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Un poco más cerca del corazón de las tinieblas
El puente aéreo a Florencia, Caquetá, entra en acción.
La llegada de víveres está bloqueada por la vía terrestre.
El gobierno de Colombia tuvo ayer altas y bajas: por una parte el ejército
recuperó La Uribe, histórica capital de las FARC y refugio del
legendario jefe guerrillero Manuel "Tirofijo" Marulanda, completando
el control de los cinco municipios de la antigua sureña zona de distensión,
pero por otra parte recibió la noticia de que cuatro oficiales dimitieron
a causa de las fallas en las operaciones contra la guerrilla –que se suma a
la renuncia de anteayer del general Gustavo Porras, jefe de la XII Brigada militar–.
La renuncia de los militares se produjo un día después de que
el gobierno de Andrés Pastrana concediera facultades extraordinarias
al ejército para combatir a los rebeldes en seis de los 32 departamentos
del país.
El ejército colombiano ayer tomó control de La Uribe, último
de los cinco municipios que controlaban los rebeldes de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) en el ex enclave desmilitarizado de 42.000
kilómetros cuadrados al sur del país. Tres batallones antiguerrilla
ingresaron en el bastión de las FARC, y se produjeron varios combates
con los guerrilleros, según fuentes militares. Para el imaginario oficial,
La Uribe representa el principal refugio del jefe y fundador de las FARC, conocido
como "Tirofijo", Manuel Marulanda, cuyo campamento "Casa Verde"
se situaba selva adentro de dicho municipio. Con La Uribe se completa la recuperación
de los cinco municipios dentro de la ex zona de distensión, ya que días
pasados las tropas controlaron San Vicente del Caguán, Mesetas, Vista
Hermosa y La Macarena. Luego de que el presidente Andrés Pastrana suspendiera
el proceso paz con las FARC, después de más de tres años
de conversaciones frustradas, el Ejército inició una fuerte ofensiva
para recuperar la antigua zona de despeje, que viene siendo acompañada
de una escalada guerrillera.
Un funcionario del ministerio de Defensa señaló que luego que
renunciara el jefe de la XII Brigada militar, Gustavo Porras, también
lo hicieron el teniente coronel Rómulo Vásquez, el mayor Gerardo
Cano y el capitán Alvaro Pérez, todos adscriptos a la misma brigada
con juridicción en el departamento de Caquetá. actualmente desabastecido
y aislado. También dimitió el coronel Antonio Moya, comandante
de la policía en el petrolero departamento de Arauca, luego de que los
rebeldes dinamitaran una estratégica estación de energía.
La voladura de dos puentes estratégicos entre Florencia y San Vicente
–antigua sede de los diálogos de paz– habría motorizado la renuncia
del general Porras, y similares fallas de la institución la de sus cuatro
colegas. La dimisión de los militares se conoció después
de que el gobierno anunciara que daba facultades extraordinarias al ejército
para combatir a la guerrilla en seis departamentos incluido el de Caquetá,
que ha sido escenario en esta semana de ataques de la guerrilla contra su infraestructura
y cuyos 16 municipios se encuentran sin luz desde hace nueve días y además
están aislados del resto del país por vía terrestre y telefónica.
Por eso, el gobierno ayer activó un "puente aéreo" para
llevar 60 toneladas de víveres y 15 de combustible a la antigua zona
neutral y otras aledañas de los departamentos de Meta, Caquetá,
Guaviare y parte de Putumayo.
Desde que el 20 de febrero Pastrana decidiera dar fin al proceso de paz con
la principal guerrilla colombiana, las FARC han recrudecido su ofensiva a punto
que se habló de declarar al país en estado de conmoción
interna. El panorama de ataques dinamiteros a la infraestructura económica
viene siendo una constante en varias regiones selváticas. Según
el general del ejército, Fernando Tapias, en los reñidos combates
de las últimas jornadas murieron 40 guerrilleros y un militar. Asimismo
se investiga si el lanzamiento de una granada contra una patrulla de policía
cercana a la estación de tren de Medellín –que dejó cuatro
policías y dos civiles heridos– fue responsabilidad de los comandos urbanos
de las FARC.