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Latinoamérica

25 de marzo del 2002

La ecología de la información

Sergio Ferrari
La información "dominante" está contaminada..., "construyamos entonces una ecología de la información" para depurarla.

Con este concepto que arrancó los aplausos de la enorme sala de la Pontificia Universiadad Católica, sede principal del Foro Social Mundial, Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, concluyó su análisis sobre una de las problemáticas más presentes en los debates de Porto Alegre.
Para Ramonet, las cosas son tan simples como el agua. En esta era de globalización de la comunicación, la información es una mercancía. Por lo tanto circula según las leyes del mercado. Lo que implica que las "empresas informativas" distribuirán aquellas informaciones que son más demandadas, según la regla normativa del capitalismo de la ley de la oferta y la demanda.
Para asegurar que esa información sea vendida, "debe ser corta, sencilla-elemental y patética (que distraiga y que pueda provocar compasión y mover sentimientos)... de acuerdo con las exigencias de la cultura de masas". Pero, ¿cómo hablar de venta en una sociedad donde cada día más las informaciones son gratuitas y muchos nuevos periódicos son regalados?, se pregunta Ramonet, interrogando a los centenares de asistentes en la Sala dos de la Universidad que siguen imantados sus silogismos. ¿Dónde radica el negocio?, insiste el director de Le Monde Diplomatique.
Y la respuesta es tan simple como contundente: "en esta sociedad, no se vende información a los ciudadanos, sino que se venden ciudadanos a las empresas de información". La información se mezcla con publicidad y de ahí se explica, según el analista hispano-francés, "la degradación de las condiciones de los periodistas que viven un proceso acelerado de proletarización". Si la información es gratuita y ella debe ser corta, sencilla y patética, ¿para qué gastar demasiado en promover y estimular a los hombres de prensa? Lo que les interesa a los empresarios no es la calidad de la información y la formación de la opinión pública, sino, simplemente, la venta de publicidad. Sus lectores, escuchas o telespectadores no serán público a informa-formar, sino rehenes de un simple mecanismo de publicidad-consumo.
Y de ahí en más, los grandes "valores" de la información se relativizarán, como el mismo principio de la verdad informativa y la validez de los mecanismos para verificar esa verdad. En esta sociedad "la verdad de una información depende de que varios medios importantes la repitan y digan que es verídica... aunque sea falsa. Por el contrario, una información verdadera puede ser pulverizada si varios medios importantes repiten al unísono que es falsa".
Todo se tambalea en este mundo sensible de la información-mercancía. Y donde los números hablan en tanto verdades. Tal la reflexión de Roberto Savio, director de la agencia alternativa (tercermundista) Inter Press Service, con sede en Roma.
Mientras en el mundo actualmente se destinan —en forma promedio— 180 dólares anuales por persona para educación... el gasto anual per cápita para publicidad oscila en los 156 dólares... en un proceso en que cada vez más la publicidad crece en tanto la educación pública se desvanece...
"Si apostamos a una sociedad global libre y justa que priorice a las personas sobre las ganancias, donde la humanidad prevalezca sobre la avasallante imposición del pensamiento único neoliberal, debemos reivindicar nuestros derechos a la comunicación en la sociedad de la informacion", enfatiza el documento de convocatoria.
Elaborado por una Campaña a favor de los derechos de comunicación —denominada CRIS— ese simple documento de base convoca a una verdadera rebelión informativa planetaria. "Nosotros estamos usando (y debemos usar) los medios de comunicación, la radiodifusión y las herramientas comunicacionales para organizar la acción política, darle nuevo poder a la ciudadanía y proteger y celebrar la diversidad cultural e intelectual... Este es el eje de nuestra lucha". Dicha Campaña, además de definir objetivos a corto plazo, convoca a una reflexión- acción internacional para dar respuestas, desde abajo, a la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información que se realizará en dos partes: Ginebra 2003 y Túnez 2005.
Organizada por las Naciones Unidas y liderada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, esa Cumbre tiene como propósito, según sus promotores, "desarrollar una visión y entendimiento común de la sociedad de la información... y diseñar un plan de acción estratégico para adaptarse a la nueva realidad". La campaña convoca a que "la sociedad civil tome el liderazgo para conceptualizar y formar esa visión de nueva sociedad de la información". "La democratización de la comunicación es ante todo una cuestión de ciudadanía y justicia social que se enmarca en el derecho humano a la información y a la comunicación..." enfatizó en Porto Alegre, Osvaldo León, director de la Agencia Latinoamericana de Informaciones (ALAI) con sede en Quito, Ecuador, sosteniendo la iniciativa de cara a la Cumbre de Ginebra y Túnez.
Las formas alternativas de información no son ya una novedad. Las grandes movilizaciones antiglobalización han sido acompañadas en los últimos años por nuevas fórmulas de esta naturaleza.
Nuevas coordinaciones y sinergias entre medios de prensa con principios se van desarrollando aceleradamente. El mismo Foro Social Mundial de Porto Alegre "ha existido y existe gracias a ese nuevo fenómeno planetario que se llama Internet", al decir de Ignacio Ramonet, director del Le Monde Diplomatique.
(es una transcripción del diario "Juventud Rebelde" de La Habana, Cuba del 8 de febrero de 2002)