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Conn
Hallinan, San Francisco Examiner
En estos días huele a golpe. Igual que en Irán justo antes
del golpe de 1953 respaldado por Estados Unidos que derrocó el gobierno
de Mossedeah e instaló al Shah. Se siente como en 1963 en Vietnam del
Sur, antes que la toma militar prendió la luz al final de un largo
y terrible túnel al Sureste de Asia. Es persuasivamente similar al
de principios de septiembre de 1973, antes que el golpe en Chile escoltara
20 años de sangre y oscuridad.
A comienzos de noviembre,
la Agencia de Seguridad Nacional, el Pentágono y el Departamento de
Estado norteamericano sostuvieron una reunión de dos días sobre
la política norteamericana hacia Venezuela. Reuniones similares se
llevaron a cabo en 1953, 1963 y 1973, así como antes de los golpes
en Guatemala y Argentina. Esta reunión seguramente envió un
escalofrió a las espaldas del presidente de Venezuela Hugo Chávez
y a la coalición populista que tomo el poder en 1998.
El catalizador a la reunión
de agencias del Estado entre el 5 y 7 de noviembre fue un comentario realizado
por Chávez a la luz del asalto terrorista del 11 de septiembre al World
Trade Centre y Pentágono. Mientras Chávez afiladamente condenaba
el ataque, cuestionó el valor de bombardear Afganistán, llamándolo
"combatir el terrorismo con terrorismo." En respuesta, la Administración
Bush retiró temporalmente su embajador y convocó la reunión.
El resultado fue un requerimiento
para que Venezuela "inequívocamente" condenara el terrorismo, incluyendo
un repudio a cualquier cosa y a quien sea que la Administración Bush
defina como "terrorista." Como esto incluye tanto a Cuba (con quien Venezuela
tiene extensivas relaciones comerciales) como a grupos rebeldes en la vecina
Colombia (con quien Chávez simpatiza), la demanda fue el equivalente
a lanzarle un gancho al hígado.
La chispa que provocó
esta posición pudo haber sido el 11 de septiembre, pero las nubes oscuras
sobre Venezuela tienen mucho mas que ver con aspectos importantes - como el
petróleo, la tierra y el poder - que por los asuntos de actualidad
como el terrorismo. El gobierno de Chávez está actualmente tratando
de cambiar un viejo acuerdo de 60 años con las compañias de
petróleo extranjeras pechadas con apenas 1 porcentaje de regalías
y beneficiarias de grandes tajadas que reciben por excepciones de impuesto.
Hay cosas mucho mas importantes
en juego. Venezuela tiene petróleo. También es una gallina de
huevos de oro para compañías como la Phillips Petroleum y Exxon
Mobil. Si la nueva ley de hidrocarburos es aprobada, las compañías
de Estados Unidos y Francia tendrán que compartir una gran parte de
sus ganancias.
Venezuela necesita desesperadamente
una tajada mas grande. Aun cuando el petróleo genera unos 30 millones
de dolares cada año, el 80 por ciento de los Venezolanos, de acuerdo
a estadísticas oficiales, son "pobres", y la mitad de ellos están
mal nutridos. La gran mayoría de la Venezuela rural no tienen acceso
a la tierra excepto para trabajarle a otra persona, ya que el 2 por ciento
de la población controla el 60 por ciento de la tierra.
La inmensa brecha que
existe entre el minúsculo grupo de los que "tienen" y el mar de los
que "no tienen" es tratado muy poco en los medios de comunicación norteamericanos,
quienes tienden a enfocarse en los largos discursos del presidente y en la
inconformidad de los ricos y clase media urbana. Los periódicos norteamericanos
cubrieron el "paro" del 10 de diciembre realizado por líderes empresariales
y una fracción del movimiento sindical en protesta contra una serie
de leyes económicas y propuestas de reforma de la tierra, pero no hablaron
sobre el hecho que el gobierno de Chávez redujo la inflación
del 40 al 12 por ciento, generó crecimiento económico en un
4 por ciento, e incremento la inscripción en escuelas primarias en
un millón de estudiantes.
Los rumores desde Washington,
las huelgas de lideres empresariales y el toque de cacerolas por las amas
de casa de clase media son los asuntos que reciben los norteamericanos sobre
Venezuela en estos días. Para realizar cualquier balance uno tiene
que acudir a los reportajes de periodistas locales como John Marshall y Christian
Parenti. En un articulo del periódico "In These Times" de Chicago publicado
quincenalmente, los dos reporteros ofrecen "el otro lado" que los medios de
Estados Unidos siempre dice ofrecer pero raramente practica: los intentos
del gobiernod e Venezuela para diversificar si economia, expropiar tierras
abandonadas a campesinos sin tierra, impulsar el crecimiento de la siempra
basado en el altamento exitoso modelo Hungaro, incremnatar la salud invirtiendo
"fourfold", y proveer medicamentos al 30 y 40 prociento pro debajo de su precio.
No obstante, aliviar la
pobreza en Venezuela no esta en la pantalla de los radares de Washington en
estos días. Al contrario, los prestamos norteamericanos para el desarrollo
han sido congelados, y el especialista en América Latina del Departamento
de Estado, Peter Romero, ha acusado al gobierno de Chávez de apoyar
el terrorismo en Colombia, Bolívar y Ecuador. En estos días,
esto constituye casi una declaración de guerra y efectivamente una
luz verde para las fuerza antichavistas que consideran un golpe militar.
La hostilidad de Estados
Unidos a los esfuerzos de Venezuela superar su falta de desarrollo ha hecho
que este país sea insertado en el "arc de inestabilidad" de América
del Sur que va desde Caracas en el norte hasta Buenos Aires en el sur, y que
además incluye Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú. Las fracasadas
políticas económicas neoliberales, aunado a la corrupción
y autoritarismo han hecho de la región un barril explosivo, como lo
demuestran los recientes acontecimientos en Argentina.
żY cual es el antídoto
de la Administración Bush?: fósforos, declaraciones incendiarias
y ejércitos oscuros moviéndose en la noche.
29 de Diciembre de 2001
Traducción de Antonio García