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Latinoamérica

19 de mayo del 2002

El partido único en Cuba y la cuestión de la soberanía nacional

Marta Harnecker

1. Antes de abordar el tema del partido único en Cuba quiero plantear la siguiente tesis: la existencia de varios partidos o de uno solo no es una cuestión de principio, no es un dogma; depende de la forma concreta que adopta la lucha de clases en cada país, que no es ajena a la lucha de clases a nivel internacional.
2. Considero que no debemos caer ni en el fetichismo del pluralismo, ni en el fetichismo del partido único. Hay tipos de pluripartidismo que son puramente formales. Eso ocurre cuando hay dos partidos diferentes con un programa muy similar, como es el caso de los partidos Republicano y Demócrata en los Estados Unidos. Pero esto no quiere decir que esto sea siempre así. Existen formas de pluripartidismo en que los diferentes partidos realmente reflejan distintos intereses de clase como sucede en muchos países europeos y de América Latina. De igual modo, el partido único --que ha sido un instrumento valioso en algunos países socialistas-- puede derivar, si de él se excluye el debate interno y toda forma de control popular sobre sus militantes --como ha ocurrido en los países socialistas del Este-- en una dictadura del partido. Allí el partido perdió su carácter instrumental para volverse un objetivo en sí mismo, desvinculado totalmente de las masas.
3. ¿Y qué pensar del tan debatido tema del partido único en Cuba? Lo primero que debemos tener en cuenta es la realidad histórico--social que existe en ese pequeño país a 90 millas del imperio más poderoso del mundo, y qué estructura política e instrumentos de conducción ella requería para llevar adelante su lucha por la liberación nacional y por el socialismo.
4. Es preciso empezar por aclarar que el Movimiento 26 de Julio, la organización que condujo el proceso revolucionario a la victoria, fue una organización política creada por Fidel y un grupo de revolucionarios cubanos que no se inspiraron en los partidos comunistas clásicos, sino en las ideas organizativas de Martí.
5. José Martí, prócer cubano que luchó por independizar a Cuba de España, comprobó que los patriotas no lograban sus objetivos libertarios --Cuba fue el último país de América Latina que alcanzó su independencia--, porque existía desunión entre las fuerzas independentistas. Estas divisiones no eran sólo divisiones en el terreno político, sino también entre quienes hacían política y quienes empuñaban las armas. Para superar este problema, concibió la idea de reunir en un solo haz a todas las fuerzas dispuestas a luchar por la independencia de su país y, al mismo tiempo, de Puerto Rico.
6. Surge así la idea del Partido Revolucionario Cubano, con una concepción no de partido clasista, sino de partido--frente: el partido de la nación cubana. Este pretendía agrupar a todos los patriotas cubanos --sean cuales fueran los sectores sociales que ellos representaran-- en una sola organización política que superase los errores y divisiones del pasado.
7. Años más tarde Fidel, a pesar de tener una concepción marxista de la política, no ingresa al Partido Socialista Popular, nombre que había adoptado el Partido Comunista, sino en el Partido Ortodoxo, que representaba a la pequeña burguesía radical antimperialista, y desde allí comienza a conformar el núcleo inicial del Movimiento 26 de Julio, inspirado en la concepción martiana de partido.
8. Fidel, desde que comienza a conformar el Movimiento 26 de Julio tenía claro que era importante unificar a todos los revolucionarios. Y, consecuentemente con esto, hace esfuerzos por obtener acuerdos unitarios con las otras fuerzas de la izquierda cubana: el Partido Socialista Popular (PSP) y el Directorio Revolucionario, logrando que antes de realizar el desembarco del Granma, se dé a conocer un manifiesto conjunto con el Directorio Revolucionario. Posteriormente, pocos meses antes del triunfo, algunos cuadros del PSP se integran a la lucha guerrillera. Y una vez logrado el triunfo, es importante apuntar que los comunistas cubanos tienen el gran mérito histórico de haber reconocido el liderazgo indiscutido de Fidel. Hay otros partidos comunistas que no han sido capaces de realizar este gesto. En el caso de Nicaragua, por ejemplo, algunos partidos marxistas no fueron capaces de reconocer el liderazgo sandinista y continuaron luchando contra el FSLN después del triunfo: prefirieron aliarse con la burguesía representada por la UNO antes que apoyar al FSLN en los últimos comicios electorales.
9. Pero en Cuba no sólo hubo un gesto del PSP, sino también de Fidel. El máximo dirigente cubano, adoptando después del triunfo, una posición patriótica y antisectaria dejó de pertenecer --según sus propias palabras-- al M--26 de Julio y adoptó como suya la bandera de la revolución, que era algo mucho más grande que su organización político--militar, porque en ella participaba todo el pueblo. En lenguaje popular: Fidel abandonó la camiseta del partido y se puso la de la revolución.
10. Nos parece también importante recordar, por otra parte, que inmediatamente después del triunfo en Cuba ya no existían partidos burgueses. Sus dirigentes se habían ido a Miami durante la dictadura de Batista o inmediatamente después de su derrocamiento.
11. Pero una vez concluida en forma exitosa la lucha contra Batista, se inicia una guerra más larga y dura: la lucha contra el imperialismo --prevista y anunciada por Fidel en carta a Celia Sánchez cuando estaba en la Sierra-- Y es entonces cuando cobra aún mayor importancia la idea martiana de agrupar a las fuerzas revolucionarias en un solo partido. En ese momento existían tres organizaciones políticas opositoras importantes: el PSP, el Directorio y el M--26 de Julio.
12. Fidel sabía que cualquier fisura que pudiese darse en las filas del pueblo podía permitir al imperialismo empezar a horadar esa revolución desde adentro. De ahí que, a medida que la lucha contra los Estados Unidos se acrecienta, se acentúe también su esfuerzo por lograr dar una estructura única a los tres partidos señalados. El primer intento fue la formación de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), dos años después del triunfo de la revolución.
13. Ernesto Che Guevara cuenta que pensaron en un organismo ligado a las masas, formado por "cuadros estrictamente seleccionados" y en una organización "centralizada y elástica a la vez"; y para ponerla en práctica "confiaron ciegamente en la autoridad ganada en muchos años de lucha por el Partido Socialista Popular."(1)
14. En ese contexto --y contra el criterio de antiguos dirigentes de su propio partido y de Fidel-- es que Aníbal Escalante, dirigente del Partido Socialista Popular y secretario de organización de las ORI, cae en desviaciones sectarias tratando de controlar el naciente organismo unitario, copando los cargos con militantes del PSP.
15. Estas desviaciones sectarias son detectadas a tiempo y el 26 de marzo de 1962 se realiza el llamado "primer proceso a Escalante", donde Fidel critica el sectarismo y responsabiliza de esta desviación a una serie de cuadros del PSP, especialmente a Aníbal Escalante. Este proceso termina con la disolución de ese primer intento de unificación de las fuerzas revolucionarias.
16. Una de las grandes debilidades de las ORI es no haber sabido integrar a las masas.
17. Ese mismo año se inicia un nuevo esfuerzo unificador creándose el Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS), que responde al carácter socialista que abiertamente toma el proceso cubano después de la invasión de Playa Girón.
18. Después de la negativa experiencia de las ORI, se asimilan sus enseñanzas y se decide que sean las masas las que seleccionen a los candidatos al partido entre los trabajadores más destacados, considerándose muy importante que los militantes de la nueva organización política tengan pleno apoyo y prestigio entre las masas.
19. Durante esos años el PURS no crece, se depura.
20. Alrededor de tres años después se crea, el 3 de octubre de 1965, el Partido Comunista de Cuba (PCC) y se constituye su primer Comité Central, cuando ya se considera superada la etapa de los distintos matices y de los distintos orígenes de los militantes revolucionarios.
21. Esta es la historia y el contexto en que nace el partido único en Cuba.
22. Está bien, podrán decir ustedes, esa es la historia, pero ¿por qué hoy, cuando la dirección cubana sostiene que Fidel tiene el inmenso apoyo de la población, no se permite la creación de otros partidos? Estimo que la siguiente comparación puede ayudar a comprender el rechazo cubano al multipartidismo: ¿por qué fue tan importante para el futuro de Cuba desbaratar los planes que tenía el imperialismo con la invasión de Playa Girón?, porque era fundamental impedir que se estableciese una cabeza de playa contrarrevolucionaria que permitiese instalar en territorio cubano un gobierno provisional que recibiría de inmediato todo el apoyo de los Estados Unidos para ir reconquistando, desde allí, el resto del territorio; de la misma manera, permitir la creación en Cuba de otros partidos políticos en estos momentos en que la correlación de fuerzas mundial es desfavorable al socialismo, significaría aceptar en territorio nacional una cabeza de playa política que serviría para que por ese canal penetrase toda la propaganda política y los recursos de la contrarrevolución instalada en Miami y del propio gobierno de los Estados Unidos. Sería un absurdo que después de cuarenta años de desarrollo independiente y soberano, los cubanos, en aras de satisfacer las demandas de algunos sectores autoproclamados "demócratas consecuentes", cedieran ese espacio a la contrarrevolución en forma gratuita. Sería una enorme ingenuidad política. La historia tiene bastante con la ingenuidad política(2) de Gorvachov, que llevó al desastre al campo socialista, como para repetir ese error.
23. Quiero aclarar, sin embargo, que estoy hablando de la actual situación en la que vive el país. Si estas condiciones cambiaran, si cambiara la correlación de fuerzas a nivel mundial, si el imperialismo llegase a aceptar una necesaria convivencia con regímenes que no comparten su sistema de gobierno ni su concepción del mundo, esta situación podría variar. Si dentro de un tiempo, en otra correlación mundial de fuerzas, las masas cubanas pidieran la formación de otros partidos, pienso que la dirección cubana no se opondría a que se discutiese esta cuestión. Pero nadie que tenga un mínimo de representatividad está pidiendo hoy que se forme otro partido en Cuba.
24. Ahora bien, pienso que ese partido único, que se inspira en las concepciones martianas del Partido de la Nación Cubana, no puede ser pensado hoy como un partido obrero—campesino(3) exclusivamente, debe ser pensado como un partido de todos los trabajadores, lo que significa tener en cuenta expresamente a ese amplio sector de profesionales y técnicos formados por la revolución durante estos cuarenta años. Es fundamental que se creen espacios de participación política específicos para estos sectores, para que todo su potencial intelectual pueda encontrar canales de expresión que les permitan contribuir con sus ideas e iniciativas a los grandes desafíos que hoy tiene planteada la revolución.
1999
Notas
1. Ernesto Guevara, El partido marxista--leninista (1963), en Escritos y discursos, Editora Política, La Habana, 1985, t.7, p.10.
2. La historia dirá si fue ingenuidad o traición.
3. Si usamos esos términos en su sentido clásico marxista: trabajadores fabriles y productores agrícolas independientes respectivamente.