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Medio Oriente

Continuará la intifada hasta el fin de la ocupación israelí
y cuando "obtengamos Jerusalén": Arafat

Multitudinarias manifestaciones por el segundo aniversario de la rebelión palestina

Protección para habitantes de territorios ocupados, pide Al Fatah a la comunidad mundial
AFP, DPA, REUTERS Y PL / LA JORNADA

Gaza, 28 de septiembre. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, prometió hoy que la intifada contra Israel continuará hasta que se logren sus objetivos, en un discurso vía telefónica dirigido a miles de palestinos concentrados en Gaza para conmemorar el segundo aniversario del levantamiento de su pueblo, en el contexto de una serie de manifestaciones que culminaron con nuevos actos de violencia que dejaron dos muertos.

Más de 10 mil palestinos se reunieron en torno al Consejo Legislativo Palestino, en Gaza, para escuchar a Arafat, quien les pidió que "no bajen los brazos", en comunicación telefónica desde su destruido cuartel general, la Mukata, en la ciudad cisjordana de Ramallah.
"Ellos (los israelíes) están tratando con todo su poder, armas y municiones de quebrar la voluntad de la gente más fuerte. Pero yo les digo que nadie es capaz de quebrar esta voluntad, que continuará hasta que obtengamos Jerusalén, la capital del Estado palestino", sostuvo.
Y reiteró: "Este es nuestro camino y el objetivo que hemos elegido hasta que un niño palestino, un compañero de curso de niños mártires, pueda izar la bandera palestina en las torres de las mezquitas y las iglesias de Jerusalén".
Arafat también prometió que Alá recompensará a los palestinos que luchan contra la ocupación enemiga de sus lugares santos. "Esta revolución continuará y será ganada con ayuda de Alá", afirmó.
"Les hablo ahora que estoy sitiado, pero este sitio o cualquier otro tipo de complot no tienen importancia para nosotros; saldremos victoriosos", declaró el líder palestino.
El movimiento de Arafat, Al Fatah, también emitió una declaración en Gaza en la que aseguró que la intifada continuará hasta el fin de la ocupación y hasta que las banderas palestinas ondeen sobre las mezquitas e iglesias de Jerusalén.
Al Fatah llamó, asimismo, a reforzar su cohesión e insistió ante la comunidad internacional para que asegure una protección a los habitantes de los territorios reocupados.
De su lado, el jefe espiritual de Hamas, el jeque Ahmed Yassin, afirmó que las operaciones militares y los disparos de mortero continuarán, "porque son las únicas armas que tenemos y el enemigo sólo entiende el uso de la fuerza".
Miles de palestinos también salieron a las calles de pueblos, ciudades y campos de refugiados de la franja de Gaza, aunque la concentración más numerosa tuvo lugar en la ciudad de Gaza, en donde el total de ma-nifestantes alcanzó los 200 mil, de acuerdo con medios de prensa.
Con banderas palestinas y dando vivas a la intifada, los manifestantes lanzaron proclamas en las que aseguraban que el levantamiento popular no terminará hasta que Israel ponga fin a la ocupación en la franja de Gaza y en Cisjordania.
Dos muertos fue el saldo de las manifestaciones. Uno de ellos, Sami Atala, miembro de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, grupo armado ligado a Fatah, fue la primera víctima al recibir disparos desde un tanque israelí en la ciudad de Rafah, en la franja de Gaza, en tanto que Mohammad Abu Ajwa falleció en un enfrentamiento con los soldados de Israel en el centro de este territorio.
Ya desde la noche del viernes varios miles de palestinos se manifestaron en varias ciudades de la franja de Gaza y Cisjordania, y este día también una gran cantidad de árabes israelíes conmemoraron, sin incidentes, en Kfar Manda, ciudad israelí de Galilea, el aniversario de la muerte de los suyos, víctimas de la policía durante manifestaciones de protesta que se realizaron en octubre de 2000 en solidaridad con los palestinos.
En el exterior, unos 3 mil palestinos efectuaron una manifestación en Damasco, du-rante la cual quemaron banderas estadunidenses e israelíes. En Egipto también hubo expresiones de solidaridad.
Por la noche, el ejército israelí, con blindados y bulldozers, ingresó a las localidades de Beit Hanan, y Beit Lahia, en la franja de Gaza, donde destruyeron cultivos, pe-ro no hubo víctimas.
Horas antes, el ejército cerró en la franja de Gaza la principal oficina de vinculación palestina con Israel, y las armas de los oficiales fueron decomisadas, dijeron fuentes de seguridad palestinas.
El 28 de septiembre de 2000, Ariel Sharon, entonces jefe de la oposición de derecha, se presentó en la Explanada de las Mezquitas y provocó enfrentamientos entre la policía israelí y manifestantes palestinos. Esos disturbios marcaron el comienzo de la segunda intifada.
De su lado, el ministro israelí del Exterior, Shimon Peres, manifestó su oposición al cerco contra Arafat, y señaló a Radio Israel que Tel Aviv debe cumplir la resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, a principios de la se-mana, y en la que le exige a Tel Aviv poner fin al asedio al líder palestino.
Sin embargo, Peres indicó que una retirada israelí depende de que los palestinos cumplan su parte de la resolución, que les pide arrestar a sus militantes y llevarlos an-te los tribunales.
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, sometido a la presión de la comunidad internacional, y sobre todo de Estados Unidos, envió a Washington a uno de sus consejeros, Dov Weisglass, para discutir con la consejera presidencial de seguridad nacional, Condoleezza Rice, la situación creada por el ejército israelí en el cuartel general de Arafat, y la manera de solucionarla.
Sharon ha dicho que el asedio contra Arafat terminará cuando se entreguen más de 20 de los 250 palestinos atrincherados en la Mukata con el mandatario, que los declara como "terroristas".
El asedio comenzó hace 10 días, después de dos ataques suicidas en Israel que cobraron la vida de seis israelíes.
A última hora de este sábado se reportó la muerte de un jefe local de las Brigadas de Almn Mustafa, brazo armado del Frente Popular para la Liberación de Palestina, en la ciudad cisjordana de Tulkarem, cuando manipulaba una bomba.