|
25 AÑOS DE MADRES DE PLAZA DE MAYO
El valor de los pañuelos blancos
Si de contraponer pañuelos se tratara, una cosa son los pañuelos
de las jóvenes "pop" del grupo Bandana y otra muy diferente los pañuelos
blancos de las Madres de Plaza de Mayo. La boludez versus el compromiso. La
invención de los medios para consumo de los adolescentes contrapuesta
a la heroica creación de mujeres que dieron una lección de dignidad
a todas las edades. La Asociación Madres de Plaza de Mayo cumplió
este 30 de abril nada menos que 25 años de su fundación, tomando
como hito su primera cita en el histórico paseo, cuando desde los ventanales
de la Casa Rosada las asechaban el general Albano Harguindeguy y otros genocidas.
LA VIGENCIA
El martes de esta semana varios miles de jóvenes y gente entrada en años
confluyeron en la Plaza de Mayo y dieron un buen marco de público al
acto festival con que se festejaba el cuarto de siglo de las Madres. Entre los
artistas más aplaudidos estuvo León Gieco, un hombre sencillo
y comprometido como las mujeres que homenajeó con sus canciones (este
León debe ser un discípulo de Hebe de Bonafini antes que un "Salieri
de Charly"). También cantaron el uruguayo Daniel Viglietti y Teresa Parodi.
La riqueza de la lista de oradores también reflejó el eco y respeto
que esas defensoras de los derechos humanos se ganaron en todo el mundo. Es
que además de Hebe hablaron un dirigente del brasileño Movimiento
Sin Tierra, Ivette Vega de la Federación de Mujeres Cubanas y Carlos
Aznarez, director de la revista Resumen Latinoamericano que reside en España.
Eso no fue todo. En los días previos hubo charlas con James Petras, profesor
universitario estadounidense y pensador de izquierda; con el escritor Osvaldo
Bayer (al que Página/12 en un memorable furcio mencionó como "Osvaldo
Meyer" al publicar su columna sobre el tema); concursos de poesía, exhibiciones
de películas sobre la historia de la Asociación e inauguración
de la Biblioteca Julio Huasi en la Universidad de las Madres.
Justamente hace dos años, la creación de esa casa de estudios,
donde se dictan diez carreras y estudian 1.400 alumnos, significó uno
de los aportes del organismo de derechos humanos a la capacitación de
la juventud y a su formación política.
LUGARES COMUNES Y NO TANTO
Con motivo del aniversario de Madres se han escrito numerosos artículos.
La mayoría llevó la firma de periodistas e intelectuales, lo que
restringió bastante el espectro de las opiniones.
Como correspondía, fueron los juicios a favor de Madres fueron dominantes.
Los opinantes encomiaron su rebeldía, su tenacidad, su originalidad,
su coraje, su mensaje ético, su condición de luz en la tormenta
y otras expresiones convertidas casi en un lugar común. Sesgado o no
el sentido de varias de las notas, hay que reconocer que Página/12 fue
el medio que más espacio le dio a este tópico bajo la acertada
expresión de "El verdadero día de la madre".
Por supuesto que no todas fueron flores. O, para mejor decirlo, con motivo del
aniversario, no todos esos intelectuales se privaron de atacar a Madres presidida
por Hebe de Bonafini. El profesor de la UBA Emilio de Ipola, utilizó
la mitad de su columna periodística para criticar las posiciones de esa
Asociación, a la que acusó de "adoptar posiciones teñidas
con los principios que dicen defender; Hebe de Bonafini apoya a la ETA, ha manifestado
alegría por los atentados terroristas en Nueva York y ha reivindicado
las posiciones violentas de la izquierda armada argentina en los ´60, sin examinarlas
críticamente". Según este sociólogo, "son posturas reñidas
con la democracia", por lo que, en cambio, elogió cálidamente
al sector Línea Fundadora de Nora Cortiñas.
LA DIVISIÓN
Como mucha gente sabe, a mediados de los ´80 se produjo una división
en el seno de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. La mayoría
quedó nucleada junto a Bonafini, en tanto otro grupo se escindió
y formó la Línea Fundadora.
Sobre este aspecto, la cobertura periodística del 25° aniversario indicó
una clara preferencia de los medios. Aproximadamente dos tercios del centimetraje
fueron a favor del sector "Fundadora", incluyendo tapas de revistas como Viva
e informes especiales de Clarín y otras publicaciones, que apenas reservaron
un tercio para la Asociación.
Esa fue evidentemente una elección política ya que si trataba
de presencia, fuerza propia y actividades específicas, hace mucho tiempo
que las Madres llevaban una delantera indiscutida a la otra línea. Esto
fue así incluso en la problemática social, tras la fundación
de la Universidad de las Madres que tiene por director a Vicente Zito Lema.
A nadie le gustan las divisiones en el campo popular y seguramente todas las
madres hicieron todo lo posible para seguir unidas. Pero hubo un corte. La explicación
de "Fundadora" fue apolítica: las desaveniencias se habrían originado
en el carácter "autoritario" de Hebe y nada más.
Más allá de que haya habido algo de eso -está fuera de
duda el carácter fuerte de esa mujer-, la explicación es otra.
A mediados de los ´80 gobernaba Raúl Alfonsín y en Madres había
un debate sobre cómo posicionarse frente a esa administración
constitucional. La mayoría alertó que ésta garantizaría
la impunidad de los represores y planteó hacerle una oposición
tan dura como fuera posible. La minoría, que se terminó yendo
del organismo, tenía una política de unidad con el alfonsinismo
para derivar años después en el apoyo al Frepaso y por esa vía
a la Alianza. En el medio estuvo el Punto Final y la Obediencia Debida del gobierno
radical, lo que puso en evidencia quiénes habían estado en lo
cierto y quiénes no.
LA ACTUALIDAD
Las mujeres de pañuelos blancos han aportado políticamente a las
luchas populares a lo largo de estos 25 años, a pesar de esa división
de 1986. Esta circunstancia hizo caer por su propio peso los argumentos de quienes
absolutizan la unidad de las instituciones a cualquier precio. En principio
la unidad es más que deseable pero pueden ocurrir circunstancias donde
valga aquello que los fundadores del radicalismo llamaron "Que se rompa pero
no se doble".
Incluso si rastreamos en la fundación de Madres se verá que esa
emergencia supuso una ruptura en el seno de los organismos de derechos humanos.
¿Por qué surgía otra entidad habiendo varias que tenían
años de existencia como la Liga Argentina por los Derechos del Hombre
y la Asamblea Permamente por los Derechos Humanos?.
El problema fue que sobre la Liga tenía gran influencia el Partido Comunista
y la cúpula de éste opinaba que el general Jorge Rafael Videla
era "democrático" y el general Roberto Eduardo Viola era "nacionalista".
En la APDH tallaban Alfonsín y otros políticos radicales y peronistas
que nada habían hecho para frenar el golpe de Estado. Por eso surgieron
las Madres por fuera de esas estructuras y en buena hora que lo hicieron, aunque
más de uno habrá rezongado por la falta de "unidad"..
Estos no son sólo temas de la historia sino que se proyectan al presente.
En cuanto a la historia, son hechos testarudos que siguen dividiendo aguas en
la intelectualidad y parte de la militancia política. Por ejemplo, la
escritora Beatriz Sarlo también dedicó la mitad de su columna
en Página/12 (30/4) a denigrar a la Asociación de Madres, ubicando
exactamente el punto de su ruptura. La ensayista escribió "(las Madres)
produjeron, por lo menos hasta mediados de los ´80, el discurso que impulsó
una búsqueda de verdad y de responsabilidad sobre los crímenes
cometidos. Un sector de Madres ya no es eso hoy porque en nombre de una política
identificada con una fracción dejó de interpelar y de movilizar
a toda la sociedad" (la negrita es nuestra).
Sarlo, que cerró filas con Alfonsín, la socialdemocracia y el
Frepaso, trató de explicar su propia involución desde el tiempo
en que co-directora de la revista cultural Los Libros con Carlos Altamirano
y Ricardo Piglia. Pero al menos ubica el momento de la ruptura de Madres y la
suya propia con éstas en el momento que habíamos indicado: 1986
y en relación a enfrentarse o nó con la política de impunidad
de Alfonsín.
En 25 años de trabajo fecundo, Hebe y sus compañeras denunciaron
los crímenes del terrorismo de Estado y dieron una mano a las luchas,
puebladas y cortes de rutas. Es que, si ese puñado de mujeres se atrevían
a enfrentar a la dictadura y los gobiernos que vinieron después, ¿por
qué no podían hacerlo los trabajadores, piqueteros y jubilados?.
A su vez, como era inevitable, Hebe de Bonafini cometió errores. Por
caso no haber apoyado la CONADEP, haber descalificado como "prostitución"
el cobrar las indemnizaciones por familiares desaparecidos y haber expresado
su alegría por los atentados del 11 de setiembre en Nueva York.
Pero esas posturas equivocadas no alteran el balance general. Hoy amplios sectores
de la población hacen escraches contra ministros, legisladores y banqueros;
aunque no lo sepan, están siguiendo la huella abierta por Hebe y su antecesora
Azucena Villaflor. Cuando las plazas del país estallan en "Que se vayan
todos", de algún modo están recuperando el mensaje de los pañuelos
blancos contra los dictadores y los gobiernos constitucionales flojitos de rodillas.
Por eso a la hora de criticar hay que tener cierta ubicación. El sociólogo
De Ipola no la tiene: reconoció que "cuando surgieron (las Madres) yo
estaba en México". Bien. ¿Y dónde estaba este profesor proaliancista
el 19 y 20 de diciembre de 2001 cuando estas mujeres eran atacadas por De la
Rúa con una jauría de policías armados, caballos, perros,
neptunos y carros de asalto?.
EMILIO MARÍN