ANALISTA ECONOMICO:
Se agotó el modelo, ahora hay que sepultarlo
Econoticiasbolivia.com
(La Paz, marzo de 2003).-El modelo neoliberal boliviano está totalmente agotado y solo resta enterrarlo, aseguró el economista de izquierda Pablo Ramos, que ve un cortocircuito en el proceso de acumulación de capital que inviabiliza toda posibilidad de crecimiento y desarrollo nacional.
El ex rector de la Universidad Mayor de San Andrés explicó que la actual crisis económica y social que vive Bolivia es producto del agotamiento de las políticas neoliberales que no pudieron, desde su aplicación, en agosto de 1985, impulsar el crecimiento económico ni reactivar los sectores productivos ni menos generar un proceso de desarrollo nacional.
"El único mérito del actual modelo es haber abatido la hiperinflación y haber logrado una temporal y precaria estabilización", dijo durante el "Encuentro Nacional: Lecciones del Levantamiento Popular del 12 y 13 de febrero", que se realizó en la ciudad de La Paz el 25 y 26 de febrero, y en que participaron representantes de las más importantes organizaciones sindicales y sociales del país.
La quiebra del modelo boliviano es, según Ramos, estructural. En los últimos años Bolivia ha recibido millonarios ingresos desde el exterior, como nunca en su historia, pero, paradójicamente, dentro del país cae la producción, aumenta el desempleo y disminuye el ingreso de los ciudadanos.
Entre 1985 y el 2000 el país obtuvo un ingreso de 13.685 millones de dólares, provenientes de la inversión extranjera, donaciones y préstamos de los organismos internacionales. Ese millonario flujo de recursos no permitió, sin embargo, impulsar las actividades productivas ni reactivar la economía. Por el contrario, las condiciones de vida y de trabajo empeoraron al igual que la situación de la industria, la agricultura, la minería, la construcción, el comercio y los servicios.
Esta grave contradicción (Bolivia recibe mucho dinero, pero su economía es cada vez más débil y su población más pobre) muestra, según Ramos, que los millonarios recursos están siendo canalizados, manejados y apropiados por las empresas transnacionales y los sectores políticos y sociales que los respaldan.
Los inversionistas extranjeros están ganando a manos llenas. Están inflando sus costos y gastos para pagar muy poco en impuestos y en dividendos a los bolivianos, y así se están llevando fuera del país los millones que ganan explotando los recursos naturales no renovables.
Las transnacionales no están reinvirtiendo en Bolivia y esa es la gran falla del modelo, explicó Ramos. Los ideólogos del neoliberalismo pensaban que al retirar al Estado de las actividades productivas, los empresarios privados nacionales y extranjeros iban a tener, desde 1985, el campo libre para hacer buenos negocios, llenarse de dinero y, posteriormente, reinvertir en el país, desarrollando la producción, generando más riqueza y empleo.
Pero esa teoría no se hizo realidad, por lo menos en lo que interesa a los bolivianos. En su generalidad, los empresarios nacionales, por su extrema debilidad, no pudieron hacer grandes negocios y, por el contrario, muchos de ellos están en la bancarrota. Los grandes negocios fueron a manos de las transnacionales, que están sacando el excedente y las riquezas a sus países de origen.
Por ello, el actual proceso de acumulación de capital esta descapitalizando y empobreciendo a Bolivia, e impidiendo su crecimiento y desarrollo.
"El modelo neoliberal provoca, además, la informalización de la fuerza de trabajo, la desindustrialización del país y profundas crisis en el área fiscal y comercial".
Según Ramos, el neoliberalismo está destruyendo a Bolivia y a los bolivianos, por lo que urge sepultarlo y reemplazarlo con un nuevo sistema económico y social más humano, más productivo y que sea capaz de generar las condiciones para un mayor bienestar para la población.