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21 de marzo del 2002
El problema lechero
Colombia: Colanta amenazada
Hernán Pérez Zapata
MOIR
Con la desprotección del Gobierno nacional a la leche, se repite la historia del trigo, de la cebada, del maíz, del algodón, de la soya, del café y de muchos otros productos que importamos, para beneficio de los productores extranjeros y para ruina de nuestra producción nacional. De esta manera se atenta contra el empleo y la seguridad alimentaria autoabastecida. Y lo más grave, se amenaza con la quiebra a las organizaciones económicas colombianas, teniendo como blanco principal a COLANTA, la más desarrollada, y a todas las demás cooperativas y agrupaciones solidarias de los productores nacionales.
Con la irresponsable y antinacional apertura de las importaciones de la leche en polvo, subsidiada hasta el 45% de sus costos en los países ricos como EE.UU. y la Unión Europea, se subió de 4.830 toneladas en 1993 a 6.665 en 1995. Se ascendió a 22.000 en 1997, a 22.500 en 1998 y a 25.125 toneladas en 2001.Las multinacionales Parmalat, Wyethinc, Nestlé y Danone aparecen como las principales promotoras de este atentado contra los productores nacionales. El Gobierno de Pastrana les bajó los aranceles del 69 al 20%, mientras los inventarios en bodegas se estimaban en más de 25.000 toneladas. Esta situación ha provocado la disminución de las compras a los productores con pérdidas estimadas por Fedegan en más de $27.000 millones desde principios de febrero a la fecha, a razón de $600.000.000 diarios en los últimos 45 días.
Uno de los mayores lecheros del Departamento de Córdoba ofreció venderle a Parmalat-Proleche su producción. Se le respondió que su negocio era vender leche, no comprarla. Claro. La importan, subsidiando a los productores extranjeros, a precio de huevo, y de paso cuentan con la ayuda del Gobierno antinacional de Pastrana que les rebaja los aranceles. Con el ALCA, Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, esos aranceles bajarán a 0% con lo que se dará el golpe de gracia a toda la producción lechera, incluida su industrialización en empresas nacionales como COLANTA.
La respuesta a la crisis del Ministerio de Agricultura está lejos de resolverle el problema a los lecheros. El arancel a la importación lo pasó del 20 al 44%, restituyendo menos de la mitad de la rebaja que el Gobierno había hecho, pues estaba en 69%. Incrementó por otro lado en US$87 tonelada el estímulo a la exportación. No obstante, se mantiene abierta la libertad de importación, lo cual permite que se incrementen nuevamente las importaciones apenas los productores bajen la guardia, como lo indican las cifras.
Mientras tanto, los 24 países más ricos del mundo, con EE.UU. a la cabeza, invierten US$370.000 millones anuales en subsidios a su producción alimentaria, de los cuales US$50.000 millones son destinados a su sector lechero. Así, es imposible competir con el subsidio a la exportación aprobado. De nuevo se pone de manifiesto la demagogia del Ministro y el Gobierno.
La Asociación por la Salvación Agropecuaria, desde su creación el 5 de marzo de 1999 en Ibagué, por intermedio de sus voceros Angel Maria Caballero y el recién elegido Senador de la República Jorge Enrique Robledo Castillo han denunciado y orientado las luchas contra las importaciones agropecuarias que han pasado de 700.000 toneladas que costaron US$450.000 en 1990 a más de 6 millones de toneladas que costaron más de US$2.000 millones en 2001.Las movilizaciones civilizadas y democráticas de los lecheros y demás productores agropecuarios han dado sus frutos. Las protestas de los lecheros a fines de 1998 y principios de 1999, por ejemplo, lograron que las importaciones de leche en polvo se redujeran a 11.184 toneladas en ése último año. No obstante, el Gobierno permitió que se incrementaran de nuevo.
Ahora sólo falta que las transnacionales importen el agua para vendérnosla con la leche en polvo importada. Esta posibilidad no está distante. Ya se vende en Colombia el vaso de agua importado, con empaque incluido, a $150. Sólo la resistencia civil unificada de los productores lecheros con las demás productores agropecuarios podrá detener la criminal importación de productos que se dan suficientemente en el país, como la leche, el café, la papa y hasta... el agua.