|
22 de mayo del 2002
Perú: Plan "Aluvion en Los Andes" y asesinato del presidente Gonzalo
Luis Arce
En 1994 publicamos (El Diario Internacional) el artículo Operación
capitulación, Historia secreta de las "cartas de paz". En dicho texto
señalamos que las "cartas de paz" que Fujimori y Montesinos falsamente
adjudicaron al Jefe de la guerrilla peruana, fueron formuladas "bajo una concepción
criminal y siniestra que implicaba el asesinato del presidente Gonzalo". Dijimos
entonces, que "antes o después" él se convertiría en la
principal víctima de los verdaderos autores de las cartas que calificamos
de vulgar patraña fabricadas en las oficinas del Servicio de Inteligencia
Nacional (SIN). A la luz de esta denuncia incontestable afirmamos que a partir
de la publicación de la primera "carta de paz" (octubre 1993) sólo
existían dos posibilidades en torno al destino del presidente Gonzalo:
La primera se refería a que él habría sido asesinado después
de abril de 1993 cuando fue trasladado de la isla San Lorenzo al penal militar
del Callao. La segunda, consideraba que el presidente Gonzalo seguía
con vida pero que su existencia transcurría bajo condiciones carcelarias
brutales y de exterminio físico y mental.
¿Cuál de las dos hipótesis que desarrollamos en 1994 ha sido
la más acertada?
La idea de que el presidente Gonzalo fue ejecutado clandestinamente después
de abril de 1993, y más exactamente antes del mes de octubre del mismo
año ha cobrado cuerpo a partir de una serie de elementos secretos hechos
públicos después de la caída de Fujimori y Montesinos.
Existen muchos indicios, incluso algunos testimonios, que conducen a una verificación
más exacta de esta hipótesis. Por ejemplo, se conoce ahora que
las "cartas de paz" pidiendo una negociación de la guerra popular no
fueron redactadas por el presidente Gonzalo como propagandizó el gobierno.
Su autor, de acuerdo a una auto confesión, fue Rafael Merino Bartet,
quien reivindica la autoría de las mismas. (Declaraciones a Caretas,
9 de mayo 2002). Las declaraciones de Merino, no sólo descubren al verdadero
autor de las misivas de paz, sino que revelan también las incongruencias
en el manejo y montaje de las mismas. Como se verá más adelante,
las afirmaciones de Merino al ser entrecruzadas con los testimonios de Montesinos
(vladivideos) no dan ningún resultado coherente, y eso es producto de
las mentiras con la que el gobierno ha intentado ocultar durante 9 años
la desaparición del jefe guerrillero y presentar como cierto un "acuerdo
de paz" que nunca existió.
Ahora se sabe también que el plan que elaboró y ejecutó
el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) para "hacer capitular a Gonzalo"
se denominó "Aluvión en los Andes" como dice Vladimiro Montesinos,
o "Tempestad en los Andes", como ha dicho Merino a la revista Caretas. Según
la versión de Merino, este plan tuvo dos partes: La fase A destinada
a buscar información del prisionero y: fase B, dirigida a convencer al
presidente Gonzalo "que su captura había significado el descabezamiento
de la organización", y que no tenía más camino que la capitulación.
Lo que oculta Merino son los métodos que se utilizaron para lograr ambas
fases. No cabe duda que dicho plan se ejecutó en los sótanos del
SIN y sus ingredientes fueron la tortura, el crimen, el montaje fílmico,
la falsificación de cartas y una abundante publicidad en los medios de
comunicación. Los videos sobre el presidente Gonzalo y las "cartas de
paz", que tanto Fujimori, así como Montesinos y Merino han presentado,
para dar muestras de veracidad a la "capitulación de Gonzalo", fueron
los elementos ejes que sustentaron al plan "Aluvión en los Andes". Merino
es un civil de 69 años de edad, 34 de ellos dedicados a servir a los
militares. Desde 1968 se enganchó con las sucesivas dictaduras militares.
Sirvió al general Velasco alvarado y después lo hizo con el general
Morales Bermúdez. En 1980 (fin de las dictaduras directas de las Fuerzas
Armadas) inició su carrera en el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN)
y a partir de 1990 se puso bajo las ordenes de Montesinos.
Se conoce también ahora (de acuerdo a testimonios que entregamos en este
mismo artículo) que el presidente Gonzalo al ser desaparecido fue reemplazado
por un personaje que ha doblado en el aspecto físico al presidente Gonzalo.
Es sobre la base de este montaje teatral que se construye la vida virtual del
presidente Gonzalo. Es esta "resurrección" de laboratorio, la que sirve
ahora para propagandizar la "huelga de hambre de Gonzalo", o el reciente "diálogo"
(1° de mayo) entre el presidente de la "Comisión de la Verdad y Reconciliación"
y el jefe guerrillero. Ha quedado descubierto también que Montesinos
era el que dirigía el "comité central del Partido Comunista del
Perú" que desde 1993 el SIN hizo funcionar en la Base Naval del Callao.
De esto da cuenta el mismo Montesinos, que a través de los vladivideos
muestra como convocaba y dirigía los "debates" del "comité central",
integrado entre otros por Osman Morote, Edmundo Cox, María Pantoja, y
otros capituladores que han venido trabajando para Montesinos y el SIN.
"Cartas de paz": dimensión estratégica y muerte del Dr. Guzmán
Las "cartas de paz", constituyen el elemento clave para entender por qué
Fujimori y Montesinos ejecutaron clandestinamente al jefe de la guerrilla peruana,
en lugar de fusilarlo como lo habían planificado en setiembre de 1992,
y que incluso estaba aprobado en un consejo de ministros. ¿Por qué estas
cartas?. Ellas fueron construidas como parte medular de un plan estratégico
antisubversivo de largo alcance, cuyo propósito fundamental fue la aplicación
de una estratagema policial dirigida a liquidar la armazón ideológica-política
(pensamiento Gonzalo) de la guerrilla maoísta. Como lo dijo el propio
Montesinos, la aplicación de este operativo psicológico era para
"asegurar la derrota estratégica de sendero luminoso". En efecto, tanto
los expertos americanos que desde 1980 venían participando activamente
en la lucha contra la guerrilla maoísta, así como la policía
peruana, estaban convencidos que la captura del presidente Gonzalo (setiembre
1992) siendo un hecho importante en la lucha contrainsurgente, estaba lejos
de constituir el fin de "sendero luminoso".
La propaganda oficial que identificaba la captura del presidente Gonzalo con
una derrota estratégica de la guerra popular, se desinfló tan
rápido como aumentó la actividad subversiva en Perú. Según
cifras oficiales de la policía y el ejército si para el año
1992 se registraron 2,992 acciones subversivas, en 1993 estas aumentaron a 3,760.
Esta realidad, que resultaba diametralmente diferente a la propaganda que hablaba
de la "derrota de Sendero Luminoso", no pasó desapercibida ni para la
policía ni para los funcionarios norteamericanos. El coronel Benedicto
Jiménez Bacca, uno de los ex jefes de la policía antiterrorista
del Perú (DINCOTE) y que formó parte del equipo policial que capturó
al presidente Gonzalo, dijo: "La detención de Abimael Guzmán Reinoso
el 12 de setiembre de 1992, conjuntamente con tres miembros del Comité
Central, constituyó una victoria importante, pero sólo desde el
punto de vista táctico, no estratégico...".(Benedicto Jiménez
Bacca, Inicio, Desarrollo y Ocaso del Terrorismo en el Perú, Tomo II
mayo 2000). ¿Qué hacer entonces?, para que la captura del jefe maoísta
se transforme, de triunfo pírrico en "derrota estratégica" de
la subversión. Esta pregunta fue planteada en los términos más
solemnes por la Subcomisión de Asuntos del Hemisferio Occidental del
Congreso de los Estados Unidos. En efecto, el 23 de setiembre de 1992 a pocos
días de la captura del presidente Gonzalo, esta instancia del congreso
americano efectúo una reunión específicamente para analizar
el "fenómeno senderista". Dicho evento presidido por Robert G. Torricelli,
se hizo una sólo pregunta: "La preocupación más inmediata
sin embargo, es qué hacer con Guzmán, y cómo asegurar que
su captura signifique el final de la organización guerrillera, Sendero
Luminoso". Es a partir de interrogantes como la formulada en el senado de los
Estados Unidos, que surgirá el plan (Aluvión en los Andes) para
"demoler el pensamiento Gonzalo, y tratar de liquidar de esta forma la fibra
ideológica de la revolución peruana.
Y en efecto, tal como lo anotamos en "Operación capitulación"
, el propósito político de las cartas de paz fue romper la unidad
entre el pensamiento Gonzalo y su gestor. Era claro que el cuestionamiento de
los fundamentos ideológicos y políticos del PCP no podía
provenir directamente de algún organismo del Estado, menos de la policía
y las fuerzas armadas que por naturaleza y formación intelectual son
incompetentes para enfrentar a la subversión en este terreno. En este
campo habían fracaso los partidos políticos oficiales, así
como sus más famosos intelectuales (senderólogos, etc.) que desde
1980 hicieron vanos intentos de oponerse a la teoría y planteamientos
doctrinarios de los maoístas peruanos.
La única forma de alcanzar este propósito era enfrentando a Gonzalo
contra Gonzalo, o mejor dicho haciendo que el jefe de la guerrilla peruana rechazara
todo el camino teórico práctico que había recorrido desde
la primera mitad de la década del 60 hasta su captura. En lo fundamental
se buscó presentarlo renegando de sus principios ideológicos-políticos
y de su militancia en la doctrina marxista. Mediante el truco de las "cartas
de paz", el presidente Gonzalo, que hasta antes de su captura había calificado
a Fujimori de pobre diablo , "taimado y cínico . chumbeque enganchado
en la punta de las bayonetas... no es un hombre de principios.." (Discurso y
comentarios acerca del golpe de Estado, II Pleno del Comité Central,
abril 1992), ahora halagaba sus dotes de presidente triunfador con quien incluso
se podía establecer negociaciones de paz. Así mismo, si antes
había dicho que la guerra era la única vía para resolver
el problema de los pobres del Perú, ahora decía que la "paz era
una necesidad insoslayable de la nación y de la sociedad peruana". Si
en setiembre de 1992 (discurso en la jaula) llamó a continuar la guerra
popular, ahora decía que la abandonen para entregarse en los brazos de
la policía fujimorista. Si antes había dicho que el capitalismo
burocrático no tenía viabilidad, ahora decía que Fujimori
sentaba bases para el desarrollo económico del país y naturalmente
del capitalismo burocrático. Si antes había dicho "el mando nunca
muere", ahora decía que el partido había sido descabezado y que
no valía la pena seguir en la lucha por el poder. Si en su último
discurso llamó a la formación del Ejército Popular de Liberación,
ahora pedía la disolución del mismo. Y así sucesivamente,
perdido en la negación de su vida y obra, el presidente Gonzalo de gran
estratega político y revolucionario de primera fila en Perú y
en América Latina, aparecía como un político de baja monta
que estúpidamente analizaba al revés y patas para arriba los problemas
políticos del país y del mundo.
La dimensión estratégica de las "cartas de paz" provinieron de
un régimen mafioso que gobernó el país sin el más
mínimo escrúpulo moral, donde el arte de la mentira, la trampa,
el montaje, el chantaje y la patraña política, se convirtieron
en la alquimia para convertir el día en noche y la falsedad en verdad.
Una de las características principales del marco político del
país en el cual se fabricaron las "cartas de paz", fue el manejo dictatorial
y policial del Estado, del poder judicial y de los medios de comunicación.
Ahora, al haberse revelado los vladivideos, se conoce los millones de dólares
que la mafia de palacio de gobierno distribuía en diarios, revistas y
canales de televisión. En esta realidad, el Servicio de Inteligencia
Nacional (SIN) y otras instancias militares y policiales, tuvieron el control
absoluto de la información y la noticia. Es aquí en este terreno,
propicio para el montaje mediático, donde brotan las "cartas de paz",
que desde comienzo a fin estuvieron rodeadas de incoherentes mentiras que fueron
fabricadas por Vladimiro Montesinos y el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN).
Hay que anotar que absolutamente todo lo que la prensa peruana informó
desde octubre 1993 sobre las "cartas de paz", se nutrió exclusivamente
del SIN y de las propias manos de Vladimiro Montesinos. No se conoce una investigación
independiente del periodismo peruano respecto a este hecho. Es por ello que
la información sobre las misivas de paz y la "capitulación de
Gonzalo", tuvieron desde inicio a fin una orientación policial y antisubversiva.
Un paquete de montajes y mentiras incoherentes
Bastaría hacer un seguimiento de las absurdas mentiras y la incoherencia
de estas mismas, para dar por terminada cualquier duda de que las "cartas de
paz", salieron del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y no de las manos
del presidente Gonzalo. Así por ejemplo, el 13 de setiembre de 1993 Fujimori
desmintió a través de canal 2 de televisión (TV controlada
por Montesinos) que el gobierno hacia tratos con el jefe de la guerrilla maoísta,
de quien dijo "no se logró la capitulación de éste debido
al marco mental muy rígido del conductor de la guerra subversiva". Agregando
además que "Abimael Guzmán no tiene radio ni televisión.
Tampoco se le da periódicos ni revistas, solo posee una Biblia católica
que relee continuamente". (La República 13 de setiembre 1993). Curiosamente
el mismo día de la elocución televisiva de Fujimori, el SIN estaba
realizando la primera grabación de la lectura de las "cartas de paz"
(así está consignado en un documento titulado "Asumir y combatir
por la Nueva Gran decisión y Definición", que el gobierno adjudicó
al presidente Gonzalo y que el SIN se encargó de distribuir en Perú
y en el extranjero). ¿No conocía esto Fujimori?
Dos días después de estas declaraciones, es decir el 15 de setiembre
y a sólo 48 horas de la negación de capitulación del presidente
Gonzalo, Fujimori obtiene la primera "carta de paz" mediante la cual se le solicita
"negociar la guerra popular". No hay que olvidar el hecho curioso que la primera
"carta de paz", se hace publica el 1° de octubre 93 en la sede de las Naciones
Unidas (ONU). En esta misma sala fue donde en agosto de 1990, la representación
norteamericana presentó un trucaje fílmico contra Irak (el asesinato
en Kuwait de 300 niños recién nacidos) que sirvió como
pretexto "humanitario y moral" para que el Consejo de Seguridad de la ONU, aprobará
la guerra contra el Estado iraquí.
¿Qué milagro ocurrió para que un Gonzalo que leía solo
la Biblia y completamente aislado del mundo exterior, como anunció Fujimori
en la televisión, acabara firmando una declaración de capitulación?.
Esta incoherencia es más notoria aún, cuando el 6 de octubre de
1993 (cerca de 20 días de la primera carta) nuevamente el Gonzalo encerrado
en un hueco bajo tierra y que sólo tenía ojos para la Biblia envía
la segunda carta en la cual es más explícito y donde hace un "análisis
concreto de la situación concreta" del país como se dice en dicha
misiva, afirmando la derrota de la guerra popular y lanzando loas por los éxitos
que venía logrando Fujimori. ¿Cómo hizo este Gonzalo para hacer
su "análisis concreto" sin mirar la realidad?. El trucaje en este caso
es evidente, y se ve la autoría y procedencia del tal "análisis".
Sólo Fujimori y Montesinos, eran los interesados en presentar la situación
peruana floreciente y color de rosas. Es decir mostrar lo contrario de la brutal
realidad. En octubre de 1993, el sistema político peruano estaba quebrado
por el golpe militar dirigido por Fujimori y Montesinos, y en el Estado había
ingresado una corrupción sin límites. La quiebra económica,
social y política estaba en pleno auge, cuya expresión más
significativa se refería a la indigencia de más del 60% de la
población peruana. En este terreno, el repunte de la guerrilla maoísta
era más que evidente, situación que se expresaba (según
cifras del gobierno), en 305 acciones guerrilleras por mes.
Pero la irracionalidad y la incoherencia en la historia de las "cartas de paz"
no proviene exclusivamente del ex presidente peruano. Vladimiro Montesinos y
Rafael Merino que reclaman la paternidad en la capitulación de Gonzalo,
incurren a cada momento en grotescas contradicciones respecto a este tema. Por
ejemplo, Montesinos en una conversación que mantiene el 14 de abril de
1998 con agentes secretos de EE.UU, señala que lograr la firma de las
"cartas de paz" le tomó un "año de trabajo", y como dice él
tenía que ir "todas las noches" desde "las 10 de la noche hasta las 3,
4 de la mañana" para convencer a Abimael Guzmán. (Transcripción
del vladivideo 876, 14 de abril 1998). Por su parte Rafael Merino Bartet, afirma
(Caretas 9 de mayo 2002) que doblegar a Guzmán y llevarlo a la posición
de capitulación le bastó "tres o cuatro reuniones", "le hice ver
que no tenía sentido continuar con la lucha armada", dice Merino. Y así
sucesivamente, uno tras otro se turnan en la invención de las más
inverosímiles mentiras. Montesinos, hablando de un vídeo donde
se ve imágenes del presidente Gonzalo suscribiendo las "cartas de paz",
dice que hacer esta grabación le costó un trabajo de un año.
Sobre el mismo tema, Merino dice que hizo una filmación semejante, pero
con la diferencia que este vídeo se hizo desde lo primeros días
de la reunión con Gonzalo. Montesinos, hablando del presidente Gonzalo
dice de él: "es un analista...es un tipo cerebral... el tipo es un filósofo,
no es un hombre cualquiera o sea tiene una profundidad al hablar....es un hombre
pensante, un hombre muy fino...un genio, un tipo brillante". (Transcripción
del vladivideo 876, 14 de abril 1998). Por su parte Merino cuando se refiere
al nivel intelectual del presidente Gonzalo dice: "Me desilusionó profundamente.
Pensé encontrarme con un peso pesado y hallé a un peso pluma.
Me dio la impresión de estar frente a un hombre de un sólo libro.
Abimael sólo conocía a Mao". (Declaraciones a Caretas, 9 de mayo
2002).
¿Por qué tantas incoherencias en la versión oficial sobre las
"cartas de paz" y el presidente Gonzalo?. ¿No bastaría contar una sola
historia y asunto arreglado?. El método de propagandizar distintas versiones
para ocultar una principal y verdadera, es un viejo truco que utilizan los ejércitos
y los aparatos de inteligencia desde hace decenas de años. En la jerga
militar se denomina "guerra psicosocial" o "guerra de inteligencia". Las mentiras
entrecruzadas de Fujimori, Montesinos y Merino buscan crear el caos en esta
historia, y a partir de ello ocultar la desaparición del presidente Gonzalo
y encubrir el montaje en torno a las "cartas de paz". Estas historietas, en
apariencia inofensivas y muchas veces hasta estúpidas, tienen un propósito
político bien determinado. Por ejemplo, Merino cuenta (Caretas, 9 de
mayo 2002) que en una de las "conversaciones con Guzmán", "le preguntamos
si nos hubiese matado en el caso de haber tomado el poder. El claro, respondió
que no, y que al contrario, el partido nos habría dado cargos importantes.
Le preguntamos cuáles. Dijo que al doctor Montesinos le habría
dado el Ministerio del Interior y a mí el Servicio de Inteligencia Nacional".
Aquí el invento de Merino, tiene un propósito concreto: presentar
al presidente Gonzalo como un pobre hombre, que bastó unas cuantas semanas
en prisión para que pierda toda referencia del carácter de clase
de la organización de la sociedad socialista. ¡Que incluso, podía
nombrar como Ministro del Interior a Montesinos en lugar de ajusticiarlo con
la pena capital!.
Así como el ejemplo que acabamos de mencionar hay otros indicios que
muestran que las "cartas de paz" se insertaron en un montaje que comenzó
en 1993 y que ahora con otros métodos más sutiles continúa.
En uno de los vladivideos se puede ver con que cinismo Montesinos a tratado
este asunto y las falsedades que éste trasmitía incluso a sus
más allegados. En la transcripción del vladivideo A15-B8, Montesinos
conversa con Tuleda Van Breugel. Ahí afirma que el presidente Gonzalo
le dijo que la entrevista que hizo El Diario en Julio de 1988 no existió
y que todo se debió a un montaje que él (Abimael Guzmán)
había autorizado para "probar que existía". Montesinos cuenta
de la siguiente manera su supuesta conversación con el jefe guerrillero:
"Mire, usted sacó el año 88 (la entrevista), le hizo Arce Borja
en El Diario La Entrevista del Siglo...¿Eso es verdad o no es verdad?. Bueno,
-me dijo (Gonzalo)- es una cosa que en realidad no la hice yo, nunca la di sino
autoricé que la hicieran para poder hacer parecer como que existía....".
(Transcripción audio realizado por el Congreso de la República
el 13 de octubre 2001). La conversación Montesinos-Tudela, es un ejemplo
excepcional que muestra como Montesinos ponía en boca del presidente
las más absurdas falsedades. Afirmar que el jefe guerrillero había
dicho que la entrevista fue un cuento fabricado por El Diario, correspondía
en esos momentos a las pretensiones del gobierno de borrar del mapa todo el
valioso legado teórico realizado por el jefe de la guerrilla peruana
en un espacio de cerca de 30 años de lucha social. La "Entrevista del
Siglo", como nosotros la calificamos, constituye un auténtico documento
de la revolución peruana, y uno de los mejores aportes hechos por el
periodismo peruano. Además, jamás se puede pensar que el presidente
Gonzalo (de seguir vivo) podría negar una entrevista que se concretizó
en base a un acuerdo del I Congreso del PCP realizado en 1988. La negación
de la "Entrevista del Siglo" por parte de Montesinos, tuvo el mismo sello de
fábrica que las "cartas de paz". Estos embustes se han manejado holgadamente
con la seguridad de que el presidente Gonzalo desaparecido desde hace mucho
tiempo nada podría hacer para aclarar a sus detractores.
Las cartas al contrario de lo que se dijo oficialmente, no buscaron una negociación
política entre la guerrilla y el gobierno. En Perú o en cualquier
parte del mundo, la negociación entre subversión y el Estado son
hechos que ponen en evidencia dos partes en contienda, que al margen del carácter
político de la negociación (capitulación, tratos diplomáticos,
etc.) discuten planteamientos y pedidos. En el caso peruano, la lucha armada
nunca pudo estar negociada por sus prisioneros, ni siquiera por algunos de sus
más altos mandos que al ser apresados (por seguridad del partido y en
aplicación de normas lógicas) se quedan al margen de la dirección
de la guerra. En el caso de las "cartas de paz", como montaje y plan antisubversivo,
sólo otorgó beneficios a sus inventores (el gobierno). El presidente
Gonzalo en el hipotético caso de que hubiera negociado con Montesinos
por lo menos tenía la posibilidad de reclamar un alivio en el duro sistema
carcelario en que lo mantenían y que lo saquen de su encierro a más
de 6 metros bajo tierra. Eso ni publicitariamente ha sido así, y resulta
absurdo creer que la negociación existió. El más ingenuo
de los mortales, sabe que en el desarrollo de una negociación algo se
reclama, algo se gana. Tratándose de una guerrilla como la peruana que
en 1993 efectuaba cerca de 4 mil acciones militares al año, las negociaciones
de haber existido, se presentaban mucho más sustanciosas y negociables.
En este caso los negociadores (que se han presentado como dirigentes de la guerrilla)
pudieron conseguir alguna jugosa prebenda de tipo personal, y por qué
no incluso la libertad. Pero parece que no ha sido así, y los capituladores,
como Morote, María Pantoja, Cox Beuzeville, y otros que se pusieron como
alfombra persa a los pies de Montesinos, siguen tan presos como antes y ahora
sólo atinan a realizar huelgas de hambre para seguir vendiendo la baratija
de la capitulación.
Asesinato y vida virtual del presidente Gonzalo
En la siniestra lógica de las "cartas de paz", el presidente Gonzalo
tenía que ser asesinado para después "resucitar" y pedir un "acuerdo
de paz" con Fujimori. Es en este capítulo de la historia secreta de las
"cartas de paz", donde Montesinos asesorado por expertos de la CIA Americana
y respaldado por el gobierno y las fuerzas armadas, se encarga de construir
la vida virtual del jefe guerrillero. Ni técnicamente ni políticamente
había dificultad para armar el tabladillo y presentar las "cartas paz"
como si ellas provendrían del presidente Gonzalo. El dinero para este
fin era incalculable. Los dólares provenían del narcotráfico,
del saqueo del Estado y de la "colaboración" directa norteamericana.
Tanto Montesinos como Fujimori, obtenían más de MIL MILLONES de
dólares anuales del negocio de la droga. Todo esto con el beneplácito
de la CIA. Como señala en un artículo el periodista de los Estados
Unidos Karen de Young (publicado el 22 de septiembre 2002 en el Washington Post),
la CIA argumentó en varias ocasiones que Montesinos era un buen aliado
de Estados Unidos y que las acusaciones que existían en su contra en
materia de derechos humanos y narcotráfico no habían sido probadas.
En efecto Montesinos era el ahijado preferido de la CIA, y es con su apoyo que
el asesor de Fujimori se atreve incluso a fabricar un montaje fílmico
manipulatorio contra el general Mac Caffrey, el zar de la lucha anti antidrogas
de los Estados Unidos.
Entre 1990 y el 2000 la CIA (Central Intelligence Agency) entregó secretamente
10 millones de dólares a Montesinos para sostener el trabajo de inteligencia
nacional. La mayor parte de este dinero sirvió para financiar la fabricación
de las "cartas de paz". Aparte del dinero, las clases políticas del Perú
y sus partidos, hundidos en un proceso de descomposición total, se convirtieron
en dóciles "opositores" de un régimen que tenía el completo
control del Estado y la sociedad civil. Como parte de este control, el Servicio
de Inteligencia Nacional (SIN) controlaba la televisión, la mayoría
de diarios, revistas y emisoras radiales del país. Como se conoce ahora,
Montesinos entregaba millones de dólares a varios canales de televisión
y por lo menos a una docena de medios de comunicación escritos. Bajo
estas condiciones, redactar algunas cartas con la misma escritura del presidente
Gonzalo y fabricar uno o varios videos para presentarlo a la televisión
no resultaba ningún problema para un gobierno mafioso que imponía
su voluntad a través del crimen, la represión y el chantaje.
La vida virtual del presidente Gonzalo, como lo dijo Montesinos, resultó
de la "inspiración" de una película. Esta parte de la historia
sale a la luz cuando Montesinos narra sus fechorías a Tudela que en esos
momentos era el embajador fujimorista en las Naciones Unidas. Ahí Montesinos
hablando de las "cartas de paz" dice lo siguiente: "Así es y sabes donde
saqué eso, de la película...Leyendo el texto se me ocurrió
el tema...Este trabajo me duró un año, y después del año
el Presidente llega a las Naciones Unidas con la carta que le pide un Acuerdo
de Paz. ¿Te acuerdas?, esa carta me costó un año de trabajo, un
año, todo...". (Conversación Montesinos-Tudela, transcripción
audio realizado por el Congreso de la República el 13 de octubre 2001).
En esa "vida virtual", cinematográfica, el jefe guerrillero desaparecía
físicamente, pero volvía a la vida a través de trucos fílmicos
y por qué no reemplazado por un actor cuando las circunstancias lo demandaban.
Sobre esto último, hay una prueba testimonial que conduce a la certeza
de que alguien desde 1993 a asumido el rol teatral de reemplazar al jefe guerrillero.
Una prueba de mucho peso para llegar a esta conclusión, fue la denuncia
que hicieron en un comunicado público (marzo 2001) un grupo de prisioneros
de guerra del penal de Yanamayo y que ningún medio de comunicación
publicó. Estos prisioneros señalan que el 22 de noviembre del
2000 fueron conducidos desde Yanamayo al penal de la Base Naval en el callao
con el propósito de reunirse con el presidente Gonzalo. Ahí fueron
llevados a una sala donde al poco rato entró un oficial de La Marina
acompañado de un individuo que pretendió hacerlo pasar como el
jefe de la guerrilla maoísta. El marino les dijo "ahí está
su jefe" y se inició una corta conversación entre los visitantes
y el supuesto presidente Gonzalo. La conclusión que sacaron los prisioneros
de Yanamayo sobre el encuentro con el "presidente Gonzalo" que encontraron en
la Base Naval, es que éste es un impostor bastante rudimentario y con
una nula preparación política. Según la propia narración
de los prisioneros de Yanamayo, la persona con la cual ellos conversaron, "...demostró
tener desconocimiento de eventos y acuerdos partidarios... La reacción
ha pretendido embaucarnos suplantando al Presidente Gonzalo en su afán
de seguir tapando la realidad, y continuar engañando al pueblo con ese
engendro de acuerdo de paz que ya fracasó...Analizando los hechos nos
lleva a concluir que existe la posibilidad de que el Presidente Gonzalo haya
sido desaparecido...".(Prisioneros de Guerra del penal de Yanamayo, marzo 2001).
Sin dudas, la fabricación de la vida virtual del presidente Gonzalo,
significó para Montesinos uno de sus mayores logros al frente del Servicio
de Inteligencia Nacional (SIN). Este hecho puesto en la balanza antisubversiva
tuvo sin dudas, más peso que la misma captura del jefe guerrillero en
setiembre de 1992. Esto no pasa desapercibido para Montesinos que en octubre
del 2000 (sin que nadie le formulara la preguntara ) y cuando se encontraba
en plena desgracia anunció telefónicamente a Radio Programas del
Perú, que él "salvó del fusilamiento a Abimael Guzmán".
Dijo entonces que gracias a su gestión no se aplicó un decreto
ley que establecía que el presidente Gonzalo fuera ejecutado junto con
la señora Myriam Iparraguirre y un tercer dirigente del PCP. ¿Cómo
interpretar lo dicho por Montesinos? Era claro que estaba transmitiendo un mensaje
a Fujimori, haciéndole recordar que fue él (Montesinos) quien
se encargó de eliminar al presidente Gonzalo y volverlo a la vida virtual
a través de las "cartas de paz".
El Diario Internacional N° 59
Bruselas, 17 de mayo del 2002