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10.000 personas por día pasan a integrar la legión de pobres
Con la Semana Santa, volvieron los saqueos
Como secuela del incremento geométrico de la miseria, más de 10.000 personas por día pasan a integrar la legión de los que están por debajo de la línea de pobreza. Volvieron a repetirse saqueos en mercados del Gran Buenos Aires y en distintos puntos del país, particularmente en Neuquén, donde hubo siete personas heridas.
ISIDORO GILBERT - CORRESPONSAL EN ARGENTINA
Hay datos terminantes: en marzo, los precios al menudeo treparon un 27%, según entidades de consumidores. Por carencia de pasajeros y por conflictos sobre el precio del gasoil no hay desde la madrugada del viernes transporte nocturno de colectivos de pasajeros, lock-out que se extenderá hasta el martes, por ahora.
Los hechos de la Semana Santa carenciada no tuvieron la envergadura y violencia de los del 19 de diciembre, que desbrozaron el camino a manifestaciones populares en los grandes centros urbanos, particularmente en la Capital Federal, que obligaron a Fernando de la Rúa y a Domingo Cavallo a marcharse a sus casas. El saldo entonces: 30 muertos y escenas desgarradoras en los mercados saqueados, algunas que dieron vuelta al planeta.
De boca para afuera el gobierno nacional despliega el discurso de los infiltrados, o pagados para que hagan la faena que puede tener aspectos desestabilizadores. En las reuniones recoletas, las autoridades saben que puede ser un camino sin retorno el estallido social. Y que no cuentan con todos los instrumentos para impedirlo: apenas, atenuarlo.
El presidente Eduardo Duhalde dijo saber de personas que se negaron a participar de los saqueos a pesar de que les ofreció dinero y si bien insistió en que no hay que criminalizar la protesta social, la procesión va por dentro y algunos sectores del oficialismo están tentados con militar al país. De hecho, los gendarmes fueron llevados a proteger grandes supermercados. Los desocupados organizados, los "piqueteros", han estado al margen de estos sucesos: estas organizaciones, en general, son a la vez un modo de contención de los más desesperados, no por vía de la dádiva sino por el de la organización y la solidaridad.
No obstante, en Neuquén algún funcionario se vio tentado a bajarle el pulgar a estos movimientos y a uno de sus mentores, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
Lo ocurrido, amén del trasfondo objetivo, revela hechos de enorme importancia política. Parecería que los punteros peronistas han entrado en declive como elementos de contención en la pasividad de los más humildes. Los intendentes justicialistas de áreas paupérrimas ya no cuentan como en el pasado con fondos y elementos clientelistas que para momentos delicados como los actuales les permitían frenar la bronca.
El plan social del gobierno, siempre de anuncios en anuncios, brilla por su carencia. Todavía sigue sin implementarse el plan de darle trabajo por 4 horas a 2 millones de desocupados. Y el movimiento asistencial que encabeza la esposa del presidente, Hilda González, "Chiche", aunque no presume de grandes anuncios, tampoco lleva comida a los famélicos con la premura que reclama lo que pasa.
Hay otros datos relevantes para el examen de lo que puede suceder. El peronismo, el bonaerense especialmente, es decir, el de Duhalde, está perdiendo el control de las masas, sea porque se dispersan anárquicamente, sea porque pasan a integrar las organizaciones piqueteras, generalmente influenciadas por partidos de izquierda por la CTA. El aparato y el control del peronismo en las franjas más pobres de la sociedad se ha reducido mucho en casi todo el país, anota "Página/12": En algunos distritos solamente se reconocen como peronistas la mitad de los que se exhibían como tales una década atrás.
Se comprende: el peronismo que conocen los más jóvenes no es el de Juan Perón o Eva Perón sino el del Carlos Menem.
Mientras, los grandes supermercados e hipermercados o utilizan policía privada o arman a sus propios vigías, extendiéndose la práctica a negocios más pequeños donde las escasas inversiones en las últimas semanas han sido en escopetas u otras armas pesadas. Es que el blanco ahora son pequeñas carnicerías o negocios de electrodomésticos.
En diciembre, en la agonía del gobierno de De la Rúa, a los espontáneos se les dio cierta luz verde porque convenía a los planes del ahora oficialismo. Pero ahora, lo que ocurre es impotencia para frenar la bronca.
Son de todos modos conatos en un escenario contradictorio. La Semana Santa fue la ocasión para que los centros de descanso vivieran verdaderas avalanchas de turistas, y que llamadas por el dulce del dólar barato, miles de chilenos, uruguayos y brasileños, llenaran hoteles de las ciudades más importantes del país. *