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19
de enero del 2002
México:
La situación de los desaparecidos políticos
José Enrique
González Ruiz
REDH
"No hay poder sin represión
Pero, más que eso, se podría afirmar que la represión
es el alma misma del poder...
Por eso, los mecanismos y la tecnología de la represión revelan
la índole del poder."
("Poder y Desaparición", Pilar Calveiro. Ediciones Colihue, Argentina,
pp. 24 y 25.)
POR QUÉ LA DESAPARICIÓN FORZADA ES UN CRIMEN DE LESA HUMANIDAD
El análisis de los elementos que conforman el tipo penal del delito
de desaparición forzada de persona conduce a caracterizarlo como de
lesa humanidad, o sea como una conducta que ofende y lesiona no solamente
a las víctimas directas, a sus familiares y compañeros de lucha,
sino a toda la especie humana. Tan grave es, que en la doctrina del Derecho
Internacional se le equipara al genocidio.
1.- Los agentes activos
del delito son el Estado, el gobierno que lo representa y los cuerpos policíacos
y militares en que aquéllos se sustentan (así como los organismos
irregulares que éstos prohíjan). Aun cuando es cierto que la
responsabilidad penal se individualiza a la hora de la aplicación de
sanciones, la responsabilidad en este ilícito se deriva de la pertenencia
a los órganos que ejercen el poder. Es la impunidad que proporciona
el ser parte del aparato estatal lo que permite que se detenga a personas
sin forma legal alguna, se les someta a toda clase de tratos inhumanos, crueles
y degradantes, se les intente privar de su calidad humana y, llegado el caso
se les prive de la vida o se les impida privarse de ella tan sólo para
demostrar quién tiene esa "facultad".
Hay autores intelectuales,
que son quienes planean, financian y ordenan las desapariciones, lo que les
acarrea beneficios económicos y políticos. Los autores materiales
son de diverso tipo y van desde los secuestradores hasta los torturadores,
pasando por los asesores y los que operan administrativamente las cárceles
clandestinas.
2.- El pasivo del crimen
(en el sentido de ofensa gravísima que damos a esta palabra los latinos
y no en el que le dan los sajones, sinónimo de delito) es generalmente
un militante de alguna organización de izquierda al que "la inteligencia"
oficial caracteriza como "subversivo", "transgresor" o "terrorista" que pone
en riesgo la estabilidad de las instituciones dominantes. Pero eso no impide
a los activos detener y desaparecer a cualquier otra persona que tenga (o
ellos crean que tenga) alguna relación con la lucha social, o que sea
un testigo incómodo, a simplemente que haya que sembrar terror entre
la población para persuadirla de hacer algo o disuadirla de hacerlo.
3.- El íter crimen
consiste en un secuestro (que puede ser al amparo de las sombras o a plena
luz del día y en medio de testigos), seguido de la remisión
a un sitio clandestino de reclusión, donde los registros no son oficiales
y los detenidos son aislados por completo del resto del mundo. Se niega información
sobre ellos e incluso se niega la detención. Ahí "se vale" hacer
cualquier cosa con ellos, con el fin de sacarles información o de mantenerlos
como rehenes para que sus compañeros de lucha sepan qué atenerse.
La desaparición es un delito continuo, pues sólo deja de cometerse
cuando el detenido es liberado o puesto a disposición de una autoridad
para que se le siga un proceso legal.
Pasan los años
y los efectos del ilícito siguen produciéndose y por ello son
imprescriptibles la acción penal y la pena aplicable. Se conocen casos
de mujeres desaparecidas que, como parte de la tortura, fueron embarazadas
y luego privadas de los hijos (que en ocasiones fueron entregados a los torturadores).
4.- Para que se dé
la desaparición forzada, se tiene que contar con una estructura material
y con personal de diversas especialidades. Un constructor tiene que diseñar
y acondicionar los sitios de reclusión y de tortura (quirófano
le llamaban en el Cono Sur del Continente). El equipo debe ser pagado a cuenta
del erario, de modo que hay que disimularlo de algún modo en las cuentas
públicas.
Hay médicos y psiquiatras
que asesoran a los torturadores para que el dolor que apliquen les ofrezca
mejores resultados. Los custodios cobran también como "servidores públicos",
lo que implica que están en alguna nómina. Se utilizan vehículos
(terrestres y aéreos), armamento y equipo de comunicación, cuyo
costo pesa sobre los contribuyentes, pero que muchas veces no forma parte
de los bienes públicos.
5.- El absoluto incumplimiento
de las normas jurídicas vigentes convierte a la desaparición
forzada en una acción brutal, inhumana y prácticamente animal.
Implica que los criminales actúan con saña, con dolo y con suma
violencia. Por eso lastima a todos los seres humanos y se intenta erradicarla
para siempre de la faz de la tierra.
EN MÉXICO SE APLICA LA DESAPARICIÓN FORZADA DE PERSONAS
Durante décadas, el gobierno de México se dijo democrático
y respetuoso de los derechos humanos. Negó que practicara la desaparición
forzada de personas, lo mismo que las ejecuciones fuera de juicio. Se preció
incluso de que no aplicaba la pena de muerte, ni siquiera porque la Constitución
de la república la permite para el plagiario, el salteador de caminos
y el traidor a la patria en guerra extranjera.
La historia ha comprobado
que, al igual que en otros países latinoamericanos, aquí se
desarrolló una guerra sucia, para derrotar a grupos que se alzaron
en armas contra el sistema imperante. Y entre los métodos que se utilizaron,
estuvo la desaparición forzada.
Se crearon aparatos represivos
irregulares, como "La Brigada Blanca", que persiguió "subversivos"
por todo el territorio nacional colocándose por encima de las autoridades
legales y con permiso para matar y desaparecer. Se sembró el miedo
al divulgar extraoficialmente sus actuaciones, pero manteniéndolas
oficialmente ocultas. Se detuvo a miles de ciudadanos y ciudadanas sin forma
legal ; algunos fueron ejecutados y otros permanecen en situación de
desaparecidos.
Ha sido tan fuerte la
presión social para que se investiguen y castiguen estos hechos, que
la gubernamental Comisión nacional de Derechos Humanos tuvo que reconocerlos
en el informe que rindió en diciembre del 2001. Este logro de los mexicanos
no debe ser menospreciado, pero tampoco sobrevalorado. Porque es un intento
de presentar y tratar el tema como cosa del pasado y no de nuestros días;
más como una antesala del punto final que se aplicó en países
centro y sudamericanos, que como un primer paso hacia la verdad y la justicia.
Afirmamos que en México
se sigue cometiendo el delito de desaparición forzada de personas,
y que mientras no se sancione a los culpables el tema pesará en la
conciencia colectiva e impedirá el tránsito a la democracia.
LA POSTURA DEL GOBIERNO DE FOX RESPECTO AL TEMA DE LA DESAPARICIÓN
Como todo político en campaña, Vicente Fox prometió el
manto de la guadalupana a quienes votaran por él. Pero también
como todo político en el cargo, una vez que se sentó en la silla
presidencial se retractó de crear una Comisión de la Verdad.
Su argumento es que basta con que funcionen las instituciones establecidas
para que se resuelvan los problemas, por más agudos que sean como el
de los desaparecidos y otros crímenes históricos del régimen
de Partido de Estado (asesinato de Rubén Jaramillo, genocidio del 2
de octubre de 1968 y otros).
Sobre esa base, en diciembre
del 2001 emitió un acuerdo por el cual ordenó al procurador
General de la República que creara una Fiscalía Especial que
indague los crímenes "del pasado". Tomó como punto de partida
el informe de la CNDH que reconoce solamente 275 desapariciones forzadas.
Fue así como designó agente del Ministerio Público para
este caso a Ignacio Carrillo Prieto, quien niega ser parte del nefasto "Grupo
Carpizo" que ha monopolizado en los años del neoliberalismo los organismos
oficiales de derechos humanos y que tiene penetración en otros sectores
del gobierno (como la propia PGR, el IFE y el Consejo de la Judicatura Federal).
Además del fiscal
especial, habrá un comité de apoyo designado por el secretario
de Gobernación. No se sabe a ciencia cierta qué harán
uno y otro, pues los términos del acuerdo de creación son bastante
ambiguos. Por eso los organismos de defensores no gubernamentales de derechos
humanos recibieron la noticia con bastante escepticismo.
Hay quienes piensan que
se debe tratar de incidir en la conformación del comité de apoyo
al fiscal especial. Pero mientras no se sepa para qué va a servir,
es mejor no ocuparse de él y seguir insistiendo en la Comisión
de la verdad, ciudadana, autónoma y con autoridad para hacer coadyuvancia
con el Ministerio Público.
En conclusión,
no se advierte voluntad política en el gobierno foxiano para entrar
a fondo al asunto de los desaparecidos y demás crímenes históricos
del priato. Parece estar pesando más su alianza en busca de gobernabilidad
que su promesa de encontrar "peces gordos" en la violación grave a
los derechos humanos.
16/enero/01.
Julio Mata Montiel, Secretario Ejecutivo de AFADEM
Asociacion de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Victimas de Violaciones
a los Derechos Humanos en Mexico, (AFADEM).
REDH, Red Solidaria por
los Derechos Humanos