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14 de mayo del 2002
El MST informa: Y los medios confrontan la Reforma Agraria de FHC...
Comunidad Web de Movimientos Sociales
Hace tiempo, el MST y varios movimientos de lucha del campo venimos denunciando
que la Reforma Agraria del gobierno de Fernando Henrique Cardoso (FHC) es una
farsa. Mas solamente ahora, al final del gobierno de FHC, la prensa se apresta
a denunciar eso. Así, en abril, el periódico Folha de S. Paulo
hizo una serie de reportajes desenmascarando la Reforma Agraria de FHC.
El montaje es tan mal hecho que hay llamativas diferencias entre los números
presentados por el Ministerio de Desarrollo Agrario - MDA- y las superintendencias
del Incra. Solamente en el año pasado, el MDA aumentó, en su balance
anual, en 14% los números presentados por los Incras estaduales. En Espírito
Santo, el aumento fue del 67% y en Sergipe, de 68%.
En 2000, el maquillaje fue aún mayor, alcanzando el índice del
48% del total presentado por el MDA. Mientras el Ministerio alardeaba que había
asentado a 108.986 familias, el IPEA (Instituto de Investigación de Economía
Aplicada) constató que fueron asentadas solamente 36.061 familias. Si
aceptamos como verdad que el programa Banco de la Tierra asentó otras
20 mil familias - una verdad que no resistiría una mayor curiosidad de
un gran periódico que se dispusiese a hacer una investigación
seria- el total de familias asentadas subiría hasta 56.061 familias.
Aún así faltarían 52.925 familias para llegar al número
presentado por Jungmann.
Familias que se registraron en el correo para ser beneficiadas por el programa
de Reforma Agraria nunca recibieron tierra, pero sus nombres sirvieron para
inflar los números de familias ya asentadas.
Tanta mentira y tanta incompetencia en la construcción de una realidad
ficticia no estaría sustentado por mucho tiempo sin la complacencia de
los grandes medios de comunicación del país. Durante todo el gobierno
de FHC los medios tuvieron comportamiento de carta blanca.
Subordinado, él simplemente reproducía los discursos del gobierno
y no daba ningún espacio a los que contrapunteaban esa versión.
Ávido por ingresos publicitarios, el medio capitalista dio respaldo incondicional
al gobierno de FHC. Así fue con todos los casos de corrupción
-y no fueron pocos- ocurridos en este gobierno; como los programas de privatizaciones;
como el desmantelamiento de los servicios públicos; como el aumento de
la exclusión social y el creciente empobrecimiento de la población.
Un gobierno que, de acuerdo con el jurista Fabio Konder Comparato, debería
comparecer frente a un tribunal popular para ser responsabilizado por su actuación.
El propio gobierno FHC está consciente de su pésima actuación.
No es por nada que busca, a todo costo, crear mecanismos -como el cargo de senador
vitalicio para expresidentes de la República y/o que exgobernantes solamente
puedan ser juzgados por el Tribunal Supremo Federal- que le garantiza impunidad
así deje el gobierno. Debe estar asustado con las prisiones de los expresidentes
de Venezuela (Carlos Andrés Pérez) y de Argentina (Carlos Menem)
o con la fuga de los expresidentes Carlos Salinas (México) y Fujimori
(Perú). Todos presentados por el capital internacional como los grandes
gobernantes de América Latina que implementaron la política neoliberal.
Sabiendo la importancia de los medios, Jungmann no escatimó recursos
financieros para divulgar su Reforma Agraria virtual. Solamente en el año
pasado el gasto con la propaganda aumentó un 31% llegando a la suma de
R$ 8.63 millones. Ya en 2000, comparando con el año anterior, el aumento
con la publicidad fue del 66%. Cuanto mayor es la mentira, mayor es el esfuerzo
para hacerla aparecer como verdad.
Los parlamentarios de la oposición, después de las denuncias hechas
por Folha de S. Paulo, están tomando providencias para responsabilizar
judicialmente al exministro Jungmann, exigiendo que sea devuelto a las arcas
públicas el dinero gastado con la propaganda engañosa.
Ya es un inicio. Mas esas medidas deberían ser extendidas para responsabilizar
al Presidente de la República. Al final, él siempre fue advertido
que su ministro mentía y no tomó ninguna providencia. Jungmann
al menos tubo la capacidad de invertir los papeles de príncipe con el
de bobo de la corte.
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