Rechazará toda medida que considere peligrosa para su seguridad, insiste Tel Aviv
Expulsa el gobierno de Sharon a pacifista estadunidense; "residía en zona militar", afirma
DPA, REUTERS Y AFP
Jerusalen, 10 de mayo. El secretario de Estado es-tadunidense, Colin Powell, pidió este sábado en Jerusalén a israelíes y palestinos que comiencen a aplicar de inmediato el plan de paz para Medio Oriente, conocido como "mapa de ruta", aunque Israel reiteró que rechazará toda medida que considere peligrosa para su seguridad.
"Hay suficientes acuerdos (entre israelíes y palestinos) sobre el plan de paz para que podamos comenzar", en especial aquellos que se refieren a la fase inicial, dijo Powell durante una rueda de prensa tras reunirse con su homólogo israelí, Silvan Shalom.
El plan de paz contempla la creación de un Estado palestino para el año 2005 en Cisjordania y la franja de Gaza, tierras de las que se apoderó Israel en 1967.
Los líderes palestinos han respaldado el plan, pero el gobierno israelí del derechista primer ministro Ariel Sharon ha presentado algunas objeciones sobre seguridad.
El funcionario estadunidense también manifestó su esperanza de que Israel termine con la construcción de los asentamientos judíos en territorios reocupados, pero también sostuvo que los líderes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) "tienen que asegurar que los grupos terroristas no sigan representando una amenaza para Israel".
No obstante, Powell reconoció que la cuestión del derecho de retorno de los refugiados palestinos es un tema que preocupa especialmente al gobierno israelí y constituye uno de los puntos más difíciles, si bien dijo esperar que no suponga una barrera infranqueable para la reactivación del es-tancado proceso de paz.
El secretario de Estado indicó además que presentará a Sharon y al primer ministro de la ANP, Mahmud Abbas, con los que tiene previsto reunirse este domingo por separado, demandas específicas, sin precisar a la prensa internacional su contenido.
Sobre Abbas, señaló que "queremos ayudarle, y ayudar a los otros miembros de su gobierno a poner en marcha las instituciones necesarias para restructurar la ANP", pero nuevamente volvió a insistir en la se-guridad y el fin de la violencia.
Por su parte, el canciller Shalom reafirmó la posición de su gobierno sobre el cese de la violencia y los atentados, lo que consideró una condición indispensable para reanudar el diálogo con los responsables de la ANP y para la adopción de medidas encaminadas a disminuir la tensión.
"Israel está dispuesto a realizar gestos de carácter humanitario hacia los palestinos si terminan con las incitaciones a la violencia y al terrorismo", declaró Shalom sin precisar cuáles serían esos gestos, y aseguró que Tel Aviv rechazará toda medida, como una retirada militar de Cisjordania, que pueda poner en peligro la seguridad del país.
Añadió que Israel no tiene un enfrentamiento con los palestinos, sino que "el único conflicto que tenemos es con la dirección de la ANP", y señaló que el gobierno del primer ministro Abbas será juzgado por su capacidad para actuar a fondo contra los grupos radicales.
"Si esos dirigentes piensan que lo único que tienen que hacer es alcanzar un alto del fuego" con los extremistas palestinos, "no creo que ello cree un mejor clima" para la paz, advirtió Shalom.
De su lado, el jefe del movimiento Fatah, de Yasser Arafat, llamó al gobierno palestino a boicotear la visita de Powell por su negativa a entrevistarse con el presidente palestino, además de que convocó a un paro general en Ramallah este domingo.
Powell llegó el sábado a Israel, en la primera etapa de una gira que le llevará a Cisjordania, Egipto, Jordania y Arabia Saudita, y después a Rusia, Bulgaria y Alemania.
Mientras tanto, los dirigente de la ANP saludaron el discurso del viernes del presidente estadunidense, George W. Bush, en el que recordó su apoyo a la creación de un Estado palestino, pero pidieron al mandatario republicano que presione a Israel para que respete el "mapa de ruta".
"Solicitamos a Estados Unidos que también presione a Israel para que se retire de todos los territorios palestinos", indicó Nabil Abu Rudeina, uno de los principales consejeros de Arafat.
A su vez, el ministro palestino encargado de las negociaciones con Israel, Saeb Erekat, deseó que la posición de Bush "sea una realidad en el plano político para poner término a la ocupación israelí de nuestro país, lo que culminará con una completa retirada israelí a las fronteras de 1967 y con la autorización de un Estado palestino al lado del Estado israelí".
En el terreno militar, el ejército de Israel destruyó, en la población de Beit Hanoun, en la franja de Gaza, la casa de un palestino sospechoso de ser miembro del grupo de resistencia Hamas, que el viernes anterior se atribuyó el lanzamiento de tres cohetes tipo Qassam contra la ciudad israelí de Sderot, donde resultaron heridas una mujer y una niña.
El Ministerio del Interior israelí, por su parte, ordenó la expulsión de la pacifista estadunidense Christiane Lionron, detenida por el ejército durante la víspera en Beit Sahour, cerca de Belén.
Un vocero castrense indicó que medida se tomó porque la activista "residía en un sector declarado zona militar cerrada, donde nada tenía que hacer, además de que está acusada de haber molestado a las tropas durante sus operaciones".
La víspera, el ejército de Tel Aviv restringió el acceso de extranjeros y civiles israelíes a la franja de Gaza, y estableció que quienes entren allí eximen a Israel en caso de muerte o heridas.