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22 de mayo del 2002
Aprietes en Tucumán para que no se informe sobre otros casos de desnutrición
Carlos Rodríguez, Página 12
"Hay presiones para silenciar el tema" La situación de los chicos
desnutridos en la provincia de Tucumán denunciada en Página/12
causó gran conmoción en todo el país. Ayer se conoció
que sólo en el sur de aquella provincia hay al menos otros 1320 casos
comprobados de desnutrición infantil.
Las autoridades sanitarias de Tucumán reconocieron ayer la
veracidad de lo publicado por Página/12 sobre el fulminante aumento de
los casos de desnutrición infantil en la provincia. Al mismo tiempo,
mientras el tema se convertía en la noticia del día en todo el
país, voceros de la Asamblea Popular de Villa Quinteros, la localidad
más afectada por el problema, denunciaron que desde ayer se advierte
"una gran reticencia en los médicos en informar sobre otros casos de
desnutrición, lo que hace pensar en la existencia de presiones del gobierno
provincial para silenciar el tema". A pesar de los aprietes, pudo saberse que
en la región sureña hay al menos 1320 casos comprobados de desnutrición
infantil, de primero y segundo grado, entre niños que tienen entre 1
a 9 años. Luego de algunos rodeos y desencuentros telefónicos,
Sergio Vargas, director médico del área sur del Ministerio de
Salud de Tucumán, reconoció a este diario la existencia de "una
debacle social" que podría agravarse por "la falta de presupuesto provincial
y la escasa ayuda del gobierno nacional".
Varas trató de salvar la ropa diciendo que las autoridades provinciales
están "en la trinchera", pero reconoció que para enfrentar el
problema cuentan "con poco más que la impotencia". El funcionario reconoció
que la desnutrición infantil "es un problema grave en la provincia, por
los altos niveles de desocupación", pero insistió en decir que
los casos denunciados "son hechos extremos, muy marginales, que estamos tratando
de revertir desde hace dos meses". Varas dejó entrever un futuro tan
negro como el presente y le cargó las culpas al gobierno central: "De
la Nación recibimos 3000 kilos de leche mensuales, cuando lo que necesitamos
son 15.000 kilos". En cuanto al accionar de la provincia, se limitó a
decir que ellos carecen "del presupuesto necesario" para terminar con el drama.
Desde que se publicó la nota, el teléfono celular de Néstor
Santillán, de la Asamblea Popular de Villa Quinteros, la organización
no gubernamental que hizo conocer los casos de desnutrición, recibió
más de 50 llamados telefónicos, algunos de periodistas y otros
de particulares que quieren ayudar a los chicos. "Hasta de Estados Unidos me
llamaron", se asombró Santillán. Al mismo tiempo, dijo que ahora
se advierte "una reticencia manifiesta de los médicos en informar sobre
nuevos casos que nosotros estamos siguiendo, lo que nos hace pensar en la existencia
de presiones del gobierno para silenciar el tema".
En la única, tibia, objeción a la nota de Página/12, Varas
argumentó que la foto de Dalía Rocío Manrique publicada
en tapa, una imagen que se parece a las históricas de Biafra, "tiene
unos dos meses" y ahora la nena "está mucho mejor". El padre de la pequeña,
Manuel Reyes Manrique, también reconoció que su hija está
"un poco mejor", pero tanto él como los médicos acuerdan en que
"todavía no alcanzó la recuperación deseable". La familia
vive en una precaria vivienda, en el departamento de Aguilares, uno de los más
azotados por la pobreza extrema. Manrique está desocupado y sobrevive,
con su mujer y sus seis hijos, con un mísero subsidio de 115 pesos y
juntando cartones para luego venderlos "por algunas monedas".
Varas admitió que la desnutrición es la cara más terrible
"de un drama social que se hace más grave en los lugares donde además
de la miseria está presente la marginalidad". Las familias afectadas,
según su visión, "son padres 'especiales' que por su situación
económica y cultural terminan no realizando ningún tipo de control
pediátrico para seguir la evolución de los niños y esto
empeora las cosas".
–¿La familia es culpable de su pobreza? –quiso saber este diario.
–No, por favor, mis palabras no deben ser tomadas como un intento de culpabilizar
a los pobres. Todo lo contrario –se apresuró a aclarar Varas.
El funcionario insistió en que Tucumán es "una provincia castigada
por la desocupación" que "siempre está entre los primeros tres
puestos del ranking en materia de desnutrición infantil y obviamente
eso repercute enel nivel de vida de la gente". Una encuesta realizada por el
Sistema Provincial de Salud (Siprosa), a cuyos datos pudo acceder ayer este
diario, confirmó la grave situación denunciada. En el sur tucumano
hay 1320 chicos de entre 1 y 9 años que sufren cuadros de desnutrición
de primero y segundo grado. De ese total, 410 viven en Concepción; 400
en Villa Quinteros y en Río Seco; 300 en Aguilares, y 210 en Santa Ana.
Según ese trabajo, los lugares más afectados son Quinteros y Río
Seco, donde el problema afecta al 40 por ciento de la población infantil.
Las autoridades del Centro de Atención Primaria de Salud de Quinteros,
consultadas ayer por la agencia oficial Télam, confirmaron las cifras
difundidas por este diario: a principios de año había 32 chicos
y ahora la cifra se elevó a 204, lo que equivale a un incremento del
637 por ciento. La misma tendencia se observa en otras zonas de la provincia.
"Y del país", se animó a insinuar Varas.