Latinoamérica

15 de marzo de 2003.

Contra la guerra: La muerte de la serpiente y la ruptura de la crisálida.

x Profesor J .

Recuerdo que para referirse al nazismo se decía que allí se incubaba el huevo de la serpiente y eso me pareció una imagen muy realista y terrible. Hoy la serpiente se arrastra husmeando el petróleo al calor de la madre de las bombas.
Diferente es la oruga que se envuelve en forma de crisálida para luego salir de allí una mariposa. La serpiente, por más que trate, si le salen alas, son más parecidas al murciélago que a la mariposa, y hablando de bichos y ofidios asquerosos, el mundo está lleno de ellos y a Lula ya le crecieron las alas de murciélago por más que diga que son de mariposa, mandando a reprimir a los que piensan diferente dentro del PT, que a esta altura del campeonato ya deben estar cansados de tanta serpiente, con o sin alas. El pueblo brasileño ha respondido severamente a las jugadas sucias de los socialistas de cuello y corbata, que en este caso se llaman así porque son socios-listos de los empresarios para administrar el pedazo, y el prestigio inicial del flamante presidente pseudo revolucionario cayó en dos meses del 56% al 45%, a pesar de todo el apoyo del capital, la prensa y el FMI, o quien sabe justamente por ese apoyo.
Particularmente ni veo ni me trago la idea de que existan diferencias entre Bush y Lula.
¡Horror! Ahí si que la cagó el profe. Venir a comparar Lula con Bush es como demasiado. No deje de observar que quien más defiende esta postura son justamente los que le siguen los pasos al tal y que desean al resto de la izquierda y al pueblo sumando fuerzas detrás de ellos. Si de nada sirven las políticas de alianzas de clases más que para subordinar de forma sutil a los pueblos, no veo para qué las vamos a considerar, digamos "menos malas" que las otras, la tesis del mal menor. Es como que un violador ande con un pomo de vaselina para que no le duela a la víctima la penetración de que será objeto. Es como el policía bueno que nos hace relajar después que el otro nos dejó los dientes quebrados y los ojos inchados que ya no ven. Son las ONGs repartiendo aspirinas y preservativos por el mundo.
Recuerdo que me encantaban (y me siguen encantando) las películas donde los actores se disfrazan, por ejemplo hay una de Eddie Murphy donde se da el lujo de hacer como 10 papeles.
Otros actores (por llamarlos así, claro, aunque hay algunos que lo son de verdad) lo han hecho y lo hacen y causan sensación por su arte del maquillaje y las expresiones faciales. Chaplin era excelente, hay que ver el Gran Dictador, pero se le ocurrió ofender a la serpiente y tuvo que salir escapando de Estados Unidos con el mackartismo pisándole los talones. Chaplin era honesto, no como el astuto de Martin Sheen hoy proyectándose a ojos vistas como futuro candidato alternativo del Partido Demócrata. Dustin Hofman hizo Tootsie.
Aquel otro que hizo la Sociedad de los Poetas Muertos trabajó como baby sitter, y así. Son representaciones, o sea, sin dejar de ser lo que son, se ponen una máscara o careta para esconder su realidad y proyectar otra, cuestión que las serpientes saben hacer muy bien. Estamos rodeados de eso. Desde pequeños nos enseñan a aceptar la doble vida, el doble juego, los disfraces, los ocultamientos, etc. al punto que ya se hace fácil pasar gato por liebre o vender huevo de pata por gallina.
Los vendedores de chucherías en las calles acostumbraban a hacer una ceremonia lenta y espectacular abriendo una maleta y sacando de ella ni más ni menos que a la serpiente, una culebra gigante que se enrrollaban en el cuello causando sensación y atrayendo al público. Superman, Batman, el Fantasma, los super héroes, el Zorro y una enorme lista de enmascarados hacían y hacen las delicias de la chiquillería ocultando su identidad detrás de una cara fantástica.
El capital hace lo mismo. Hoy aparece abriendo su maleta en el Forro-circo de Porto Alegre y sacando la culebra de la humanización para atraer incautos. Los de la quintacolumna de Attac son los super héroes y Lula es el Zorro, pues es bien ladino.
En Porto Alegre hicieron como aquel tipo que tenían en una burbuja y creía que era libre cuando en realidad lo estaban filmando para un programa de televisión, filme hecho por Jim Carrey, que sabe gesticular como pocos. Los participantes del Forro después se fueron dando cuenta de que estaban siendo usados para las conversas con el capital, pues aún disfrazado de Zorro, el viaje de Lula a Davos fue con bombos y platillos.
Lula se ha sacado la máscara, acabó de sacudirse el polvo de color rosa de las alas y llamó a sus secuaces más próximos, en la oficina de la presidencia, claro, ahora es el comandante del barco del capital, Dirceu y Genoino, si, el mismo, ese que se llevó el tortazo en Porto Alegre, lo que demuestra que no todos fueron a aplaudir el circo, y les dijo que los que pensaban diferente tenían que jugar al líder, o sea, si Lula levanta un brazo, todos detrás de él tienen que levantarlo también y cuanto más rápido mejor y sin importar si es el izquierdo o el derecho, eso ya no existe más. Si se rasca una oreja o se mete un dedo dentro de ella, o en la nariz, todos tienen que hacerlo también. Se acabó eso del programa del PT, la democracia interna o externa (piense usted que eso se conversa en medio de sonrisas socarronas y de rápido entendimiento entre serpientes) y al que no le guste se va y se acabó, fin, no quiero más quintacolumnas dentro de la quintacolumna. Todo el mundo a sacarse las máscaras, se acabó el baile de disfraces, a bajarse la ropa interior que aquí vamos los del PT con el pomo de vaselina en la mano, y tráiganme ya de una vez el retrato de Stalin, pero le arreglan el bigote para que se parezca más a Hitler, llamen al barbero que me voy a sacar la barba y hacerme un bigotito como ese, total yo también soy bajito -a propósito, recuérdenme comprar zapatos de tacón más alto-, y manden quemar todos los libros que tengan por título 1984 o Farenheit no sé qué. A Orwell me lo expulsan del país después de unos choques eléctricos (Dirceu y Genoino se miran entre ellos, pero bueno, habrá que expulsar al sujeto, vaya a saber uno por donde anda), y cuidado al salir, no me vayan a pisar la cola.
La serpiente tiene por costumbre expulsar su piel de vez en cuando para que le salga otra y algunas serpientes se comen. Las mayores se tragan un elefante entero y así el Principito tiene razón. Las serpientes de esta historia se dividen en dos grandes especies, las E y las Q, esto es las Evidentes y las Quintacolumna. Entre ellas se reparten las funciones, como el policía bueno y el policía malo, unos se encargan de la madre de las bombas, de Afganistán, Irak, etc. hasta dejarnos a todos bien aporreados o asustados, y en la banca de reserva los otros con la vaselina, las aspirinas y los preservativos abriéndonos los brazos (el izquierdo y el derecho) para que nos refugiemos en ellos escapando del napalm, los bombardeos y las porradas que nos dejan los ojos inchados.
Por eso digo que Bush y Lula son lo mismo, serpientes rastreras (como toda serpiente, claro, sólo lo digo por enfatizar), autoritarios representantes del Imperio del capital, que es la cara oculta que mueve los hilos detrás de los dos, del bueno y del malo. Las marionetas ofídicas.
Las cuncunas, orugas, también se arrastran, pero presentan unos filópodos o pseudópodos, que son como muchas patitas y ellas mismas hacen su crisálida, que viene siendo como el pueblo que se auto-convoca y se reune practicando la democracia directa. Las crisálidas al abrirse muestran una sinfonía de colores, las mariposas, que emprenden vuelo encontrándose con otras mariposas de múltiples tonalidades, así las reuniones, marchas y actividades populares, cuando desarrollan la crisálida, digo el protagonismo, la autonomía, pueden abrir las alas multicolores de las asambleas populares y cruzarse con otras asambleas.
A aplastar las serpientes, la de la guerra y la de la mentira.
A envolvernos en la crisálida de la autonomía y el protagonismo social.
A multiplicar las asambleas permanentes por localidades.
A llenar el planeta de mariposas.
Abrazos.
Profesor J .
profesor_j@yahoo.com