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Latinoamérica

La puesta en escena duhaldista

Por Hugo Alberto de Pedro

Pasan los días y seguimos a la deriva en lo que respecta a la marcha de la economía nacional, entre otros tantos temas más de fondo aún pendientes de resolver. Llama poderosamente la atención la calma y la falta de respuestas, que desde la conducción política-financiera del estado, se desatienden los problemas urgentes que estamos padeciendo. Se nos presenta como grandes políticas del gobierno dos temas: Asistencia a desocupados con hijos menores y Mesa del Consenso Social, que en forma indiscutida, no generan la más mínima posibilidad de resolver algo.

La Asistencia presentada con bombos y platillos, cadena oficial mediante, es una farsa que implica para una familia tipo una ayuda de $ 1,25 diarios o U$S 0,42 para cada miembro. Pareciera que en los cálculos de los cerebros gobernantes no se tiene en cuenta que estas personas deben viajar, comer, educarse, vestirse, comprar medicamentos, pagar servicios, etc., ya que los desocupados no cuentan con los beneficios que los propulsores de la idea, o sea, los gobernantes, tienen en sus gastos de representación, gastos reservados, dietas, pasajes, vehículos oficiales aéreos y terrestres, y demás prerrogativas. Como era de suponer, parte de éstas asistencias fueron entregadas por centenares a cada legislador para continuar con las necesidades políticas de sus punteros.

El cálculo más conservador establece la canasta familiar para una familia tipo en $ 1.100,00, o sea, unos diarios $ 9,16 por cada miembro, muy alejado de la propuesta del FreNaPo de $ 4,0. Lisa y llanamente se han hecho los distraídos, o bien han traicionado una vez más la opinión de más de 3.000.000 de personas que solicitaron en una consulta popular llevada a cabo hace cinco meses medidas tendientes a solucionar, aunque sea provisoriamente, el tema de la pobreza instaurada en el corazón de la sociedad no gobernante ni legislativa. La pregunta es entonces: ¿Qué podrán hacer estos beneficiados si no es seguir día a día hundiéndose en la pobreza e indigencia?

La Mesa del Consenso lo único que buscó fue ganar tiempo y no hacer absolutamente nada. Esto lo podíamos intuir todos de antemano ya que sus integrantes, no solo no representan a nadie, sino que el silencio y su casi inexistente compromiso para frenar la crisis los descalificaba desde un comienzo. Las pruebas de su ineficacia están hoy a la vista de todos.

El senador Duhalde, actual presidente provisional, comete errores y desaciertos desde el día de su asunción, sin que ello genere la menor intervención de sus electores, o sea los senadores y diputados de las dos bancas mayoritarias que lo eligieron en la asamblea legislativa. Resulta ahora que se nos quiere presentar la caída de De la Rúa como un complot entre radicales, justicialistas, sindicalistas y empresarios, por lo menos a la luz de las últimas afirmaciones efectuadas por políticos en tribunales a partir de la investigación sobre los hechos del 19 y 20 de diciembre pasados. Lo que cualquiera puede decodificar como una simple pantalla distractiva para minimizar lo que fue la movilización de todo un pueblo para exigir la renuncia, primero del preso Cavallo y luego del actual encorralado ex-presidente.

Claro que el sentimiento popular no era la de cambiar al actor de reparto -y repartos diversos- sino algo muy diferente que era cambiar el libreto y a todos los actores que son los cómplices de que ésta obra argentina sea la peor que se podría haberse pensado llevar a escena.

6 de mayo del 2002

Hugo Alberto de Pedro

Buenos Aires – Argentina