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Latinoamérica

Ya son dos derrotas del golpismo

Joaquín Rivery Tur

Los golpistas venezolanos dicen que levantaron el "paro cívico" (intento de golpe de Estado) por solicitud del famoso "grupo de amigos", pero realmente hasta las agencias de noticias se percataron de que habían perdido la jugada.
El plan estuvo bien urdido por la cúpula de la asociación de grandes empresarios Fedecámaras y el grupo de Carlos Ortega, uno de los pocos que dicen ser líderes sindicales y van contra los intereses de los trabajadores, pero sufrió de una falta de cálculo total: la firmeza del presidente Hugo Chávez y sus seguidores.
Era fácil todo en la concepción de los golpistas y de aquellos que los sostienen en el exterior, pero había que conseguir el programa de computación que determinara exactamente las fuerzas de cada cual, y les faltó precisamente eso.
En primer lugar, aclararemos que no hubo un paro obrero ni nada por el estilo. Simplemente los dueños de los grandes negocios cerraron las puertas y los trabajadores quedaron sin poder trabajar. Eso, en términos normales, se denomina con una expresión inglesa clara y clásica: lock out patronal.
Se lanzaron a tratar de paralizar el país y, sobre todo, de detener el corazón económico de Venezuela, la industria petrolera, valiéndose de que en ella había toda una aristocracia técnica y administrativa bien colocada desde hace años por los partidos tradicionales que gobernaron en el país durante décadas.
El golpe era fuerte, pero estaba dirigido a la mayoría de la población venezolana, porque el blanco era la economía de todo el país, no de un ministro en particular. Los que pensaron que con eso bastaba para rendir al Gobierno se equivocaron .
Realmente alcanzaron inicialmente su objetivo de paralizar la industria petrolera, y si el Gobierno bolivariano no logró antes echarla a andar se debió al sabotaje abierto realizado por los enemigos sobre todo en las refinerías y en el sistema de dirección automatizada por computadoras, en lo que está envuelta una empresa norteamericana condueña de ese vital servicio.
Pero la recuperación comenzó mientras en el seno de los que habían preparado o acatado la operación subversiva aparecía la división, entre otras cosas porque muchos no estaban con capacidad financiera para soportar un cierre de sus negocios y necesitaban producir y vender.
Cualquiera podría preguntarse de dónde sacaron los golpistas, con el grupo Cisneros a la cabeza, los recursos para que sus empresas aguantaran dos meses seguidos sin operaciones. Recordemos que esos sabotajes económicos ocurrieron ya en el Chile de Allende y estaba claro de dónde salía el financiamiento de aquellos "paros".
Ellos, sin embargo, se desgastaron; no pudieron aguantar la firmeza del proceso bolivariano y, cuando estaba claro que habían perdido, entonces hablaron de "flexibilización" por solicitud del no muy amistoso "grupo de amigos".
En estos momentos Venezuela va camino de su normalización, que será lenta. No se debe dudar de que los golpistas lograron hacerle daño a la economía del país. El Gobierno tuvo que rebajar el presupuesto en un 10%, valoró en unos 4 000 millones de dólares el perjuicio causado a la nación, todavía hay que trabajar para la restauración de la industria petrolera y ha habido que tomar medidas económicas de emergencia para proteger las reservas de divisas del país. Los venezolanos tendrán que esforzarse duro para restablecer lo destruido, pero pueden hacerlo y ya el presidente Chávez anunció las medidas de la próxima ofensiva bolivariana.
El problema no radica solamente en la tenacidad que se demanda ahora. Los patriotas, los bolivarianos, tienen que contar también con que la oligarquía no admite los cambios a favor de las masas populares, no puede ver el poder de los pobres con los brazos cruzados y, por ello, la vigilancia deberá elevarse al máximo, sobre todo cuando ya hay noticias de que en Miami se entrenan enemigos fascistas y que el golpista Pedro Carmona, prófugo de la justicia, fue muy bien acogido allí e incluso recibió las llaves de la ciudad a donde van a parar las peores excrecencias políticas de América Latina.
Indudablemente, los golpistas van a insistir. Ya han fracasado dos veces, en abril pasado y ahora en diciembre-enero, pero eso no significa que se han dado por vencidos, y tienen poderosos aliados externos que no miran con buenos ojos la existencia de un Gobierno bolivariano que busca eliminar la pobreza en el país, aunque es el más legítimo y constitucional que ha tenido Venezuela.
Si cualquiera recorre brevemente la historia latinoamericana de no hace tanto tiempo, se percatará de que los peligros todavía están ahí.
Chávez inicia plan de entregas de tierras a campesinos venezolanos CARACAS, 6 de febrero.- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, inició hoy en la zona de Santa Lucía, estado de Guarinas, el plan de entrega de tierras a 99 familias de campesinos, con vistas a estimular la producción agrícola nacional, informó Prensa Latina.
Al intervenir ante una multitud de venezolanos, Chávez anunció el comienzo del Plan Masivo de Adjudicación de Tierras Agrarias, denominado Plan Zamora, que contempla el otorgamiento este año de más de un millón de hectáreas.
El mandatario calificó esta jornada de histórica al conceder 1 400 hectáreas, 20 tractores y créditos a trabajadores agrícolas de esa zona.
Con la entrega de terrenos ociosos o expropiados a latifundistas, se pretende estimular la producción de viandas, hortalizas y cereales para garantizar la seguridad alimentaria del país, subrayó el jefe de Estado.
De esta misma forma -aseveró- se quiere asimismo ayudar a personas de bajo ingresos, que por más de 40 años han estado sometidos a la explotación de terratenientes y ricos hacendados.
A partir de ahora, los campesinos tendrán respaldo gubernamental para desarrollar sus cultivos y vender sus cosechas de la misma manera que lo hacen los latifundistas, enfatizó Chávez.
Chávez inicia plan de entregas de tierras a campesinos venezolanos CARACAS, 6 de febrero.- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, inició hoy en la zona de Santa Lucía, estado de Guarinas, el plan de entrega de tierras a 99 familias de campesinos, con vistas a estimular la producción agrícola nacional, informó Prensa Latina.
Al intervenir ante una multitud de venezolanos, Chávez anunció el comienzo del Plan Masivo de Adjudicación de Tierras Agrarias, denominado Plan Zamora, que contempla el otorgamiento este año de más de un millón de hectáreas.
El mandatario calificó esta jornada de histórica al conceder 1 400 hectáreas, 20 tractores y créditos a trabajadores agrícolas de esa zona.
Con la entrega de terrenos ociosos o expropiados a latifundistas, se pretende estimular la producción de viandas, hortalizas y cereales para garantizar la seguridad alimentaria del país, subrayó el jefe de Estado.
De esta misma forma -aseveró- se quiere asimismo ayudar a personas de bajo ingresos, que por más de 40 años han estado sometidos a la explotación de terratenientes y ricos hacendados.
A partir de ahora, los campesinos tendrán respaldo gubernamental para desarrollar sus cultivos y vender sus cosechas de la misma manera que lo hacen los latifundistas, enfatizó Chávez.