Uno de los escritores más destacados que convocó el Encuentro de
Narrativa Policial, desarrollado hace algunas semanas en nuestro país,
fue Mempo Giardinelli, escritor de reconocida trayectoria en Latinoamérica,
con novelas como "La Revolución en Bicicleta" (1980), "El cielo con las
manos" (1981), la afamada "Luna caliente" (1983), "Qué solos se quedan
los muertos" (1985) y el ensayo "El género negro" (1984), entre muchas
otras publicaciones. Impulsor de importantes esfuerzos por el desarrollo de la
literatura, los libros y la educación, durante varios años dirigió
la memorable revista "Puro Cuento", es columnista del diario Pagina 12 y el día
antes de llegar a nuestro país lanzó su libro "Diatriba contra la
patria", que resume en forma crítica la historia y acontecimientos del
ultimo año en Argentina.
Hombre amable y comprometido, lo encontramos en forma exclusiva en el aeropuerto
a su llegada a Chile y establecimos un cordial diálogo en el taxi que lo
trasladó a su hotel. El Siglo inició de esta manera la conversación.
¿Que te motiva a participar en el Encuentro de Novela Policial?
"Supongo que los amigos suponen que soy o he sido un autor del genero. Aunque
no creo haberme especializado en el género, he cometido algunos pecados.
Yo mantuve una columna en el diario Excelsior en México y la especialicé
en el tema. Teoricé bastante, escribí sobre el género y fue
surgiendo un libro que ha circulado mucho en México y Argentina, que se
titula 'El genero Negro', que es una especie de 'todo lo que usted quiere saber
del genero policial hace 15 o 20 años en América Latina. Entonces,
cuando Ramón (Díaz Eterovic), Fernando (Jerez) y todos los amigos
comenzaron a organizar este Encuentro de Novela Policial, supongo que ellos suponen
que alguna autoridad tengo sobre la materia".
¿Crees que la novela negra entrega una visión de Latinoamérica?
"Hoy yo no lo diría con tanta seguridad. En los períodos de la dictadura,
claramente en el periodo 70-80, a lo largo de esas 2 décadas desdichadas,
evidente e indiscutiblemente el género negro ocupó ese lugar. Era
un recurso estilístico, pero también ético y moral que ocupamos
muchos escritores; algunos fuimos bien conscientes de esto, otros menos. Yo no
tengo duda que la saga de Heredia (de Ramón Díaz Eterovic) es parte
de esta concepción, él está consciente de ello; algunos libros
de Poli Délano. El género mismo tiene una virtud: es tan apegado
a la realidad, tan dependiente de la realidad que ahí está su limitación
conceptual como literatura, pero ahí esta también su maravilla.
En América Latina, como en Africa describes la realidad y estás
haciendo el manifiesto revolucionario. Si tú describes lo que pasa en la
realidad con tu mirada honesta y sincera, es una mirada de lucha aunque no tengas
la intención de hacerlo. Yo creo que en ese sentido el género es
noble y por eso nos reunimos para hablarlo. Decía al comienzo que no lo
afirmaría con tanta vehemencia, pero evidentemente el género ha
sabido infiltrarse en todos los autores. Hoy no hay autor en el mundo, en la lengua
que quieras y en la cultura que quieras, que no haya pasado por las maravillosas
y creativas manos de Raymond Chandler".
¿Crees que el género ha sido menospreciado?
"El menosprecio tuvo que ver con otras épocas, hoy en día se pasa
o se le ignora. Grandes escritores de la literatura universal han apreciado el
genero. De Borges a Neruda y de Vázquez Montalban a quien tú quieras,
todos han apreciado el género, todos han sido buenos lectores. Del punto
de vista autoral, no ha habido ese menosprecio. Del punto de vista de lectores,
lo que más se ha leído en el mundo después de la Biblia,
ha sido George Simenon. Evidentemente, ese mito del menosprecio ha venido de sectores
términos académicos. No quiero ser malo con los académicos,
pero suelen estar muy confundidos de lo que pasa con la literatura. Hacen o tienen
una visión quizás muy canonizada, esquematizada y lamentablemente
empobrecida".
¿Te sientes un escritor marginado?
"Quizás no seria el término justo, hoy. Creo que lo que ha sucedido
es que yo vivo en un país en el que la capital, Buenos Aires, es una ciudad
maravillosa, es como Babilonia. Pero nadie sabe qué es lo que pasaba en
los alrededores de Babilonia y en la sociedad de Babilonia. Yo vivo a mas de 100
kilómetros de Buenos Aires, una provincia pelada, y no formo parte del
mundo cultural, literario. En realidad, si existo como escritor es mucho más
por los años que viví en México, por las traducciones, por
mis libros en otros países. Yo soy muy afortunado en ese sentido y no puedo
decir que soy un marginado literario. Ahora, en mi país, si hay una antología
del cuento argentino, yo no estoy. En ninguna antología del cuento argentino,
del cuento policial. Esto es lo que nos pasa a varios escritores y escritoras
que no somos de Buenos Aires, que con toda su maravilla y con toda su desdicha
tiene una concepción muy municipal".
La resistencia
Hace pocos días lanzaste tu libro "Diatriba contra la patria", participas
en foros por el fomento del libro y la lectura, lanzaste algunos manifiestos por
la cultura argentina en medio de la crisis. Cuéntanos de estas actividades…
"Ayer en la presentación del libro, fue una maravilla. Había 300
personas, fue impresionante, me conmovió, yo nunca presento mis libros
ni voy a la presentación de otros. Este era un caso especial, pues no es
un libro de literatura. Pero vamos por parte: los foros que hacemos ya tienen
varios años. Algunos son del 95. Los foros son un emprendimiento que empezamos
con la Universidad del Chaco. Lo hicimos con ellos y luego nos independizamos,
como Fundación y centro de estudio propio. Esto lo seguimos haciendo y
tiene que ver con la promoción del libro y la lectura. La otra cosa es
lo del manifiesto. Después de los acontecimientos de diciembre y la caída
de De la Rúa, a mí me cambió muchas cosas, me tocó
mucho en lo personal, creo que ha sido uno de los acontecimientos político
sociales directamente más conmovedores que me ha tocado ver, y tengo mas
de 50 años de vida, pasé la dictadura y creo que aún no lo
termino de procesar. Entonces, yo sentí que como intelectual, yo soy un
hombre político -no de partido-, como independiente, como librepensador,
tenía que salir con algo... Yo escribo en Página 12, pero me pareció
que había que hacer otra cosa, que era importante que la intelectualidad
se pronunciara frente a lo que pasaba. Entonces, a un grupo de amigos, basado
puramente en la confianza, le propuse un texto, lo discutimos y salió ese
primer manifiesto muy tímidamente porque lo mandamos por Internet, no teníamos
plata y además no nos proponíamos como movimiento alternativo, ni
nada. En 15 días habíamos armado un despelote, todos nos llamaban,
las radios, las universidades, de todo el país. Es increíble. Pusimos
en palabras muchos sentimientos y confusiones, aspiraciones populares confusas,
mal expresadas; las ordenamos, ni siquiera de iluminados. Había una coincidencia
en el diagnóstico y en la comprensión del fenómeno que está
pasando. El libro está vinculado a todo esto. Ya hace un año y medio
venia escribiendo una reflexión, un ensayo sobre el vinculo entre intelectualidad
y política y se me fue cambiando por los mismos acontecimientos porque
necesariamente se me convirtió en un libro de historia donde yo dejo una
versión del último año argentino, y espero que este sea el
libro al que se recurra si quieres saber de los últimos 6 meses. Es una
visión critica y esperanzada".
¿Qué es para ti el concepto de resistencia cultural?
"En Argentina se ha causado un daño tan grande, incluso culturalmente,
en el sentido antropológico de la palabra. Todo se empezó a degradar:
se degradó la calidad de vida, la ecología, la educación,
se degradó hasta la calidad del agua que bebemos… Argentina hoy, más
allá de lo ético, está fea, es un problema hasta estético.
Nos hemos afeado todos en América Latina. No hay país que no conozca
y hay contrastes que van contra el sentido común. La Argentina es un país
que puede dar de comer, estadísticamente, a 330 millones de personas por
año, y hoy tenemos 15 millones de indigentes. Es un sin sentido conceptual.
No hay cretino que me lo explique, en términos ideológicos ni económicos.
La civilización es la civilización de los bárbaros. Sarmiento,
el buen Sarmiento, debe estar revolviéndose en la tumba, porque el planteo
de civilización o barbarie le salió al revés. Estos bárbaros
que son corruptos, que son genuflexos, que son posiblemente, capomafiosos de los
carteles de la droga -en mi país, no tengo ninguna duda. Cuando todo lo
de civilizado que tienen es que van a Davos, al encuentro con el G-8 a rendirle
pleitesía, se visten con traje de Armani, zapatos Gucci y andan en BMW
o Mercedes. Cuando esto es así, y de alguna manera es la norma y el modelo
que tenemos, incluso el modelo de muchos educadores y de muchos líderes
intermedios de la sociedad. Es un problema muy grave. Cuando yo veo que las chiquillas
de mi país de 14 ó 15 años, cuando son muy pobres están
haciendo prostitución, y las que tienen más recursos, su sueño
es ser modelos, ¡joder! Tenemos un problema cultural grave. Entonces, el discurso
alternativo, que denuncia esto, porque yo creo que a los hijos de puta hay que
decirles que decirles que son unos hijos de puta, yo no puedo hacer otra cosa,
y la forma de manifestar mi desprecio es trabajar por la cultura desde una perspectiva
completamente diferente. Luego, entonces, sale el lema que nosotros tenemos, que
hacer cultura es resistir y la resistencia está creciendo mucho".
"Yo no lo voté"
Se dice que la realidad supera la ficción: ¿imaginaste que algo así
podía ocurrir en Argentina?
"Imaginarlo, no; pero creo que muchos veíamos venir más o menos
algo de este tipo. A lo largo de estos 15 años, muchos hemos venido escribiendo
que hacia allá veníamos. Nosotros hemos caminado al abismo con una
especie de distracción norteamericana. Estábamos completamente en
otro mundo. Imaginarlo, no; pero se fue sumando una serie de datos y evidencias
que apuntaban hacia acá. Lo que pasa es que por más que uno pueda
entrever o advertir, no quiere decir que uno pueda pararlo. El poder en general
es muy necio, pero el poder corrupto es necio y es cínico; es una combinación
muy grave.
El papel de Carlos Menem ha sido tremendo, porque ha sido un encantador de serpientes
-algunos dicen que ha sido la serpiente. Porque engañó tanto al
pueblo y el pueblo fue tan inocente, recordando que fue reelecto con una masa
de votos impresionante. Hoy la gente está enojada con Menem, pero también
está enojada consigo misma. En Argentina es un clásico decir en
estos momentos 'yo no lo voté'. Menem no puede salir de Anillaco, sólo
puede venir a Chile, hace cuatro meses que no puede ir a Buenos aires, no puede
andar por la calle, lo linchan si lo ven… y eso es muy bueno. Cavallo está
preso ahora pero antes de estar preso estaba escondido; De la Rúa… Esta
clase de gente no puede asomar la nariz fuera de la ventana de su casa. Yo no
aspiro a ninguna forma de revancha, pero el repudio público es importante
y me parece que es una manera embrionaria de autocrítica y de autorreflexión".
De ahí tu optimismo ante los hechos…
"De la crisis feroz que vive Argentina, lo que ha salido mejor parado es la democracia,
porque en todas las manifestaciones que hay el nivel de furia cívica es
impresionante… La gente movilizada, carajeando a quien sea… Nadie pide un golpe
de Estado. El clamor universal es más democracia, horizontal y directa.
¡Es una maravilla! Lo que ha provocado es una crisis tremenda de la representatividad.
Cuando dicen que es una crisis de las instituciones, es mentira. Las instituciones
no están en crisis: están en crisis los representantes que están
ahí. La gente no quiere que no haya parlamento: no quiere a esos parlamentarios.
La gente quiere una Corte Suprema, pero no a estos jueces corruptos que tenemos.
La democracia es la gran victoriosa. Hoy día todo se decide en Argentina
con un sentido democrático espectacular, hoy día la gente va y le
dice al Intendente que quiere ver las cuentas y se le plantan en la plaza y hasta
que no le muestran las cuentas del municipio la gente no se mueve; y si descubren
que están robando, los sacan a patadas. Todo esto está cambiando.
Esta no es la Argentina que se muestra por la televisión. Cuando uno anda
por el país real, es impresionante… Este es un fenómeno profundamente
democrático". ¡Error!Referencia de hipervínculo no
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