Mientras Valparaíso se encontraban sitiadas por el despliegue policial para reprimir a los miles de manifestantes que protestaban por la no solución de sus demandas, en el Parlamento, Lagos enfatizaba una política continuista. El presidente iniciaba su tercer mensaje en medio de una puesta en escena minuciosamente preparada. Así eran las caras de la doble realidad chilena, que presenta agudos contrastes políticos, económicos y sociales y que un análisis del Mensaje ratifican.
El intendente de Valparaíso había acusado de actitudes anticonstitucionales a las organizaciones que llegaban a protestar; los mandos policiales habían amenazado con fuertes medidas represivas para disolver a los manifestantes; y el DC alcalde porteño había solicitado un régimen de "tolerancia cero", en una reedición de la teoría fascista del "enemigo interno" de la guerra desatada por la dictadura contra el pueblo chileno. Así, para el gobierno existe únicamente la "oposición"de la bancada militar, la UDI y RN. Los sectores populares y sus organizaciones sociales y políticas conforman los "enemigos internos" que deben ser reprimidos cuando expresan sus reivindicaciones.
SINIESTRO PLAN REPRESIVO
Los porfiados hechos confirman tal existencia de un sincronizado plan represivo. Frente a los anuncios de protesta, el subsecretario del Interior, Jorge Correa Sutil, informó que se desplegará una presencia "importante" de Carabineros, con instrucciones de "controlar manifestaciones si éstas se desbordan…". Y, durante la semana anterior al Mensaje, Valparaíso fue escenario de protestas estudiantiles. Dicha situación fue aprovechada por las autoridades de las universidades de Playa Ancha, Católica de Valparaíso y Santa María para cerrar cerrar sus sedes e intentar frenar las protestas del 21 de mayo. Al mismo tiempo, mientras el alcalde de Valparaíso, Hernán Pinto (DC), pedía "tolerancia cero" con los manifestantes y el gobernador Luis Vicente García señalaba que se actuará "con proporcionalidad ante la más mínima alteración del orden público", el prefecto de Carabineros, coronel Joaquín Paredes, advirtía que la institución cuenta con un "plan muy fuerte" y que no les "temblará la mano" para reprimir cualquier manifestación que altere el orden. Además, se había creado un clima de represión. El 10 de mayo, una marcha de protesta convocada por los gremios de la salud ante el Congreso para rechazar el Plan Auge, terminó con incidentes. Resultaron lesionados los diputados Sergio Aguiló (PS), Sergio Ojeda (DC) y Alberto Robles (PR). Los parlamentarios responsabilizaron por la acción policial al gobernador García, a quien le exigieron su renuncia.
La CUT, que coordinaba a universitarios, portuarios y profesores, sólo fue autorizada por el gobernador de Valparaíso para reunirse y marchar por un corto trayecto de Avenida Altamirano (entre playa Las Torpederas y Caleta El Membrillo). Se negaba el permiso para que se hiciera en Plaza Victoria, como tradicionalmente ha sido. En cambio, se conocía que más de 1.500 policías, custodiarían el Parlamento durante la cuenta de Lagos. El gobierno esperaba con ello desmotivar por el temor cualquier movilización. El contingente policial estaba conformado por personal de las prefecturas de Valparaíso y Viña del Mar, y por efectivos de Fuerzas Especiales procedentes de Santiago. Tenían la orden de actuar como fuerza de choque contra quienes quieran marchar hacia el Congreso. La misión policial era evitar cualquier manifestación que opacara la cuenta de Lagos, para lo cual se cerraría totalmente al tráfico vehicular y peatonal desde avenida Argentina hasta avenida Francia, y donde sería reprimido cualquien intento de protesta.
La secretaria general del PC, Gladys Marín, aseguró que el único responsable de lo que puediera ocurrir en Valparaíso durante la cuenta presidencial será el propio gobierno. Respondía así al intendente Marco Antonio Núñez, que había afirmado que el PC sería el gestor de las protestas. "Es muy grave el ambiente que se ha creado frente al derecho legítimo a reclamar. El discurso de Núñez es el más gastado, reaccionario y fascista del último tiempo. El gobierno tiene susto ante las demandas de los más necesitados", comentó la dirigenta al entregar una carta para Lagos para que depusiera las medidas de seguridad y así "evitar un clima de represión". VALPARAISO EN VIRTUAL ESTADO DE SITIO El show en el Congreso fue de "película". El oficialismo y la derecha aplaudieron frenéticos el Mensaje Presidencia. La mención de los cargos de la diputada Adriana Muñoz, las ministras Michelle Bachelet y Soledad Alvear, y la jueza María Antonieta Morales provocó euforia colectiva. La TV destacó en tomas de teleserie las lágrimas que corrían por las mejillas de una pobladora, especialmente invitada, cuando Lagos anunciaba el bono-limosna de $10.500 para las 200.000 familias que viven en la indigencia. En ese mismo instante, a 200 metros del Parlamento el presidente de la FECH y otros estudiantes eran detenidos y golpeados por la policial.
Calles desiertas, la Avenida Pedro Montt sin un transeúntes, sus locales comerciales cerrados. Parecía la calle de una ciudad azotada por la guerra. Fieros piquetes y carros policiales anticipaban una represión feroz. Esta comenzó varias horas antes del discuso. El puerto estaba en virtual estado de sitio. La policia controlaba diversos puntos de la ciudad para impedir el agrupamiento y desfile de los manifestantes.
La marcha de protesta estuvo encabezada por las hermanas Berta y Nicolasa Quintremán, defensoras del derecho a permanecer en su tierra del Alto Bío Bíoí; junto a dirigentes de la CUT, del Colegio Nacional de Profesores, dirigentes políticos y estudiantiles y dirigentes de la Fuerza Multisocial, coordinación de organizaciones sociales de la zona. Mientras que un helicóptero de Carabineros desarrollaba la tarea de coordinar las acciones represivas, la columna compuesta por más de cinco mil personas avanzó por la Avenida Pedro Montt. Fue al llegar a la Avenida Francia donde arremetió por primera vez la policía contra los manifestantes. Tras la dispersión inicial, éstos se reagruparon en el Parque Italia y otros en las inmediaciones de la Plaza de la Victoria. La Avenida Pedro Montt estaba tomada por la policía. Sobre el escenario de la Plaza del Pueblo, en el Parque Italia y en la Plaza Victoria, los manifestantes resistieron la represión policial. Por efecto de su brutal acción muchas personas resultaron lesionadas. Durante horas los manifestantes expesaron su rechazo a la política gubernamental. En algunos lugares retrocedían ante los avances de las fuerzas represivas y volvían nuevamente una vez que las eludían. El Parque y la Plaza de la Victoria se mantenían en manos de los manifestantes. La policía no lograba dispersar a los manifestantes. Docenas eran detenidos indiscriminadamente. Las "cargas" de caballería en el interior del Parque no lograron desalojar totalmente a los manifestantes.
"Yo los comprendo", afirmó el Lagos, en alusión a los estudiantes que protestaban en las afueras del Congreso. Y, luego del gesto teatral de quitarse los lentes, los instó a actuar "con la cara descubierta". Caprichosa, banal y falaz acusación a los miles de estudiantes que manifestaban por el derecho a la educación. Las mentiras y calumnias no lograrán ocultar los reales objetivos de la lucha estudiantil. Menos lograran opacar su disposición de lucha. Expresaron un nivel de determinación superior a lo realizado durante los últimos años, para demostrar indignación y rechazo a las políticas impulsadas por los gobiernos de la Concertación. La estrategia represiva del gobierno, para desactivar todo indicio de movilización social y expresión reivindicativa, alcanzó su mayor intensidad el 21 de Mayo. Pero, su eficacia y costo político la han convertido en una en una bomba de tiempo que puede estallar en sus propias manos. Las bases políticas y económicas de los conflictos y demandas crecientes no has sido superadas. Continúan pendiente. Diversos sectores continuarán exigiendo soluciones a sus problemas, como los estudiantado universitario, los mapuches, los trabajadores de la salud, los profesores ante los acuerdos incumplidos por el gobierno; los trabajadores de Enami, amenazados con la privatización de la empresa; los de Correos, en similar situación, etc,. No se veía represión similar desde los de la dictadura. A pesar del vasto y brutal despliegue policial, el plan de "tolerancia cero" había fracasado.
La represión del 21 de mayo refleja los contenidos de la nueva fórmula gubernamental que actualiza aspectos del período dictatorial. Su objetivo era anticipar su estrategia de tomar el control anticipado de los probables escenarios de protestas que provocan el aumento del desempleo, la caída de los ingresos de los trabajadores y la privatización de las empresas que aún quedan en manos del Estado. Todo esto, para "vender" la imagen de un país en orden a los inversionistas extrajeros. Asi, el gobierno y los aparatos represivos han dado muestra de la determinación de "mantener el orden". La brutalidad represiva contra quienes rechazaban el mensaje continuista y la actuación de efectivos policiales a caballo, piquete represivos, carros lanza agua y gases, demostraron que tal acción era premeditada y repetible las veces que sea necesaria en el futuro. MENSAJE "RIGUROSAMENTE CONTINUISTA" Después del despliegue comunicacional en torno al Mensaje, han comenzado a surgir las primeras interpretaciones de su contenido. Este, en lo fundamental, significan un nuevo giro en su estrategia política, caracterizada por la acentuación de un publicitario protagonismo personal y el afianzamiento de un estilo populista. Así, la Concertación procura realzar los supuestos "frutos de la estabilidad política, la pujanza económica y la cohesión social", mientras intenta detener las expresiones de descontento que sus políticas provocan. Además, representa continuidad de las políticas aplicadas, pero, ahora encubiertas por una superior campaña publicitaria para adormecer el descontento y negar la falta de credibilidad. En efecto, los chilenos, según los estudios del PNUD, en un 80% no está conforme con sus condiciones de vida ni sienten que tienen perspectivas reales para su desarrollo, mientras aumenta su desconfianza en la institucionalidad y clase política, y ven como sistemáticamente disminuyen sus ingresos y aumenta la inestabilidad laboral.
El PC calificó al mensaje de "rigurosamente continuista" en sus objetivos privatizadores. Al enfatizar Lagos que actuaría sin dejarse arrastrar por presiones proteccionistas estaba señalando tal proceso "que conducirá a la quiebra de miles de pequeñas y medianas empresas y a la cesantía de decenas de miles de trabajadores" que dependen de ellas. Además, el PC critica la reafirmación "dogmática" de mantener el superávit fiscal del 1% del PIB porque " significa renunciar al papel reactivador que debe asumir el Estado", y que en materia de reformas constitucionales todo quedará "en puras declaraciones" al no hacer Lagos mención al plebiscito y subordinarse a los dictámenes e imposiciones de la derecha, los gremios patronales y grupos económicos. Y, acusa de falaz la afirmación de que los profesores hayan aumentado sus remuneraciones a $630.000 como promedio; denuncia la política de vivienda que ofrece soluciones habitacionales 28 m2 ; señala el engaño a los gremios de la salud porque después de haber "bajado" la movilización anunciada por el Congres se reafirmó la aplicación del Plan Auge; y que no se recogen las demandas estudiantiles frente al colapso de la Educación Superior.
Lagos no se refirió a las violaciones a los DD.HH en dictadura. Trató de tender un manto de olvido a las demandas de verdad y justicia. Una vez más se conviertió en protector de la impunidad de los crímenes de lesa humanidad. Sólo limitó a señalar que las instituciones armadas se encuentran exclusivamente centradas en las funciones de defensa, ocultando su actual rol protector de los asesinos y torturados que integran e integraban sus filas. Tal posicion del gobierno estimuló las reacciones de los pinochetista de la bancada militar. El general ® de Carabineros Fernando Cordero habló de terminar con los "delitos inventados, como el "secuestro permanente"; y Sergio Martínez Bush, ex jefe de la Armada, reiteró la demanda de una "ley de amnistía" a "un delito que no existe en la lógica". EN BUSCA DE LA DIFERENCIA En singular reacción, la derecha calificó el el mensaje de Lagos como "autocomplaciente", "falto de iniciativa" y "pobre en materia de nuevos compromisos", particularmente en relación a la activación de nuevos estímulos "para la reactivación y la creación de empleo". Tomaron, según afirman, la defensa "de la clase media", rechazando la eliminación del subsidio a las isapres para el financiamiento de las licencias maternales, y reclamaron porque se mencionó una sola vez a la "Agenda Pro Crecimiento" (compromiso gobierno-empresarios), especialmente en relación a la "flexibilización" de la jornada laboral. ¿Cómo se explican tales objeciones?. Tenían que formular algunas críticas para no confundirse con el oficialismo, dado que sus aspiraciones estaba garantizado en el discurso de Lagos. El decir popular afirma que "entre bueyes no hay cornadas".
La represión contra los manifestantes el 21 de mayo, bajo el concepto de "Tolerancia Cero" y la exclusión en el mensaje del tema de los DD.HH, entre otros, definen las caracteríscas del nuevo giro de la política del gobierno, que traza objetivos concretos. Primero, reprimir las manifestaciones del descontento popular y, "negociar" soluciones sólo a las demandas de quienes se expresen dentro del marco de la subordinación determinada por el gobierno; Segundo, aplicar un "punto final" a las exigencias de verdad y justicia en materia de violaciones a los DD.HH cometidas en dictadura.