|
PRIMERO DE MAYO
Juntos por primera vez, la UNT y el FSM exigen la renuncia
de Carlos Abascal
Sindicalistas independientes rechazan la contrarreforma laboral foxista
La defensa de la jornada de 8 horas y el derecho de huelga unificó a
los manifestantes
FABIOLA MARTINEZ Y JOSE ANTONIO ROMAN
Miles de trabajadores marcharon ayer al Zócalo capitalino para manifestar
su repudio a la "contrarreforma" laboral que promueve el gobierno foxista, consigna
única que marcó la advertencia: "Los cambios al artículo
123 constitucional, no pasarán."
La conmemoración del Día Internacional del Trabajo que encabezaron
sindicatos independientes se convirtió, por primera vez en cinco años,
en un mitin conjunto que rebasó las expectativas de los propios organizadores
y sorteó las antiguas diferencias de sus dirigentes.
La Plaza de la Constitución fue ocupada por contingentes de sindicatos
afiliados a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y al Frente Sindical
Mexicano (FSM), así como diversos grupos de obreros del campo y de la
ciudad.
La defensa de la Ley Federal del Trabajo (LFT) y el cumplimiento de ésta,
en especial de la jornada laboral de ocho horas y el derecho de huelga, unificó
a todos los manifestantes, que se unieron en una sola voz para exigir la renuncia
del secretario del Trabajo, Carlos Abascal Carranza, porque "la relación
está muy deteriorada; está muy lastimada la confianza hacia el
gobierno", manifestó Francisco Hernández Juárez, dirigente
colegiado de la UNT.
Desde la tribuna principal del acto y en voz de los dirigentes sindicales, los
trabajadores definieron al gobierno del presidente Vicente Fox: "Es una suma
de individuos, sin cohesión interna y sin programa político; menos
aún, sin visión política del proceso de transición
(...) el país camina hacia un desarreglo institucional que producirá
enfrentamiento entre los sectores de la sociedad civil, el Ejecutivo y el Congreso".
Jesús Torres Nuñó, dirigente de la llantera Euzkadi -cerrada
"ilegalmente" desde hace cuatro meses y medio-, llamó a las organizaciones
sindicales a no desperdiciar el acto unitario y convocar a la creación
de "una nueva central sindical, unitaria, democrática y de lucha".
Primer acuerdo en cinco años
Desde la creación de la UNT, en 1997, las organizaciones que se desprendieron
del Congreso del Trabajo no habían logrado ningún acuerdo que
permitiera una marcha conjunta y que dejara atrás críticas y acusaciones
mutuas de "charrismo y neocharrismo".
Ayer, cinco años después de aquellas diferencias, los sindicatos
independientes comenzaron la conmemoración del primero de mayo en las
inmediaciones del Eje Central Lázaro Cárdenas. De ahí,
por las calles 16 de septiembre, Francisco I. Madero y 5 de mayo, electricistas,
telefonistas, tranviarios, pilotos, sobrecargos, empleados del Seguro Social,
de la UNAM, trabajadores de Volkswagen, Dina, del Frente Auténtico del
Trabajo, de la industria nuclear y burócratas disidentes de la Federaciónn
de Sinsdicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, entre otros, arribaron
al Zócalo.
En la Plaza de la Constitución se unieron a la manifestación trabajadores
de la Cooperativa Pascual -fundadores de la Coordinadora Intersindical Primero
de Mayo y sobrevivientes del casi extinto modelo cooperativista-, y antes marcharon
miembros del Congreso Agrario Permanente, El Barzón, campesinos de San
Salvador Atenco, indígenas de Oaxaca y muchos más.
Las columnas de trabajadores parecían interminables. La descubierta empezó
el recorrido a las 10 de la mañana y dos horas después aún
marchaban hacia el Zócalo miles de obreros con pancartas en las que reiteraban
su repudio a la "contrarreforma laboral de la Secretaría del Trabajo"
y exigían respeto a las conquistas laborales.
El ritmo de la caminata lo marcó música de banda; tambores que
alternaban con el
mariachi que animó el acto con el que se recuerda a los mártires
de Chicago, Cananea y Río Blanco. La jornada fue inusualmente pacífica.
Ayer no hubo grafiteros, policías ni provocadores; sólo
unos cuantos chavos punk y el alboroto que causaron dos personas desnudas
que, a decir de los fotógrafos, "son el ajonjolí de todas las
marchas". Al paso de los manifestantes, los comercios del Centro Histórico
permanecieron abiertos, como en un día normal.
Los trabajadores de la UNT y del FSM acudieron gustosos, más allá
de la sanción que establecen sus estatutos en caso de negarse a participar
en la celebración (hasta ocho días sin salario, como en el caso
de los telefonistas). Sin embargo, muchos apenas saludaban a sus líderes
rompían filas y daban por concluida su asistencia. La estrategia funcionó;
de otra forma, probablemente el Zócalo hubiese sido insuficiente para
darles cabida.
Casi al final del contingente de la UNT y minutos antes de la participación
de los oradores, arribó al Zócalo una aeronave de Aviaksa,
simil de cartón que emulaba un gigantesco tiburón de cuya mandíbula
y aletas colgaban varios muñecos vestidos de pilotos con la soga al cuello.
Este gremio asegura que ha sido afectado por expresar su voluntad de cambiar
de sindicato, "lastre de la política laboral de este sexenio".
A las 12:30 horas, el dirigente de los obreros de Euzkadi, Torres Nuñó,
pidió la renuncia de Carlos Abascal, porque es "derechista y reaccionario",
y manifestó que el gobierno es parcial y sólo se ha dedicado a
golpear a los trabajadores.
Por la UNT, el dirigente del Sindicato de Trabajadores de la UNAM, Agustín
Rodríguez, dijo que los obreros no serán "simples observadores"
de los cambios a la legislación laboral e insistió en promover
la "alianza social para la transición democrática" con el propósito
de hacer efectiva la transición hacia un nuevo régimen. "El nuevo
gobierno se ha definido como gerencial y pro empresarial, incapaz de transformar
democráticamente las formas discrecionales, autoritarias y corporativas
del viejo régimen".
Rosendo Flores, dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas, promotor
del FSM, defendió la jornada laboral: "Ocho horas de trabajo, ocho horas
de descanso y ocho horas para lo que se nos pegue la gana. Contra eso se lanzan
los neoliberales modernos... Jornal por hora, jornada interminable. Discurso
necio, pobreza obrera real".