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Latinoamérica

10 de mayo del 2002

Por qué razón el gobierno, los militares y los medios solo culpan a las FARC?

Bojaya
Juan Cendales

Un fuerte dolor causan las escenas de las vÍctimas de los recientes hechos de Bojaya que muestran los resultados dantescos de la guerra y sus lógicas macabras... Dramatismo que aumenta con el amarillismo que caracteriza a los medios colombianos. Más de ciento veinte muertos como consecuencia de un enfrentamiento entre paramilitares y guerrilleros es una matanza que impresiona aunque no sea correcto que el gobierno la califique de genocidio que es un delito de otras características.
La matanza de Bojaya impone reafirmaciones, dudas y preguntas.
Reafirma que la guerra jamás será el camino para la solución a los problemas del país como lo pregonan algunos que engañaron diciendo que con el rompimiento de los diálogos y el fin de la zona desmilitarizada del Caguán se resolvían por encanto todos los problemas nacionales.
Bojaya muestra que el Plan Colombia sólo era un siniestro proyecto de intervención y de estímulo a la confrontación que beneficiaría unicamente a los negociantes gringos de armas y a los profesionales criollos de la corrupción que se enriquecen con los contratos y sus comisiones. Hace muy poco, cerca de allí pasaron para las AUC más de tres mil fusiles, sin que nadie los detectara.
Y hay preguntas que rondan.
Por qué razón el gobierno, los militares y los medios solo culpan a las FARC y excluyen de cualquier responsabilidad a los paramilitares?
Todos los muertos fueron en un mismo escenario? Todos son civiles?
Por qué razón ocultan información sobre la fuerte capacidad de fuego de los paramilitares quienes, según denuncias de la comunidad, utilizaron helicópteros artillados para bombardear y ametrallar?
Por qué el gobierno no ha respondido a la comunidad del Chocó sobre la complicidad del Ejército y la policía con la presencia de los paramilitares en la zona desde hace muchos meses?
Hay nuevamente demasiada prisa en señalar unilateralmente culpables y en exculpar a uno de los contrincantes de la batalla, utilizando a las víctimas para efectos de la propia confrontación y los cambios en la correlación de fuerzas.
Bojaya muestra angustiosamente que el único camino es el de la paz. Y que la guerra también tiene sus reglas.