El 11 de Septiembre con Hezbollah
Entrevista a Cheikn Naim Kassem, vicesecretario general:
"Nosotros sólo queremos liberar nuestra tierra y luchar por nuestros derechos"
Pascual Serrano. Beirut
Rebelión
Desde que en 1982, los israelíes asesinaran al líder de Hezbollah, el jeque Abbas Mussawi, este grupo políticomilitar libanés no ha dejado de combatir a Israel. Integrado por musulmanes chiitas, esta organización islámica que tiene en el líder de la revolución iraní, el imán Jomeini, a su más contemporáneo referente ideológico, ha sido incluida por Estados Unidos en la lista de grupos terroristas. Una mirada al Líbano, por breve que sea, demuestra la implantación social y el apoyo popular con que cuenta Hezbollah, la organización que lidera la resistencia contra la ocupación israelí y que con más contundencia ha defendido la causa palestina en el Líbano.
En esta entrevista, celebrada el 11 de noviembre, un año después de los atentados contra Estados Unidos, Cheikn Naim Kassem, su vicesecretario general, nos explica las razones de su lucha, los principios de su movimiento y su análisis de la situación regional ante los tambores de guerra contra Iraq.
¿En la actualidad cuáles son los motivos de su conflicto con Israel?
Nosotros, frente a las acciones terribles de Israel y EEUU, sobretodo en la Palestina ocupada, hemos intentado demostrar que nuestro concepto de la lucha no va más allá de la necesidad de recuperar nuestra tierra, no tenemos ningún ánimo de venganza. En el año 2000 se recuperó el sur del Líbano, obligamos al ejército israelí a retirarse de esa zona. Nosotros no pedimos más que lo que es nuestro, no queremos lo de los demás. En la actualidad sigue habiendo un territorio ocupado, las resoluciones internacionales exigían la devolución de todo el Líbano pero por desgracia parece que la legalidad internacional no sirve para hacer que ciertos pueblos recuperemos nuestros derechos. Entre ellas, la resolución 425 que reconoce el derecho libanés a toda su extensión territorial. Nos referimos a las Granjas de Chabaa, un pequeño territorio del sur que Israel dice que no devuelve al Líbano porque pertenece a Siria y que, en todo caso, habrá que devolver a Siria. Nosotros hemos llevado pruebas y documentos que demuestran que este territorio pertenece al Líbano pero los negociadores israelíes aparecieron con un bolígrafo azul cogieron un mapa y trazaron una línea que denominaron la "línea azul" y dijeron "a partir de aquí empieza el territorio libanés y a partir de aquí empieza el territorio israelí". Nosotros nos hemos preguntado muchas veces si no existe la legalidad internacional, si no hay leyes reconocidas internacionalmente, qué poder tiene una de las partes para hacer lo que quiera con la distribución de las fronteras. Existe una jurisprudencia internacional en este caso de las fronteras que debería ser respetada. Por eso nuestra lucha no ha terminado, seguimos exigiendo nuestro derecho a recuperar lo que es nuestro y tenemos que seguir por esta vía, además sigue habiendo presos libaneses en las cárceles israelíes, gente que sigue sufriendo la reclusión sin motivos.
Otra causa de conflicto es la cuestión del agua, los israelíes dicen que los proyectos libaneses de utilizar las agua del río Guazzani pueden ser causa de guerra, ni siquiera se nos permite utilizar nuestros propios recursos. Se nos amenaza con una guerra a gran escala por utilizar nuestros ríos. Sabemos que el que empieza por renunciar a una cosa acaba renunciando a todo, si cedemos en un punto nos obligarán a ceder en más puntos, por lo tanto tenemos que mantenernos firmes en nuestro derecho a posicionarnos en contra de la imposición de la fuerza, el derecho a que se nos haga justicia en contra de la brutalidad de la fuerza.
¿Qué opina de la constantes amenazas de Estados Unidos hacia su organización y de su consideración como grupo terrorista?
Estados Unidos recurre a esa clasificación para destruir nuestra imagen y para que la gente nos repudie. La presencia de delegaciones internacionales y de diferentes corresponsales y periodistas en nuestras sedes muestra que, a pesar de lo que se dice de nosotros y de nuestra mala fama, no se nos tiene tanto miedo. Pregunte a la gente de la calle y verá su opinión sobre nosotros, si se nos tiene respeto o no como movimiento de liberación nacional. A nosotros lo que nos importa es lo que piensa nuestro pueblo, nuestros conciudadanos, si vemos que muchos ciudadanos piensan que somos un movimiento que lucha por sus derechos, eso nos basta. Pensamos que todo movimiento u organización a quien se debe es a su propia población. Se nos tacha de terroristas porque resistimos a Israel, forma parte de un plan para que no entorpezcamos la expansión de israelí.
¿Cómo justifican la muerte voluntaria de jóvenes en su guerra con Israel?
Tenemos derecho a recuperar nuestra tierra del mismo modo que los palestinos tienen derecho a luchar por la suya. Nosotros en el Líbano no contamos con una fuerza militar que pueda luchar en igualdad de condiciones con el ejército israelí, por lo tanto tenemos que utilizar nuestros medios y nuestras posibilidades. Nos basamos en nuestra concepción del martirio, en que nuestros hombres den su vida por causar el mayor daño posible a las tropas de ocupación como modo de conseguir darles a entender que no estamos dispuestos a rendirnos y que también somos capaces de influir en ellos y conseguir poco a poco nuestro objetivo que es lícito y justo.
Hoy, justo un año después, ¿cuál es la opinión de su organización sobre los atentados del 11-S?
Parece ser que aquí tampoco ni la legalidad internacional ni los preceptos internacionales tienen mucho que ver. La política estadounidense de un tiempo a esta parte se está basando en juzgar por las intenciones más que los actos, por lo tanto si pasamos a juzgar a los gobiernos y a los pueblos por lo que pretendidamente quieren hacer, cualquier pueblo, cualquier gobierno, es sospechoso de todo. Nosotros pensábamos que los castigos o las medidas punitivas se tomaban por actos, pero ahora se está diciendo que van a atacar o van a dejar de atacar a todo el mundo por lo que quieren hacer, o por los planes que supuestamente tienen para el futuro. Nosotros creemos que se debe juzgar por los actos, a cada uno que se le juzgue por lo que hace no por lo que se dice que quiere hacer. Nuestros actos demuestran que nosotros sólo queremos liberar nuestra tierra y luchar por nuestros derechos. Todas las acusaciones contra nuestra organización se inscriben en intentar que abandonemos nuestra lucha, nuestra resistencia frente a Israel.
¿Cuáles creen que pueden ser las consecuencias de una guerra contra Irak?
Nosotros vemos que como consecuencia de una posible guerra contra Iraq puede haber dos escenarios. El primero, que Estados Unidos triunfe en su propósito y consiga derrocar al gobierno actual de Iraq. ¿Qué puede ocurrir?. Por supuesto, además de matanzas y un gran daño para la población, puede que esta destrucción se propague a otros estados de la zona: Siria, Irán, etc... Se produciría un colapso total, lo que sería una catástrofe. La otra posibilidad es que Estados Unidos no triunfe en su propósito. Que a pesar de la destrucción y las matanzas, de los bombardeos y de dejar en la ruina toda la infraestructura del país, no consiga su propósito principal. Se llegaría entonces a un escenario de guerra de guerrillas que implicaría a toda la región y que podría llevar a una reacción frente a la actividad estadounidense que provocaría un lucha permanente de los pueblos contra la presencia de EEUU en Iraq.
No sabemos cuál de estas dos situaciones se produciría, pero sí sabemos que la situación es muy grave y fácil de descontrolar.
¿Cómo cree que afectaría al mapa de la región un ataque norteamericano?
Sin duda alguna que habrá una convulsión en la zona, habrá cambios en la región tras un ataque de EEUU, nadie puede asegurar que el mapa de la región siga del modo que está hoy. También se puede decir que los mismos acontecimientos en Palestina pueden llevar a convulsiones en tanto que el proyecto sionista se mantenga en pie, el proyecto de recuperar su pretendido derecho de vivir en la tierra prometida y expulsar a las gentes que llevan viviendo allí miles de años. Todo esto demuestra que el proyecto sionista tiene un objetivo determinado como hemos visto en la anulación de los acuerdos firmados hasta ahora. Madrid ya no sirve para nada, los acuerdos de Oslo y todo lo firmado después ha sido rechazado por Israel. Esto da a entender que el objetivo principal del proyecto sionista es llegar a su final que no es otro que conseguir la salida del mayor número posible de palestinos y su naturalización en un país vecino como Jordania. Esto puede ser también una convulsión para toda la región.
¿Qué grado de cohesión piensa usted que puede haber en los países árabes en su postura de rechazo a un ataque a Iraq?
Por desgracia EEUU cuando de verdad quiere algo hace todo lo posible por conseguirlo. Por tanto, es evidente que va a ejercer toda la presión sobre algunos países árabes y probablemente obligará a muchos de ellos, sobre todo a los que tienen frontera con Iraq, a ceder sus bases o a prestar algún tipo de apoyo al ataque contra Iraq. Es verdad que ahora vemos que hay una postura de rechazo contra esa intervención, pero nos tememos que el miedo pueda más que otra consideración y yo por desgracia no confío mucho en algunos regímenes árabes puesto que sabemos que su propia existencia depende del apoyo de EEUU.
¿Qué opinión tienen del gobierno iraquí y del partido Baaz?
Nosotros no apoyamos al régimen de Iraq, somos muy críticos con su forma de tratar a su pueblo. Eso no quiere decir que estemos de acuerdo con un ataque estadounidense, creemos que debe ser el pueblo iraquí el que debe elegir su destino, una cosa es que no nos guste o estemos en desacuerdo con el régimen iraquí y otra cosa es que apoyemos este ataque despiadado.
¿Qué puntos tienen en común la lucha palestina y la lucha de Hezbollah?
Existe una causa justa palestina y una causa justa en lucha por la recuperación del sur ocupado del Líbano. Nosotros reclamamos el derecho de los pueblos a defender sus territorios, nuestra lucha es justa, nos negamos a aceptar esta ocupación de Israel. Nosotros no hemos hecho otra cosa que intentar recuperar un territorio que nos fue robado. Nos negamos a rendirnos ante la fuerza y la lógica de la imposición y del exterminio. Consideremos evidente que se está cometiendo una grave injusticia con Palestina. Por desgracia el mundo parece guardar silencio ante estas injusticias gracias a la política exterior estadounidense en connivencia con Israel. Nosotros tenemos el derecho y la obligación de luchar para que se haga justicia con un pueblo perseguido.
¿Cuál es su relación con la Autoridad Nacional Palestina?
No hay una relación oficial ni contactos por razones objetivas. Hezbollah ha elegido la lucha y resistencia y la ANP ha elegido otro camino.
Entonces, ¿con qué organizaciones palestinas mantienen relaciones más cordiales?
Nosotros mantenemos relaciones con diez facciones palestinas opuestas a la senda seguida por la ANP. Nuestra apuesta es la resistencia, la lucha, por lo tanto, aquellas formaciones que sigan este modelo tendrán un punto de encuentro con nosotros.
¿Creen ustedes que un sistema de gobierno confesional para el Líbano es el más adecuado para una sociedad tan plural como la libanesa?
El sistema confesional libanés es muy malo, ya no sirve, ha dado muchos problemas en nuestra sociedad. Hace diez años se llegó a un acuerdo para hacer una serie de reformas, pero han sido reformas muy suaves, que no han cambiado en lo esencial el aspecto de este sistema. Este tipo de reformas no bastan, hay que hacer reformas más radicales para cambiar este sistema.
Si en algún momento Hezbollah, el partido de Dios, tuviera que asumir el gobierno del Líbano, ¿cómo aplicaría sus principios religiosos?, ¿cómo actuaría con los otros partidos que no fueran de Dios o fueran de otro Dios?
La mejor formar de responder a esta pregunta sería ver el comportamiento y la actitud de esta organización. Si la sociedad libanesa considera en un momento determinado que somos un movimiento oportuno para dirigir el país, nosotros intentaremos y haremos todo lo posible para llegar a un punto de acuerdo entre dos visiones, por un lado la necesidad que tenemos de respetar nuestro código islámico, ir a favor de las leyes islámicas, y por otro adaptarnos y amoldarnos a las necesidades y características de la sociedad libanesa, una sociedad plural y muy variada. Por tanto, no vamos a hacer nada que vaya en contra de nuestra religión pero tampoco vamos a hacer nada que vaya en contra de la especificidad y de la variedad de la sociedad libanesa.
La fuerte rivalidad entre partidos panarabistas, religiosos y marxistas en el mundo árabe, ¿de qué modo ha sido fomentada y ha beneficiado a Estados Unidos?
La política de Estados Unidos se basa en divide y vencerás. Por supuesto nosotros apoyamos la coordinación y trabajo común entre todas las fuerzas. En 1997 se produjo la unión de 27 partidos con el objetivo de liberar nuestro país y se consiguió.
¿Qué cree usted que se necesita para superar esa división y que exista un frente común árabe?
Hezbollah tiene un proyecto y un programa e intenta atenerse a él. EEUU está molesto con nosotros porque tenemos una opción. Parece que en todo el mundo no hay otra cosa que Hezbollah, cuando quieren meterse con alguien o con una opción política tienen que fijarse en un país tan pequeño como el Líbano y en una formación tan insignificante a escala mundial como Hezbollah. Eso nos hace pensar que nuestro programa, que nuestra forma de actuar y nuestra visión de cómo hay que enfrentarse a EEUU puede ser una solución. Nosotros intentamos coordinarnos con otros movimientos y otras formas de pensar del mundo árabe que tienen diversos puntos de vista. Creemos que otros podrían seguir nuestra senda de lucha, nuestra senda de resistencia y creemos que esa es la mejor forma de desafiar y enfrentarse a este proyecto de expansión y de hostilidad. Creemos que la mejor forma de llegar a la cumbre es seguir andando sin detenernos, sin desesperar, sin tener miedo. Seguimos pensando que se le puede decir a EEUU que ese no es el camino, que no hay por qué atacar, por qué destruir a otros pueblos.