Endeudamiento externo, una nueva calamidad
Econoticiasbolivia.com
(La Paz, marzo de 2003).-Sin poder ocultar el descalabro y agotamiento de su modelo económico, el gobierno boliviano está apostando sus cartas de sobrevivencia a un mayor endeudamiento externo, que puede ser una nueva y fatal calamidad para el país, advirtió el ex rector universitario Pablo Ramos.
"Nos están llevando por el peligroso camino del endeudamiento externo e interno", dijo el especialista al dar a conocer que los gobernantes tramitan créditos por un valor cercano a los 5 mil millones de dólares, como única vía para financiar su plan económico y superar los graves déficits financieros y fiscales.
Con este monto, la deuda externa boliviana virtualmente se duplicaría, al igual que el oneroso servicio que se paga anualmente a los acreedores externos. Cada año, Bolivia destina aproximadamente 300 millones de dólares para pagar los intereses y amortizar parte del capital. Con los nuevos préstamos, el erario nacional tendría que erogar cerca de 600 millones de dólares anuales, cifra que es superior a todos los recursos que el Estado destina como inversión publica, lo que es insostenible en el mediano y largo plazo.
"La deuda externa ha sido y es una calamidad para los países pobres, que se ven obligados a comprometer sus recursos naturales. La nueva deuda será pagada con el gas boliviano", dijo el especialista, quien cree que Bolivia está a punto de repetir la vieja historia de los años 70 cuando los países latinoamericanos se veían en el trance de "exportar o morir para pagar la deuda externa".
Los estudios oficiales y de entidades privadas sobre el endeudamiento externo en Bolivia coinciden en que, históricamente, los préstamos del exterior han beneficiado muy poco a la economía nacional y a los bolivianos y que, en su mayor parte, han servido para financiar los gastos dispendiosos de la alta burocracia estatal y para acrecentar múltiples formas de corrupción y enriquecimiento ilícito de los gobernantes.
Por las condiciones, plazos y modalidades de los créditos, la deuda externa se ha convertido en uno de los más grandes escollos para el crecimiento y desarrollo nacional.
"Pagamos y pagamos, pero la deuda no disminuye y más bien crece", aseguró Ramos, quien cree que los programas de alivio de la deuda, reprogramaciones y condonaciones parciales realizadas en el pasado en beneficio del país por los acreedores externos no han servido de mucho para resolver este problema, que puede agravarse a extremos insostenibles si el gobierno persiste en su política de mayor endeudamiento.