30 de noviembre del 2003
Estados Unidos e Israel se plantean desmembrar Irak y deportar allí a los palestinos
Neocolonialismo imperial en Oriente Medio
L'Avanç
La guerra de Irak y la ocupación no pretende solo apoderarse del petróleo. Los planes de más alcance, trazados durante décadas, aspiran a dividir Irak en tres zonas étnicamente puras y la solución final para el pueblo palestino. La idea es unificar la zona central iraquí con Jordania y deportar allí a los palestinos.
Siempre se recuerda las expediciones coloniales como algo del siglo XIX. Las fronteras trazadas con tiralíneas y las deportaciones masivas parecen historias ya casi medievales. Pero las principales agencias e instituciones estadounidenses e israelíes llevan décadas estudiando y haciendo propuestas escalofriantes. La victoria sobre el régimen iraquí, ha abierto la veda de caza para los halcones de Washington y Tel Aviv. El objetivo, como siempre, es el control del suministro y el precio del petróleo, pero sobre todo la hegemonía política, militar y económica sobre China, Rusia y la Unión Europea.
Irak: divide y vencerás
Ya en 1999, los periódicos de la región del Golfo Pérsico se escandalizaban de la sinceridad con la que William Cohen, secretario de defensa de Estados Unidos, planteaba a los gobiernos de la zona, la partición de Irak. Tal vez muchos periodistas no le dieran mayor importancia, pero si nos fijamos en la falta de gobierno central impuesto por los ocupantes, se puede llegar a la conclusión de que se está tratando de desintegrar la unidad del Estado iraquí. Los propios líderes de la mayoría chií, han acusado a los ocupantes de buscar la confrontación interétnica y la guerra civil. En esta confusión se situan los extraños atentados contar mezquitas suníes y chiíes.
Pero para aclarar y depejar la pesada niebla que cubre la realidad política en Irak, Leslie H. Gelb, ex editor de The New York Times y presidente emérito del Consejo de Relaciones Exteriores, vuelve a poner de actualidad los planes de partición. Según su análisis Irak es un estado artificial unido por la fuerza y "la única estrategia viable es avanzar por etapas hacia la solución de tres estados: los kurdos en el norte, los suníes en el centro y los chiíes en el sur". Gelb, sin pelos en la lengua, afirma que de esta manera, los kurdos y chiíes, agradecidos a los Estados Unidos por concederles la libertad, harían correr los ríos de petróleo.
De esta manera, la Resistencia iraquí se reduciría solo a los suníes. Sin pozos petrolíferos, la zona central sería evacuada por las tropas extranjeras que se dedicarían a la protección de los oleoductos, pozos y refinerías del norte kurdo y del sur chií ya pacificados. Y es que un Irak unificado es un peligro, como potencia regional, para Israel, tanto bajo el control suní panarabista, como bajo los chiíes proiranís. El ex editor acaba su alegato de esta manera: "Permitir que las tres comunidades integradas en este estado falso emerjan al menos como regiones autónomas será tan difícil como peligroso. Washington tendrá que ser práctico y duro de corazón para fraguar este desmembramiento".
Irak, Jordania y los palestinos: un nuevo reino
Pero para los suníes iraquíes no se acaban aquí las desgracias. Otro pueblo martirizado puede unir su destino al suyo: los palestinos. No es casual que el muro de separación, que se adentra en los territorios ocupados en 1967, se levantara coincidiendo con la ofensiva en Irak. Ya antes del inicio de la guerra, la percepción palestina era la de una ofensiva final del ejérvito israelí en Gaza y Cisjordania, que incluiría la destrucción de las instituciones palestinas y el asesinato o el aislamiento político de Arafat.
Todas estas previsiones se han ido cumpliendo inexorablemente. Todas, menos la última, el transfer, la deportación del pueblo palestino al nuevo Reino Hachemita. De acuerdo con el periódico israelí Yediot Aharonot, los halcones de la administración Bush habrían solicitado al Instituto Rand, un estudio sobre la estrategia de EEUU en Oriente Medio. El informe setencia que "Palestina es Israel".
Los planes estratégicos buscan desplazar a Arabia Saudí y Egipto, como los aliados principales, y la creación de un nuevo estado, posiblemente bajo la forma monárquica, el Reino Hachemí Unido. Este nuevo estado agruparía la zona central suní de Irak con Jordania, de mayoría étnica palestina, con los palestinos expulsados de la antigua Palestina. Así se pretendería acabar con las potencias regionales y al mismo tiempo con el pueblo palestino, que sería asimilado y diluido en un gran estado árabe. Los dirigentes jordanos pasarían a controlar, bajo el mando estadounidense, un gran país, con una potencia demográfica y económica de primer orden.
Todos estos proyectos pueden parecer fruto de la fantasía desbocada, pero fueron discutidos seriamente por el heredero Hasán de jordania con la oposición iraquí en Londres y según fuentes israelíes está siendo valorado positivamente por la administración Bush, siendo sus principales valedores el vicepresidente Dick Cheney y el vicesecretario de Defensa Wolfowitz.
El diario británico The Guardian confirmó que desde las instancias norteamericanas se estaba promoviendo al príncipe Hasán, hermano del fallecido rey Husein y hermano del actual monarca Abdallah. Ciertamente todo esto son solo planes que no tienen porqué llevarse a cabo. Pero todos las escalas anteriores han ido siendo superadas, así que el límite a la estrategia estadounidense dependerá de lo que haga la Resistencia iraquí, sin dejar de lado el papel de Rusia, China y la Unión Europea que no rendirán sus intereses en la zona tan facilmente.
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