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8 de febrero del 2002
Identidad
Eduardo Pavlovsky
Cuando los sumisos y obsecuentes más se someten al poder para buscar
supuestos beneficios, más el poder los humilla y los desprecia. El poder
desprecia la obsecuencia siempre y obtiene placer en humillar a los sumisos."
(Shakespeare, 1611)
Las frases del genial dramaturgo inglés cobran hoy en nuestro país
más vigencia que nunca.
Todavía asombrados y avergonzados de las "relaciones carnales" de Carlos
Menem con Estados Unidos –y no repuestos todavía de la posterior sumisión
abyecta de Fernando de la Rúa– al leer párrafos de la carta de
nuestro presidente al presidente norteamericano no podemos dejar de permanecer
atónitos.
Es probable que el miedo de nuestro presidente a gobernar sea grande, pero estoy
seguro de que con el tiempo dicho documento se convertirá en la carta
de mayor sometimiento, sumisión y pérdida de dignidad nacional
que un Jefe de Estado haya escrito jamás a otro Jefe de Estado. Nunca
un país que paga el precio de la pérdida de su identidad cultural
para obtener favores de otro país, puede levantarse como país
soberano en su economía. Nunca.
Vaya un solo párrafo como ejemplo: "Estamos firmemente comprometidos
en dejar de lado, lo más rápido posible medidas transitorias de
corte dirigista, que hemos heredado o nos hemos visto obligados a tomar".
Perdón. Perdón. Perdón.
Con estos párrafos Duhalde afirma que seguirá aplicando el modelo
económico neoliberal de libre mercado que sugiere Washington –y que se
compromete a afianzar la construcción del ALCA– prioridad numero uno
de Estados Unidos hacia América latina. Todo.
Hace dos meses le escuche afirmar al señor presidente que si él
estuviera en el poder terminaría con el modelo neoliberal de mercado
que tanto daño había hecho a nuestro país durante los últimos
años, y se ofrecía como modelo de cambio. Increíble. Como
para creer en la clase dirigente. Como si la impostura y la entrega fueran poco,
aparece Carlos Ruckauf prometiéndole a Colin Powell que cuente con nosotros
para votar en contra de Cuba en Naciones Unidas en mayo próximo. Y Martín
Redrado ofreciéndose para la "sanción a la única dictadura
que hoy queda en América Latina".
Pero todavía había que decir algo más para sellar la entrega.
Y afirma Redrado entonces: "La Argentina se compromete a trabajar duramente
para que el pueblo cubano sea libre". ¿Era necesario tanta rebaja moral, tanta
ignominia? ¿Tanta sobreactuación?
Habrá que leer todo esto en diferentes perspectivas.
El Departamento de Estado teme que un polvorín se propague en América
Latina. Ya lo ha manifestado. Y allí estarían dispuestos a ayudarnos
de cualquier forma. Colombia es un buen ejemplo. Por eso hay que denunciar,
desde antes, la posibilidad de "fabricar" una anarquía social que no
existe. Reuniones en plaza de Mayo y cacerolazos como el que fue convocado para
hoy no son "actividades de los zurdos". La mayoría de los participantes
no pertenece a ningún partido político, y cualquier intento de
negar una manifestación en Plaza de Mayo correría el peligro de
reeditar una versión 2002 de aquel Ezeiza de 1973.
No olvidemos, porque en la Argentina todo pasa hoy muy rápido. Estemos
atentos. Nada más que atentos. Ya lo aprendimos en la dictadura: es mejor
ponerse un poco paranoicos que ser negadores.
* Eduardo "Tato" Pavlovsky es actor y dramaturgo.