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15 de mayo del 2002
Una situación revolucionaria
Adriana Sirna
Tribuna Docente
La situación que se ha abierto en el país es el resultado
de muchos años de saqueos y superexplotación por parte de los
gobiernos, los banqueros y los grandes grupos empresarios, tanto extranjeros
como locales, y de una década de lucha que se inicia por los 90 con el
santiagueñazo y que se expande por todo el país en los dos cutralcazos,
los cortes de Tartagal y Mosconi en Salta y un sinfín de movimientos
de luchas que dieron origen a las distintas organizaciones de desocupados en
todo el país, pero este punto en particular merece un debate aparte.
El capitalismo se encuentra en su fase final, el sistema está colapsado
al máximo. Ni siquiera puede garantizar la alimentación de aquellos
a los que tiene que explotar para sostenerse como sistema. Se ha roto la cadena
de mandos, todas las autoridades se encuentran cuestionadas y han mostrado su
total incapacidad para salir de la crisis. Un sistema capitalista no funciona
sin dinero y sin un sistema bancario. También se ha roto la cadena de
pagos. La irrupción de las masas en la escena política será
determinante en este sentido, sobre todo de aquellos sectores que comienzan
a plantearse consignas de poder: Que se vayan todos, y que el poder pase a una
Asamblea Popular constiuyente que defina sobre que bases sociales y políticas
debe reorganizarse el país.
Los sindicatos por su parte, están abocados a la concertación
con el gobierno y al sostenimiento de la tregua, totalmente comprometidos en
sostener la gobernabilidad, más que en defender los intereses de los
trabajadores ocupados y desocupados y organizar la lucha. Esto ha generado en
todos los sectores una organización independiente de las bases en coordinadores
y otras organizaciones similares que comienzan a tomar en sus manos la lucha
por la defensa de sus derechos. Esto evidencia el fracaso del intento de las
burocracias sindicales (todas) de encorsetar el movimiento obrero y transformarlo
en el furgón de cola de un régimen que se cae por su propio peso.
Claro ejemplo de esto son las tomas de fábricas como el caso de Zanon,
Bruckam, Panificación cinco y otras puestas a funcionar bajo control
obrero, las tomas de bancos y consejos escolares de los docentes ante la falta
de pago y la sanción de la ley de ajuste (Pcia de Bs. As) las coordinadores
de estatales, etc. La máxima expresión de organización
obrera independiente de las patronales, los gobiernos de turno y las burocracias
sindicales, alineados tras un programa que incluye consignas de poder político,
es el Bloque Piquetero Nacional, que ha reunido este primero de mayo más
de 15.000 personas en la Plaza de Mayo transformándola en un espacio
de organización y un claro plebiscito contra el régimen de Duhalde
y el FMI.
El FMI exige una serie de medidas que sólo podrán ser impuestas
por decreto y que requerirán de un golpe o de un autogolpe que se está
preparando a partir de la hiperinflación desatada y que tal vez vaya
disimulado en una salida de recambio electoral.
La represión contra los luchadores es cada vez más sangrienta
y feroz. El Frenapo no ha jugado ningún rol en la organización
de las luchas, por el contrario se ha dedicado a frenarlas y a reemplazarlas
por votos en las urnas. El Frenapo esta compuesto por sectores de la CTA, central
sindical abocada a sostener la gobernabilidad a costa de la traición
de luchas importantísimas como fue la huelga indeterminada docente de
la provincia de Buenos Aires el año pasado, en ella confluyen sectores
del Polo Social y del Ari, es decir el reciclaje de la Alianza que llevó
a De La Rua al gobierno y que parten de la teoría de mejorar el sistema
capitalista a partir de la no corrupción, pero jamás reemplazarlo.
Hace eje en las personas y su honestidad no en el agotamiento del sistema que
por siglos ha explotado al proletariado mundial. Es más, Elisa Carrió,
del Ari, una de sus principales referentes, durante la campaña de lanzamiento
del Frenapo ha puesto como ejemplo del Buen empresario a Perez Compan, este
tipo fue el que mandó a reprimir en Salta de manera sangrienta con la
gendarmería. Pero este no es el único ejemplo, cuando hicieron
su famosa consulta, las centrales sindicales que lo integran levantaron la huelga
docente, en el preciso momento en que el resto de los estatales estaba diciendo
que había que hacer como los docentes. Por otro lado, su propuesta de
seguro de empleo y formación es terrorífica, en un país
donde la canasta familiar era en diciembre de $ 1200, el seguro solicitado para
garantizar que no hubiera más pobres en la Argentina era de apenas $
380, es decir la cuarta parte de lo mínimo necesario. Pero, como si esto
fuera poco, se exigía una contraprestación laboral. Aquellos que
recibieran este seguro estaban obligados a trabajar en un régimen se
superexplotación por la cuarta parte de lo necesario para comer y sin
ningún tipo de cobertura o beneficio social. Por supuesto que el sector
empresario estaba muy contento con la consulta y la propuesta, ya que esta,
de aplicarse, iba a suministrarle mano de obra gratuita y sin costo social alguna.
A su vez, esto hubiera legitimado un techo salarial para todos los trabajadores
ocupados: si algún sector reclama más salario, se lo despide (las
nuevas leyes laborales son flexibles) y se toma a alguien que reciba el famoso
seguro de formación y empleo. Sin embargo, es tal la miseria, que ni
siquiera ha prosperado este nuevo intento de regimentación y explotación
de los trabajadores.
adrianasirna@hotmail.com