20 de agosto del 2003
Empresas occidentales tienen responsabilidades de lo que sucede en la zona
República Democrática del Congo: Detengamos la masacre
Amnistía Internacional
Desde hace cinco años se está librando una gran guerra en la República Democrática del Congo (RDC) que constituye una catástrofe humanitaria sin precedentes en África Central. Actualmente, la situación que se vive en Ituri, al este de la RDC, es claramente devastadora.
El conflicto arroja ya un balance de víctimas civiles superior a los tres millones personas, dos millones de refugiados y desplazados, así como graves violaciones de derechos humanos, como la utilización y movilización de niños soldados, y destrucciones de infraestructuras básicas para la supervivencia de la población.
En este conflicto se ven implicados directamente los gobiernos de la República Democrática del Congo, Ruanda y Uganda que favorecen la violencia a través de su respaldo a los grupos armados responsables de estos actos.
También numerosas multinacionales occidentales tienen responsabilidades en la zona. La RDC es un lugar muy rico en recursos naturales como el oro, los diamantes, el wolframio, el cobalto, la casiterita o el coltán (material fundamental para la fabricación de teléfonos móviles, ordenadores y otros aparatos electrónicos) y muchas de estas empresas se disputan la obtención de estos materiales negociando con las partes enfrentadas.
Según ha podido saber Amnistía Internacional, compañías, en su mayor parte de Occidente, de extracción, procesamiento y comercialización de minerales, de industrias químicas y madereras, aéreas, bancos, empresas de seguridad y un largo etcétera han contribuido con ingresos o servicios a las facciones beligerantes como pago para operar en la zona, o bien han adquirido directamente a las partes combatientes los materiales y minerales deseados.
Además, hay que señalar los enormes beneficios que arroja el comercio de armas a través de, otra vez, empresas occidentales, que sirven a las partes beligerantes y que alimentan el conflicto frente a la pasividad internacional.
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