Christian Guevara Guadrón/Elfaro.net

En los alrededores de la Plaza Barrios, un grupo de jóvenes ataviados con camisetas rojas recibían a los transeúntes con pequeñas hojas volantes. El panfleto acusaba al partido en el gobierno, ARENA, de ser "mafia" y de haber "vendido a su madre por unos cuantos dólares". No había egoísmo con los epítetos y alcanzaba para todos: el CDU, el PAN, el Movimiento Renovador y el Partido Demócrata Cristiano también eran descritos elocuentemente por el Frente. Así daba inicio el cierre de campaña del FMLN..
El impreso de bienvenida y los gritos de "vieja chuca, vieja chuca", en alusión a la candidata arenera, Evelyn Jacir de Lovo, que sonaban en el centro capitalino, no eran la mejor muestra de la "campaña de altura" que prometió el Frente. Igual, ninguno de los dirigentes de izquierda parecía reparar en ello, y mucho menos los vendedores ambulantes que distribuían con rapidez agua, gaseosas en latas, paletas de sombrillita y panes con mortadela de a peso. .
La maestra de ceremonia del FMLN, la diputada Ileana Rogel, se regocijaba al decir que el FMLN había convertido el lugar en "una plaza roja". La descripción no estaba tan lejos de la realidad y miles de camisetas rojas cubría la pequeña explanada pública. El primero en hablar fue el candidato a la Alcaldía de San Salvador, Carlos Rivas Zamora, quien afirmaba que ARENA "está temblando". Lo cierto es que las encuestas colocan a Rivas Zamora y a la candidata arenera, de Lovo, en un empate técnico. Los votos duros de ambos partidos no tienen la capacidad de decidir y los dos candidatos apuestan por atraer a los indecisos..
Los efemelenistas pedían a gritos la intervención del dirigente comunista Shafick Handal o de Nidia Díaz, diputada en el Parlamento Centroamericano por el FMLN, pero fue la candidata a diputada, Blanca Flor Bonilla, la que tomó la palabra. Bonilla alargó tanto su discurso sobre la conmemoración del Día Internacional de la Mujer que todos se impacientaron y, al final, recibió una petición visual de Rogel, que le hacía señas con sus dedos simulando una tijera..
El sabor del caribe llegó inesperadamente con "El Costo de la Vida", una canción del dominicano Juan Luis Guerra que todos los presentes cantaron. Los respectivos avisos anunciando carros mal estacionados y niños perdidos tampoco faltaron. "A quien encuentre al niño Santos González, de 8 años,... que viste camiseta roja..., se ruega llevarlo a cabina de sonido para regresarlo con sus padres", chillaba un altoparlante..
Tras una hora coreando el nombre de Shafick Handal, el éxtasis general llegó cuando el veterano dirigente de la izquierda salvadoreña tomó el micrófono. "Nos quisieron destruir en las montañas y no pudieron, nos quieren destruir ahora y son ellos los que serán destruidos", exclamó Handal como inicio de su discurso..
El líder histórico prometió que ese acto era el "comienzo de un gobierno revolucionario salvadoreño". La explosión de aplausos fue total. "Ese es mi presidente, ese es mi comandante", se oyó entre el público. Shafick sonrió: sabía que él era el espectáculo dentro del espectáculo..
Entre promesas de frenar la firma del TLC, acabar con el hambre en las zonas cafetaleras, bajar el costo de la canasta básica, revalidar el colón y sacar de circulación el dólar, el mitin se fue apagando. Las camisetas rojas abordaron los buses de regreso a sus pueblos y las banderas con la estrella blanca fueron guardadas.