo el uso de fuerza excesiva contra civiles.
"En opinión de Amnistía Internacional, la ley estadunidense ha sido violada, pero en los hechos las ventas de armas no se han suspendido", subrayó. Sin embargo, señaló que el gobierno estadunidense se ha negado a iniciar una investigación sobre el uso de las armas estadunidenses por las fuerzas armadas de Israel, y esto sí constituye una violación legal. "El fracaso en investigar es en sí una violación de las leyes estadunidenses", afirmó.